Las palabras de Gustavo Petro han suscitado un debate profundo sobre la imagen de Colombia en el mundo y la relación entre el café y otros sectores económicos. Mientras tanto, el mercado del grano enfrenta desafíos que requieren innovación y liderazgo, como los cambios implementados por el nuevo gerente de la Federación de Cafeteros, Germán Bahamón. El panorama sigue evolucionando, y el café, en medio de su tradición arraigada, se enfrenta a una realidad en constante cambio.
Gustavo Petro, el presidente de la República, ha causado revuelo con sus declaraciones sobre la relación entre el café y la figura icónica del narcotráfico, Pablo Escobar. Durante una reunión con las bases de los cafeteros en el departamento del Huila, Petro hizo una conexión sorprendente y provocadora.
El mandatario, consciente de la difícil situación que enfrenta el mercado del café colombiano, no dudó en expresar su punto de vista en un discurso directo y contundente.
En medio de los cafetales, Petro mencionó: “Colombia y café se volvieron sinónimos, eso cambió, indudablemente: si uno va a cualquier esquina de alguna gran ciudad del mundo, lamentablemente no le dicen café, sino Pablo Escobar”. Esta afirmación lleva una carga simbólica y polémica, y sugiere que la imagen internacional de Colombia ha sido sombreada por el estigma del narcotráfico, eclipsando incluso la tradición cafetera que ha sido parte integral de la identidad del país.
La polémica
Las declaraciones de Petro también se centraron en la transformación económica que ha experimentado Colombia en las últimas décadas. Según él, las riquezas del país han cambiado su naturaleza, desviándose de la legalidad del café hacia otras esferas, como el petróleo y el carbón. De manera sorprendente, Petro comparó estos recursos, incluso el ilegal, con el café, argumentando que las tres fuentes de riqueza, aunque diferentes en naturaleza, comparten un mecanismo similar de captura de renta a través de los altos precios internacionales.
El presidente argumentó: “Una ilegal, las otras legales, pero son capturas de renta por los altos precios internacionales, varias veces por encima del costo de producción, lo que generan es una transferencia de riqueza del mundo que consume esos productos hacia el país”. Estas palabras apuntan a una reflexión profunda sobre la economía del país y cómo diferentes industrias pueden influirse mutuamente.
Esto dicen desde la Federación Nacional de Cafeteros
Por otro lado, la Federación Nacional de Cafeteros ha estado monitoreando de cerca la situación del mercado del café. Las cifras revelan una disminución en las importaciones de café en comparación con el año anterior. Aunque las importaciones cayeron un 30 % en junio de este año en relación con el mismo mes del año pasado, el acumulado de los últimos 12 meses aún muestra niveles superiores a los vistos en el período anterior.
El nuevo gerente de Fedecafeteros, Germán Bahamón, también está dejando su huella en la industria del café. Bahamón ha implementado una estrategia comercial y técnica que busca reestructurar la Federación Nacional de Cafeteros, enfocándose en la austeridad y eliminando cargos directivos en la oficina central de Bogotá. Su enfoque en empoderar a las regiones y trabajar de la mano con los comités regionales está generando cambios significativos en la administración de la federación.
En este contexto, el Comité Directivo de la Federación Nacional de Cafeteros ha expresado su respaldo a la gestión de Bahamón y ha destacado los avances en la colaboración con el Gobierno nacional. El nuevo gerente también ha llevado su compromiso más allá, visitando empresas e instituciones del gremio y profundizando en temas de cooperativismo y comercialización.
Petro se despachó contra el gerente de la Federación de Cafeteros: “Se gana hasta 200 millones”
En una sorprendente declaración, el presidente Petro arremetió contra el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, Germán Bahamón, por lo que considera una marcada desigualdad económica entre el alto funcionario y los campesinos cafeteros. En un evento reciente, Petro no escatimó en críticas, enfatizando en la diferencia salarial que existe entre Bahamón y los trabajadores rurales del sector.
Con un tono enfático, Petro afirmó: “Un cafetero campesino se gana al año 12 millones de pesos al año, ¿cuánto se gana el presidente de la Federación? Él se gana 200 (al mes)″. Esta declaración resalta la amplia brecha salarial entre el líder de la Federación Nacional de Cafeteros y los trabajadores que forman el corazón de la industria cafetera colombiana. Las cifras mencionadas por el presidente subrayan una disparidad económica que, según él, perpetúa el empobrecimiento de un sector vital para el país.
El presidente Petro también dirigió su atención hacia la dinámica actual de los dirigentes del gremio cafetero, sugiriendo que su estilo de vida contrasta drásticamente con la realidad de los campesinos. Según sus palabras, algunos dirigentes del gremio viven en condiciones similares a las de épocas pasadas, cuando el café era el pilar económico del país. En contraste, los caficultores que residen en regiones marginadas experimentan dificultades económicas, lo que, en opinión de Petro, representa una contradicción inaceptable.
“Eso no concuerda, eso no puede ser así”, subrayó Petro, reiterando su posición sobre la disparidad económica que considera insostenible dentro de la industria cafetera.