El hecho de que el presidente Gustavo Petro la encargara de liderar la reunión programada para salvar para Colombia la sede de los Juegos Panamericanos volvió a poner en la primera página de la política nacional el nombre de Laura Sarabia.
Y también revivió la polémica alrededor del protagonismo que, al parecer, sigue teniendo la hoy directora del Departamento de Prosperidad Social, DPS, al interior del actual Gobierno Nacional, pese a los escándalos y líos judiciales que la obligaron a renunciar a la Jefatura del Gabinete de la Presidencia hace menos de un año.
“¡No digan! No le pagaba seguridad social a su empleada Marelbys Meza, pero sí podrá organizar la realización de unos Juegos Panamericanos. ¿Qué tiene que ver el DPS con esto?”, escribió en su cuenta de X la senadora por el Centro Democrático María Fernanda Cabal, al conocer la delegación que el Jefe de Estado hizo en Sarabia cuando se supo que Colombia perdería la sede del evento deportivo.
Para el analista político Mauricio Jaramillo, es cierto que el presidente Petro ha depositado total confianza en esta politóloga que todavía no llega a los 30 años de edad, pero considera que ella tiene mucha menos influencia en el Ejecutivo de la que se piensa.
“Creo que tiene mucha relevancia, que es diferente”, asegura, al argumentar que no cree que Sarabia tenga gran poder en materia de decisiones, “lo cual la haría una persona influyente”.
“No tiene el poder del ministro (Néstor) Osuna, de Justicia; de la ministra (Susana) Muhamad, de Ambiente; ni del ministro (Álvaro) Leyva, de Relaciones Exteriores, pero creo que es una funcionaria de mucha relevancia por la efectividad que se ganó cuando fue jefa de Gabinete de Petro”, continúa el politólogo.
Para Jaramillo, en su primer cargo en la Presidencia Laura Sarabia “consiguió muy rápido reconocimiento y eso le dio una especie de prestigio frente a Petro, que hace que confíe mucho en ella, pero la veo más como una figura muy eficiente, más que influente”.
Sin embargo, reconoce que hay una justificada preocupación en un sector de la opinión pública por lo que pasó con la niñera de Sarabia “y eso lo tiene que aclarar ante las autoridades, porque es muy grave, pero no veo que haya afectado su capacidad de gestión”.
Se refiere el analista a que a mediados del año pasado la que para entonces ya era consideraba la mujer más poderosa del Gobierno Petro terminó involucrada en un escándalo que se inició con el robo de un maletín con mucho dinero de su casa, por lo que ordenó someter a la prueba del polígrafo a la niñera de su hijo Marelbys Meza, y, al parecer, también ‘chuzar’ su celular y el de otra empleada.
Y a esa tormenta se sumó la publicación del chat de una charla con su antiguo jefe y entonces embajador en Venezuela Armando Benedetti, en la que él hablaba del arribo de dineros indebidos a la campaña del hoy Jefe de Estado, lo cual terminó por hacer insostenible la permanencia de Sarabia en la Casa de Nariño.
Por eso, el país se sorprendió cuando en septiembre pasado ella regresó al Gobierno Nacional, esta vez en cabeza del DPS y, al parecer, con el mismo poder que tenía antes de su renuncia, como lo indicaría la designación que le hizo Petro de cara a la reunión por los Juegos Panamericanos.
No obstante, Jaramillo insiste en que si bien ella es una persona muy cercana al Mandatario colombiano y con gran capacidad de interlocución con los ministros, “no diría que hay una extralimitación (de funciones), pero sí es un canal directo” con él.
Por el contrario, el analista político John Mario González considera que Sarabia sí tiene una influencia sobre el Jefe de Estado como pocas veces se ha visto en la historia del país.
“Lo particular es que sea una persona que no tiene mayor experiencia política o en el sector público, académico ni en ningún ámbito” y agrega que “lo preferible siempre es que sea alguien con muchos más kilates”.
El politólogo también muestra extrañeza por la facilidad con que, según él, se pasó “tan fácil” la página del sonado caso de la niñera y que haya sido “reencauchada en el Gobierno como una figura de primerísimo nivel”.
En su opinión, ello se origina no por la propia Laura Sarabia, “sino por pedido del Presidente, entonces ahí la extralimitación tendría una lectura distinta”, asegurando que no es extraño que el Jefe de Estado acuda a algunos funcionarios que le despiertan gran confianza para que cumplan misiones que no son propiamente las correspondientes a sus cargos.
Sin embargo, ve con curiosidad que Gustavo Petro, que ha estado en política gran parte de su vida, escoja como su funcionario de mayor confianza a alguien que conoce hace muy poco.
“Es extraño que el Presidente tenga que acudir a una persona así para funciones tan delicadas. Pareciera que se conformó en medio de la soledad y la precariedad del equipo. Ella cumple funciones de alto calibre político, como si fuera la jefa de asuntos políticos del Gobierno u otra vez la jefa del gabinete ministerial”, afirma González.
Lo cierto es que las deudas de Laura Sarabia con la Justicia todavía no han caducado. De hecho, el 18 de enero será escuchada por la Fiscalía, que sigue con el caso, pese a que, por su nuevo cargo, las acusaciones deberán pasar ahora a la Corte Suprema.
A juicio
La Fiscalía confirmó que llamará a juicio al capitán Carlos Andrés Correa, el intendente Alfonso Quinchanegua y los patrulleros Jhon Fredi Morales y Dana Alejandra Canizales, por los delitos de fraude procesal, falsedad material en documento público, falsedad ideológica en documento público e interceptación ilícita de comunicaciones.
Según la investigación de una fiscal de la Dirección Especializada contra la Corrupción, los integrantes de la Policía, en ejercicio de sus cargos, estarían involucrados en las interceptaciones ilegales de las comunicaciones de dos ex empleadas de Laura Sarabia.
Para realizar estas ‘chuzadas’, Correa y Morales habrían utilizado información falsa para solicitar a un fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales, con sede en Quibdó (Chocó), aval para intervenir dos líneas telefónicas que serían de alias La Madrina y alias La Cocinera, dos señaladas colaboradoras del ‘Clan del Golfo’.
“Los elementos de prueba indican que los dos números celulares en realidad pertenecían a Marelbys Meza, exniñera de la casa de la exjefa de Gabinete, y a otra mujer que cumplió funciones domésticas para la funcionaria”, dijo la Fiscalía, añadiendo que los uniformados habrían inducido a error a fiscales y jueces de control de garantías, quienes creyeron en sus solicitudes y legalizaron las interceptaciones.