En menos de dos semanas, Colombia podría entrar en la lista de los países que acepta la venta del cannabis o la marihuana para su consumo recreativo, esto en virtud de un cambio a la Constitución Política que está por aprobarse en el Congreso.
En tal sentido, el martes la Comisión Primera del Senado aprobó en séptimo debate por 15 votos por el sí y 4 por el no, el acto legislativo que regula venta para el uso adulto del cannabis recreativo en Colombia.
Este proyecto que es de origen del representante liberal, Juan Carlos Losada, viene desde julio pasado en trámite; logró antes del 16 de diciembre sus primeros cuatro y de los restantes cuatro ya han pasado tres de forma positiva.
Tras la votación, que fue por mayorías, el representante expresó a los medios que “no creemos que esto vaya a aumentar el consumo en nuestro país; toda la evidencia internacional lo que ha mostrado es que sobre todo entre niños, niñas y adolescentes, donde se ha regulado el consumo, no solamente se ha mantenido estable, sino que se ha reducido y el camino de la regulación es mucho más efectivo para alejar a los jóvenes de estas sustancias”.
Precisó que “lo que va a cambiar es que se podrá vender marihuana de manera legal; hoy es legal fumarla, consumirla, tenerla, cultivar hasta 20 plantas y, sin embargo, los consumidores se tienen que meter a redes ilegales de jíbaros y de narcotraficantes para obtener una sustancia que es legal, poniendo su vida en riesgo, poniendo sus derechos en riesgo y eso no tiene ningún sentido”.
La ponente por su parte, senadora María José Pizarro, consideró que “una vez aprobada esta reforma constitucional, deberá tramitarse una ley para reglamentar la protección de los niños, la prevención del consumo y la recaudación de impuestos para programas de prevención del consumo de drogas”.
Por su parte, el senador de Cambio Radical, Carlos Fernando Motoa, sostuvo que “en Colombia hace cerca de 30 años se legalizó el consumo personal de cannabis, fue decisión de la Corte Constitucional; ante eso no podemos oponernos, desconocerlo ni tampoco derogar. Se permite el porte, el consumo pero no la comercialización. Está prohibida y ahí se genera un vacío que permite crecer la ilegalidad y la informalidad”.
Advirtió además que la industria debe tener impactos tributarios importantes y recordó que hace una década se aprobó el uso de cannabis medicinal en el país y realizó algunas preguntas sobre ese asunto.
Expresó además su preocupación sobre la posibilidad de que organizaciones criminales migren al tráfico de drogas duras aún más perjudiciales para la salud. Es de mencionar que de la reforma se apartaron las senadoras María Fernanda Cabal y Paloma Valencia del Centro Democrático, como el conservador, Germán Blanco.
Jose Félix Lafaurie advierte sobre narcoestado
El presidente de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan) y negociador de paz con el ELN, José Félix Lafaurie Rivera, le atribuyó gran parte de la violencia de Colombia a las más de 300.000 hectáreas de coca y sus negocios subsidiarios. Además, señaló los métodos de las bandas criminales que se dedican al microtráfico para intimidar a la población.
En su reciente columna titulada “Si por el campo llueve, por la ciudad no escampa”, el líder gremial plantea el difícil panorama de violencia que deja el narcotráfico a su paso, exponiendo las cifras más recientes de asesinatos, extorsión e índices de crimen organizado y de paz global.
Entre los negocios de los grupos criminales a los que se refiere Lafaurie se encuentra la minería ilegal, la extorsión y el secuestro. Menciona esa violencia como “vasos comunicantes, que golpea igualmente las ciudades, infestadas de bandas del microtráfico que se han especializado en la extorsión como ingreso ilegal complementario, sobre todo en las principales ciudades”.
Entre las cifras de la Policía Nacional que cita en su columna, el negociador de paz explica que, si bien el asesinato está presentando una disminución frente al 2022, “no es para alegrarse, pues entre enero y abril completamos, 4119 casos”.
También, de todas las ciudades de Colombia, Bogotá sigue liderando, junto a otros territorios, la lista con 341 homicidios intencionales, 118 con arma blanca. Observa esa cifra como “un eufemismo macabro para el acuchillamiento”. Y termina el dato con 184 muertes con arma de fuego y 39 por otros medios.