"La ciudad está vuelta un tierrero. Nos han acostumbrado a que es desordenada, insegura, a que no hay oportunidades ni futuro para los jóvenes y yo insisto en que hay que revivirla”.
Así habla Alejandro Eder quien, al preguntarle si el próximo año será candidato a la Alcaldía de Cali, responde que en el 2019 sacó 140 mil votos y “desde entonces he seguido trabajando por Cali y siempre trabajaré por la ciudad desde cualquier trinchera”.
Como exconsejero presidencial para la Reintegración, añade que está en desacuerdo con incluir a ‘Iván Márquez’ en la Paz Total propuesta por el Gobierno de Gustavo Petro, por haber incumplido los Acuerdos de La Habana.
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En la ciudad crece el rumor de que aspirará nuevamente a la Alcaldía de Cali, ¿por qué insistir?
Me lancé a la Alcaldía hace cuatro años, saqué 140 mil votos y desde entonces he seguido trabajando por Cali. Siempre he dicho que los caleños debemos insistirle al cambio en la ciudad, porque a Cali hay que revivirla, la ciudad está vuelta un tierrero, nos han acostumbrado a que es desordenada, insegura, que no hay oportunidades ni futuro para los jóvenes y yo insisto en que hay que revivirla para mejorar la calidad de vida, revivirla económicamente, que sea segura, tranquila, pero sobre todo para que volvamos a ser una ciudad importante de Colombia.
¿O sea que sí volverá a aspirar a la Alcaldía de Cali ?
Como te decía, me lancé hace cuatro años, saqué 140 mil votos, he seguido trabajando por Cali y siempre trabajaré por la ciudad desde cualquier trinchera.
¿Cree que el descontento generalizado con el Gobierno de Jorge Iván Ospina servirá para que la ciudad elija mejor el próximo año?
Cali es una ciudad caída, que tiene la autoestima abajo, pero tiene todo el potencial y tenemos la obligación de revivirla. Parte de esa obligación es que debemos cambiar de muchas maneras, no podemos seguir viviendo en una ciudad desunida, donde permitimos que distintos sectores políticos alimenten el odio de clases, político e ideológico para tenernos apachurrados y hacer lo que les dé la gana. Los caleños debemos ser conscientes de que la situación que estamos viviendo es muy compleja y no hay espacio para improvisar. Cali necesita un liderazgo con experiencia, capaz de reunir al mejor equipo, de gerenciar con transparencia, porque de esa manera lograremos organizar y proyectar la ciudad.
Las grandes capitales tenemos responsabilidades con el país, y Cali con el suroccidente colombiano y el Litoral Pacífico, de proyectar su grandeza, porque sino, vamos a seguir rodeados de coca, de minería ilegal, de pobreza y de violaciones de Derechos Humanos.
También quiero ser claro en que no podemos volver a perder de vista la situación crítica de la ciudad. En el próximo período Cali tiene dos opciones, puede recuperarse o puede terminar de hundirse. No es el momento de experimentar con alcaldías como la que estamos viviendo, donde prima la inexperiencia.
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¿Pero qué responsabilidad le cabe al actual Concejo de Cali por la situación que atraviesa la ciudad?
La situación es muy compleja y todos los sectores tenemos, de una u otra manera, una responsabilidad en lo que está pasando. Mi invitación es a que todos, incluyendo el Concejo, el sector privado y la academia, planteemos una forma de relacionarnos. Debemos ser unidos y conscientes de las necesidades de la ciudad.
Debemos exigir un cambio en cómo nos entendemos con lo público, en promover liderazgos con experiencia y capacidad para darle la vuelta a la ciudad desde los sectores políticos que también viven en Cali y padecen esta situación. Se debe plantear una mejor forma de administrar lo público, que todo esté direccionado hacia el bienestar de los ciudadanos.
En Cali hay mucho sufrimiento, uno de cada tres caleños no come tres veces al día; uno de cada diez muertos en Colombia los pone la ciudad; la inversión social ha disminuido drásticamente y también la nueva inversión en cuanto a generación de empleos. Esta situación va a requerir de cambios en el comportamiento.
¿Es decir que, de aspirar a la Alcaldía, buscaría conformar una coalición para gobernar?
Una de las claves para revivir a Cali es que distintos sectores nos unamos para sacar adelante la ciudad, pero es fundamental que nos unamos bajo los principios de cuidar los recursos, pensar en el ciudadano, impulsar la inversión privada y la generación de nuevos empleos. Cali necesita una visión, no podemos seguir viviendo en una ciudad donde cada cuatro años se busca cuál es la flor de una noche que va a rescatar al pueblo, debemos plantear una visión de por lo menos diez años, que permita transformaciones duraderas en seguridad y recuperación de la educación, que es de las peores de las grandes ciudades de Colombia.
Dados los resultados de las elecciones de este año, ¿cree que el Pacto Histórico pondrá al próximo Alcalde de Cali?
El Alcalde de Cali lo ponemos los caleños y debemos ser muy claros en que el Alcalde que necesita la ciudad es una persona con experiencia, con una integridad ética, que devuelva la transparencia
a la administración pública, que sea capaz de juntar al mejor equipo, pero, sobre todo, que sea capaz de unir a la ciudad.
Y en su opinión, ¿cuáles son los mayores problemas que la ciudad enfrenta en estos momentos?
Sin lugar a dudas es la inseguridad y la falta de autoridad. Cali no puede seguir viviendo como un chiquero donde cualquiera hace lo que le da la gana. La ciudad debe recuperar su posición a nivel nacional. A nosotros no nos respetan, ni siquiera los medios de comunicación, que lo único que ven son los escándalos de corrupción o aparente corrupción y eso termina impactando en que el Gobierno Nacional no nos da los apoyos que necesitamos. También necesitamos impulsar la generación de empleo.
No vamos a ningún lado si no generamos más riqueza; durante los bloqueos y el estallido del año pasado los jóvenes que salieron a las calles no estaban pidiendo una revolución marxista leninista, estaban pidiendo oportunidades, inclusión, y la forma de generarla no es solo con programas sociales, es apoyando a los emprendedores y las grandes empresas, para que exporten más y encadenen a las más pequeñas.
¿ Y cuál sería la solución?
Cali tiene que ser consciente del rol que tenemos con el país, y en ese sentido es importante que tengamos una visión de ciudad a mediano plazo. Tenemos una ventaja y es que en el 2036 Cali cumple 500 años. Es importante que aprovechemos esa fecha histórica, que está a solo catorce años, son tres alcaldías, para que planteemos cuál es la ciudad que queremos para el quinto centenario.
En el próximo periodo de la Alcaldía viene el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, que es el que nos llevará a esa Cali. Además, debemos sacar adelante el tema de Cali Distrito, que será fundamental la organización administrativa y la organización de localidades para proyectar a esa Cali desarrollada. Todo eso es posible, pero los caleños tenemos que parar de tragar entero y buscar liderazgos con experiencia.
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¿Cómo analiza los cien días de gestión del presidente Gustavo Petro?
Es un gobierno que está comenzando. Evidentemente ha habido dos reformas grandes, la tributaria, que estaba anunciada, y la segunda es la reforma a la Ley 418, que es la que facilita las negociaciones para darle cabida a la iniciativa de Paz Total. Vemos un gobierno que sigue forjando su camino.
Y como experto en negociaciones, ¿qué opina de Ley de Paz Total?
El Gobierno debe entender que en Colombia llevamos más de 40 años negociando con todo tipo de grupos armados, hasta con delincuentes duros como Pablo Escobar, y de esos procesos se aprenden lecciones para no cometer los mismos errores. Se debe tener presente que cualquier tipo de acuerdo con un grupo netamente delictivo, como lo son prácticamente todas las organizaciones violentas en Colombia, tienen que pasar por un proceso de sometimiento a la justicia y no de negociación política, porque se corre el riesgo de politizar actos criminales como el narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión o la tala de árboles.
Veo con preocupación que se ha abierto la puerta para negociar con ‘Iván Márquez’ y las disidencias de las Farc, porque esos grupos fueron creados por personas firmantes del Acuerdo de La Habana, que decía que la única opción que tendrían quienes reincidieran sería el sometimiento a la justicia ordinaria, y no olvidemos que ‘Márquez’ fue el jefe negociador de las Farc, eso no se puede ignorar, porque se corre el riesgo de tumbar la columna vertebral de los Acuerdos, que es la justicia transicional.