La pandemia del coronavirus ha obligado a digitalizar muchos procesos que antes solo se concebían de manera física o presencial. La necesidad de esta apertura tecnológica también reabrió el debate por la conveniencia del voto virtual en Colombia.
En la próxima legislatura empezará a hacer trámite en el Congreso de la República un proyecto que busca que los colombianos puedan elegir a sus dignatarios desde su celular o su computador, sin tener que acudir a un puesto de votación, el cual será liderado por el representante a la Cámara por el Centro Democrático Ricardo Ferro.
Cabe destacar que la iniciativa no propone el voto electrónico, que ya existe en la legislación colombiana hace más de quince años, sino el virtual.
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¿Pero está el país preparado para implementar el voto digital? Analistas consideran que para lograrlo no basta con acondicionar la tecnología, sino que debe haber un cambio cultural.
El profesor Ricardo Sotaquirá, director del programa de Ingeniería Informática en la Universidad de la Sabana, afirma que para pensar en poner en funcionamiento esa modalidad de elección se deben tener en cuenta dos aspectos importantes: los técnicos y los sociales.
Dice que a nivel de tecnología, existen diferentes alternativas para que se implemente: “En Colombia hay varias instituciones y empresas que seguramente tienen la capacidad para desarrollar soluciones. A nivel tecnológico, creería que es posible”.
“El asunto es el tema social, porque se requiere no solamente que la herramienta facilite y que lo haga de una manera transparente y segura, sino que los ciudadanos tengan un comportamiento que impida posibilidades de corrupción, entonces creería que el nivel social sí es algo que habría que discutir qué tan preparados estamos”, indica.
Es que, precisamente, una de las críticas que se le hace a este proyecto de ley es la probabilidad de que propicie la suplantación y aumente la venta de sufragios.
Al respecto, Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral, MOE, sostiene que la base de este proceso es la confianza.
“Hay unos temas culturales que hay que modificar. El grupo de personas que vende su voto lo hace presencialmente, pero si no tenemos una transformación cultural hacia la legalidad y la honestidad de los ciudadanos, exactamente lo mismo va a pasar virtualmente”, enfatiza.
Se están haciendo los últimos ajustes para que el proyecto sea presentado al Congreso de la República este 20 de julio.
Sin embargo, la MOE ve con buenos ojos esta posibilidad, por considerar que traería importantes beneficios para la democracia en nuestro país.
“Si llegamos a tener la capacidad tecnológica y la cobertura de internet, lo que se permite ahí es que, sin importar el sitio donde está el ciudadano, puede acceder a la votación. Obviamente, siempre tiene que haber además del voto virtual la posibilidad de la presencia física. Pero esto va a permitir que más ciudadanos voten, no solo en el país sino en el exterior y evitaríamos una gran cantidad de errores humanos que hoy se tienen”, agrega Barrios.
El profesor Sotaquirá cree que una de las ventajas de este método es que las personas no necesitarían un dispositivo sofisticado ni de última tecnología para votar, lo cual ayudaría a aumentar el número de sufragantes. Sin embargo, una desventaja sería que a la ciudadanía este método le genera la percepción de desconfianza.
“Siempre que se introducen estos sistemas, la mayor parte del procedimiento no es visible para las personas, uno no ve si su voto sí quedó registrado y esto se traduce, usualmente, en una falta de confianza en el resultado”, explica.
Pero la directora de la MOE afirma que es fundamental empezar a discutir el tema de la virtualidad en la democracia. “No es algo que vamos a solucionar en el corto plazo, sin los cambios culturales, sin los grandes acuerdos políticos, pero bienvenida la discusión desde ya y bienvenidos los ajustes en este sentido”.
Voto virtual vs el electrónico
La propuesta que en esta ocasión se pondrá a consideración del Congreso de la República será el voto virtual, que no es lo mismo que el voto electrónico.
Mientras el electrónico requiere que el elector se desplace a un lugar para sufragar a través de una máquina que digitaliza el voto, el virtual se puede hacer desde cualquier sitio en el que se encuentre el ciudadano, a través de un dispositivo electrónico como un celular o un computador.
El voto electrónico fue aprobado en Colombia con la promulgación de la Ley 892 de 2004, para que se estableciera antes del 2009, pero el mandato no se cumplió.
Aunque se han emitido nuevas órdenes para que se le dé cumplimiento, no ha sido posible por temas presupuestales.
El sufragio virtual requiere una modificación en la Constitución Política, por eso entrará ahora en discusión en el Legislativo.
Para el director del programa de Ingeniería Informática en la Universidad de la Sabana, Ricardo Sotaquirá, la presencialidad facilita “que haya alguna evidencia de que la persona votó por su propia cuenta, que fue correctamente identificada; si el voto es totalmente virtual hay más posibilidades de suplantación, se requiere un mayor nivel de confianza en el votante”.
Por ello afirma que, en el caso colombiano, podría ser más complicada la implementación del sufragio virtual.
Otros países
- Varios países ya han implementado el voto virtual en alguna elección. Es el caso de Francia, Panamá, Reino Unido, Suiza, Turquía, Armenia, Bahraon, Estonia, India y algunas provincias en Canadá.
- EE. UU. lo usó en unas primarias. México lo implementará ente año.
- También ha habido experiencias con el voto electrónico en Brasil, Venezuela, Paraguay, Argentina, Perú, Costa Rica, siendo uUnas más exitosas que otras.
- Alemania y Holanda, luego de probar el sistema electrónico, decidieron volver al papel como método para sufragar.