Por Olga Lucía Criollo, Editora Política
“Yo también quisiera, como el presidente Petro, que el umbral hubiese sido mucho más alto, pero ya hay una concertación de Senado y entre partidos y, si eso se afecta, vamos a terminar dinamitando la reforma”.
Esa fue la reflexión que hizo la representante a la Cámara Martha Alfonso al momento de tomar la decisión de ‘desobedecer’ la instrucción del Jefe de Estado de subir a cuatro el tope de salarios mínimos para cotizar en Colpensiones.
Y esa apuesta que hizo la integrante de la Alianza Verde, en su calidad de coordinadora ponente de la reforma pensional, fue clave para lograr que la Comisión Séptima le diera su bendición a la iniciativa gubernamental en solo tres días.
De cómo se desarrolló ese trámite, de las críticas que suscitó y de lo que sigue para el proyecto, la congresista de la Alianza Verde habló con El País.
Junto a Alfredo Mondragón, usted también fue ponente coordinadora de la reforma a la salud. ¿Qué aplicó de esa experiencia ahora que le tocó liderar sola la pensional en la Comisión Séptima?
De la reforma a la salud aprendí que hay que sentar a todas las partes al mismo tiempo. Allí nos sentábamos los ponentes cercanos al Gobierno, aparte con los ponentes de los otros partidos, aparte con los del Ministerio de Hacienda y aparte los técnicos del Ministerio de Salud. Yo dije: si esto no se saca de manera simultánea con participación de todos los actores, se empieza a enredar, porque hay información fragmentaria. Entonces, al día siguiente de ser designada como coordinadora ponente convoqué una mesa de trabajo con todos los actores: nos acompañó el equipo técnico del Ministerio de Hacienda, del Ministerio de Trabajo, de Colpensiones, del Ministerio del Interior, todos los equipos técnicos de los ponentes y trabajamos durante dos o tres días para sacar la ponencia que se radicó para el tercer debate.
¿Cuál fue la clave para lograr aprobar la reforma en solo tres días?
Había ese trabajo previo de tres jornadas de discusión del articulado con equipos técnicos, con un equipo de ponentes muy plural que tiene incidencia en sus partidos. En esas mesas técnicas tuvo representación el Partido Liberal, a través de Héctor Chaparro, de Boyacá; Víctor Salcedo, del Valle y del Partido de la U, y Alexánder Quevedo, del Partido Conservador. Entonces ellos terminan dando parte de tranquilidad a sus bancadas y partido en la Comisión, diciendo: ‘yo ya estudié esto, aporté esto, acompáñenme’, así que es una reforma que tuvo un equipo ponente multipartidario, y eso garantiza mayor consenso. Lo segundo es que es una reforma muy bien estructurada por parte del Gobierno, tiene mucho soporte técnico, sostenibilidad financiera y fue blindada jurídicamente para que estuviera bien escrita.
Además, se respetó mucho lo que venía de Senado; si bien se hicieron algunos cambios significativos, se respeta el texto que viene de Senado, que a su vez respeta buena parte del articulado que propuso el Gobierno. Todos esos elementos van permitiendo que haya confianza para votarla. También, desde antes los de Comisión Séptima teníamos la responsabilidad de seguir los debates en el Senado, de entender qué se estaba discutiendo y qué cambios se estaban haciendo y por eso también la reforma llegó decantada a la Cámara, y el otro elemento es que hicimos un trabajo de coordinación muy articulado con la Presidenta y la Mesa Directiva de la Comisión: todo el tiempo estuvimos trabajando, yo como coordinadora, recogiendo las proposiciones y organizándolas junto a mi equipo técnico y el equipo técnico de Hacienda y Trabajo, e informándole a ella y recogiendo también sus observaciones.
¿Cómo manejó la solicitud del presidente Petro de subir a 4 el umbral de las pensiones en Colpensiones?
Con mi criterio, dije: ‘hay que mantener el acuerdo de Senado, o esto va a generar una tensión muy fuerte, y no tenemos tiempo para debates extensos, enredados, que se estanquen. Si llega a haber un debate que dinamite los consensos que se han logrado, ya no hay tiempo para retomar la discusión’. Yo también quisiera, como el presidente Petro, que el umbral hubiese sido mucho más alto, pero ya hay una concertación de Senado y entre partidos y, si eso se afecta, vamos a terminar dinamitando la reforma. Es más, si lográramos subir el umbral en el debate de Cámara en plenaria, en qué problema nos metemos para la conciliación con Senado, porque hay un requisito más y es la conciliación de ambos textos y eso podría terminar hundiendo la reforma, porque no hay tiempo. Por eso, yo me paré en que tenemos que respetar los acuerdos más complejos, que son la vigencia y el umbral. En la mesa de ponentes tampoco hubo acuerdos y mi propuesta fue: llevemos estas discusiones a la Comisión Séptima, al debate público, pero permítanme avanzar en la ponencia, respetando esos dos artículos como vienen de Senado.
¿Entonces la idea que se le va a presentar a la bancada oficialista es mantener ese umbral para garantizar que pase la reforma?
Es inevitable que el debate se dé, muy seguramente se va a trasladar a la plenaria, habrá personas que hagan proposiciones para bajarlo o subirlo, pero me mantendré firme en que no se mueva ese acuerdo, porque puede complicar la conciliación y terminar hundiendo la reforma. Ese riesgo no lo voy a asumir, me mantendré en que el equipo técnico no avale proposiciones para modificar el umbral. Yo quisiera también que fuera más alto, pero no tenemos las condiciones políticas para lograrlo.
Desde la oposición se dijo que en la Comisión hubo una ‘aplanadora’ y que no se les dio garantías...
No es cierto; tuvieron todas las garantías. Hicieron una proposición de archivo, se votó y perdieron; tuvieron participación en el debate cuántas veces solicitaron la palabra, pero además hicieron proposiciones que incluso se acogieron en el texto; incluso les avalamos proposiciones y, después de haberla discutido 30 minutos, dijeron: ‘ya que me la avalaron, la retiro’. Yo espero que no se vaya a frenar el debate con una medida cautelar de algún juez, porque no se votó como una aplanadora.
De hecho, se empezó a discutir por bloques: los artículos que no tenían proposiciones fueron los primeros en votarse y se dejó para luego los que tenían proposiciones. Yo les proponía bloques de votación y ellos decían: ‘saqué de ahí este artículo, que quiero discutirlo en detalle’, y así lo hicimos. Nunca se impuso nada, se dio el debate profundo frente a cada artículo y se votaron por separado artículos que lo solicitaron así. Creo que faltan a la verdad. Es una narrativa para quitarle legitimidad al debate, pero se discutió todo lo que se necesitó discutir y en tres días, con jornadas extensas, se sacó un debate serio, riguroso y profundo. No es cierto que no se hayan dado garantías ni que se haya votado a pupitrazo.
¿Cómo va a enfrentar las estrategias que usará la oposición para alargar el debate en plenaria?
Ellos tienen una reserva de estrategias que han ido utilizando en todos los debates estratégicos para el Gobierno. Seguro no será la excepción, pero ahí estaremos tratando de lograr que se mantenga el quórum, que no se vicien los procedimientos, porque tenemos gente muy calificada en la mesa directiva, sobre todo en el tema de trámite legislativo. Yo soy una persona de diálogo: de las críticas que hizo la oposición a la reforma, recogimos al menos tres elementos sustanciales para modificar artículos y van a quedar en la ponencia; es decir que soy una persona de diálogo. Habrá cosas en dónde no se puede ceder, porque nos cambian el objetivo de la reforma, pero donde tengan la razón, seré la primera en recoger sus críticas. Creo que, en la medida en que se sientan escuchados y que haya un diálogo efectivo, van a bajar la prevención con la reforma.
¿Cuándo empezaría la discusión de la reforma en la plenaria?
Espero que podamos estar radicando ponencia esta semana, para que se pueda publicar y anunciar para debate en la siguiente semana. Sería entre el 4 y el 5 estar empezando la discusión y poder tener dos semanas de debates y que podamos estar haciendo la conciliación la última semana antes del 20. Es lo que tengo en mi cabeza, pero la dinámica política puede cambiar cualquier cronograma y, en esa medida, dependemos de lo que pase en plenaria.
¿Para usted, qué es lo más valioso de esta reforma pensional?
La enorme cantidad de medidas que tiene para proteger a nuestros viejos y que logren realmente alcanzar una pensión, en el caso de quienes contribuyen, pero sobre todo en el caso de quienes no, este pilar solidario va a mejorar condiciones de vida de muchos adultos mayores en Colombia y lo consigna dentro del sistema pensional colombiano. Hoy funciona un programa social que se llama Colombia Mayor, y lo que está haciendo el Gobierno con esta reforma es integrarlo al sistema pensional y garantizar una mejor cuantía del auxilio que se le entrega y de la frecuencia. Hoy se entregan $ 170 mil cada dos meses, y el auxilio que se va a entregar con la reforma es de $ 223 mil mensuales a cerca de tres millones de adultos mayores en condiciones de extrema pobreza y vulnerabilidad.
¿Alguna otra bondad que quiera destacar, desde su punto de vista?
La cantidad de estrategias que tiene para que la gente logre pensionarse: pensión anticipada, tienes mil semanas, pides tu pensión anticipada y te van descontando de la misma pensión la cotización hasta que completes las 1300; la sumatoria de aportes para que se pueda lograr una pensión familiar, en el caso de que ni el señor ni la señora, o si es una pareja diversa, cotizaron y no alcanzó ninguno de los dos la cantidad de aportes o de semanas suficientes, pues que todo eso se sume y se calcule para que al menos logren una pensión.
¿Qué responde a la crítica persistente de que esta reforma tampoco cuenta con aval fiscal?
El Ministerio de Hacienda nos ha acompañado en todo este trámite para tercer debate. Ellos nos han mostrado unas cifras que muestran la sostenibilidad fiscal de esta reforma, pero también nos han dicho que no pueden sacar un aval fiscal cuando estamos modificando el articulado. El aval fiscal va a llegar, pero en el momento en el que haya un texto mucho más maduro, o sea, ahora con la tercera ponencia que llega a plenaria para su último debate. Además, toda iniciativa gubernamental, por obligación, tiene que tener un aval. Es decir, el documento puede llegar en cualquier momento del trámite y lo más coherente es que llegue para último debate, porque ya han podido hacer los cálculos fiscales que necesitan para decir ‘esta reforma es sostenible’. Así que vamos a estar teniendo en ocho o quince días el aval fiscal para acompañar esta recta final del trámite.