Para sellar con éxito los diálogos, fue clave el acompañamiento de la comunidad internacional. También lo será a futuro.
Con los ojos puestos en Colombia han estado los ojos del mundo durante los casi cuatro años que duraron las conversaciones públicas de paz entre el Gobierno y las Farc. Y aunque la espera fue muy larga y hubo momentos críticos, muchos países mantuvieron siempre su respaldo irrestricto a los esfuerzos por dejar atrás medio siglo de guerra con este grupo subversivo. El apoyo se ha expresado desde que comenzaron las negociaciones, en 2012, y se fue intensificando a medida que se iban logrando acuerdos parciales y se acercaba el acuerdo final que hoy se sellará en La Heroica. Y es que Colombia ha demostrado al mundo su compromiso con la paz, según reconoció el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al recordar que cuando visitó el país en el 2011 la paz aún era una posibilidad remota. Entre los apoyos más importantes que ha recibido el país se destaca el de la máxima autoridad del mundo: el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que dio un espaldarazo a la mesa de conversaciones cuando sus quince miembros votaron de manera unánime la decisión de acompañar el fin de la guerra en Colombia. Fue un hecho poco común, puesto que solo en catorce oportunidades, en sus 70 años de existencia, esa instancia ha logrado el consenso de todos sus integrantes sobre una decisión. Otro día histórico La paz de Colombia es una gran victoria para el país y para la humanidad, dijo Ban Ki-moon el pasado 21 de septiembre, luego de reunirse en su despacho en Nueva York (Estados Unidos) con el presidente Juan Manuel Santos, quien le entregó una copia del Acuerdo de Paz para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. Sucedió en la apertura de la 71 Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas, que se convirtió en un día más de reconocimiento internacional para Colombia, porque fue a menos de una semana de que se protocolizaran los acuerdos con los cuales se termina el conflicto armado. La ONU acompañará a Colombia en cada paso que tome, enfatizó Ban Ki-Moon, quien hoy hará presencia en Cartagena. Otra declaración valiosa fue la del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien incluyó el acompañamiento de su gobierno al proceso de paz como uno de los principales propósitos que tuvo en sus ocho años de mandato que están a punto de acabar. Hemos acompañado a Colombia a poner fin a la guerra más larga del hemisferio, sostuvo el Mandatario estadounidense, quien tuvo un encuentro privado con el presidente Santos, quien también le entregó una copia de los acuerdos de La Habana. Por su parte, el rey Felipe VI de España, quien también se entrevistó en Nueva York con el Mandatario colombiano, dijo que Colombia es la estrella del período de sesiones de las Naciones Unidas, ya que llega con la noticia de la paz. El acuerdo reciente entre el Gobierno de Colombia y las Farc nos permite ver el fin del último conflicto armado en nuestro continente, sostuvo, por su parte, el presidente de Brasil, Michel Temmer, en el mencionado evento. En tanto, el mandatario de Francia, Francois Holande, en reunión con Santos, le reiteró el apoyo incondicional de su país al proceso de paz y al posconflicto, al manifestarle que estamos comprometidos y vemos a Colombia como un caso del cual nos sentimos orgullosos. Columna vertebral Como determinante califican los expertos el papel de los países garantes y acompañantes del proceso, dadas las dificultades que enfrentó debido a hechos de guerra y declaraciones encontradas de los negociadores. Por ejemplo, Cuba y Noruega, los garantes, fueron relevantes para que los diálogos continuaran cuando en abril de 2015 las Farc atacaron a un grupo de soldados en Buenos Aires (Cauca), donde murieron once militares, y 19 más quedaron heridos. Este hecho, uno de los últimos ataques de esta guerrilla al Ejército Nacional, puso en su momento en vilo la mesa de conversaciones. Igualmente, la labor del Comité Internacional de la Cruz Roja fue vital para que se diera la liberación del general (r) Rubén Darío Alzate, la abogada Gloria Urrego y el cabo Jorge Rodríguez, secuestrados por las Farc en zona rural de Chocó, hecho que llevó al Jefe de Estado a suspender la negociación en ese noviembre de 2015. Asimismo, el 7 de julio de 2015, Cuba, Venezuela, Noruega y Chile emitieron una declaración conjunta en la que pidieron el desescalamiento urgente del conflicto armado, lo que desencadenó la reducción de ataques por parte de las Farc y el compromiso del Gobierno de no bombardear los campamentos de esa guerrilla. En su condición de acompañantes, Venezuela y Chile contribuyeron igualmente al desarrollo del proceso, especialmente en el inicio, cuando en la negociación era fundamental el apoyo de gobiernos que fueran cercanos a las partes. En cuanto a Venezuela, Nicolás Maduro apoyó el proceso desde que llegó a la Presidencia y ha sostenido esa postura incluso en medio de las dificultades diplomáticas que se han generado entre el vecino país y Colombia. Como se sabe, la ONU liderará la verificación de la dejación de armas por parte de las Farc será la ONU, como cabeza de una comisión tripartida en la que también tendrán representantes de la guerrilla y el Gobierno, que contarán igualmente con el apoyo de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Desminado y plan de paz En marzo de 2015 se anunció de manera conjunta por las partes el inicio de un plan piloto para desminar al territorio nacional, y allí Noruega entró a cumplir un papel clave. En el proceso que se ha venido adelantando, según lo acordado, la Ayuda Popular Noruega ha recopilado información con equipos de estudio no técnico para establecer cuáles son las zonas contaminadas por las minas antipersonal, los artefactos improvisados o el resto de explosivos de guerra. También se hizo la transformación del Plan Colombia a Paz Colombia, que se anunció en el cumpleaños número 15 de la ayuda norteamericana. Allí se anunciaron 450 millones de dólares anuales para el posconflicto y, de ellos, 33 millones de dólares tendrían como objetivo la desactivación de minas. Por su parte, la Unión Europea, UE, también ha anunciado gran apoyo a nivel económico y político para la etapa que enfrentará Colombia en el posacuerdo. Uno de los anuncios en ese sentido lo hizo el enviado especial de ese organismo para la paz de Colombia, Eamon Gilmore, al afirmar que se aprobó un plan de préstamos del Banco Europeo de Inversiones por cerca de 445,6 millones de dólares para la infraestructura que se adelante durante el posconflicto. La ayuda de la UE comenzó con un fondo fiduciario de cerca de 100,2 millones de dólares, enfocados al desarrollo del campo colombiano. Y se han hecho constantes anuncios alrededor de inversiones, como las que ya se han ejecutado en laboratorios de paz y proyectos de desminado. En junio pasado también se anunció un plan piloto de sustitución de cultivos que cuenta con un apoyo provenientes de organismos internacionales. En él participará la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc). Otro punto en el que trasciende la colaboración internacional es el acuerdo sobre la salida de los menores de edad de las Farc, pactado en mayo pasado. En dicho proceso están la Unicef, el Comité Internacional de la Cruz Roja, Cicr, y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), entre otros. Así las cosas, Cartagena será testigo hoy de un hecho histórico no solo para Colombia, sino también para la región y el mundo.