“Estamos discutiendo con las Farc qué va a pasar con el día D+180. No quiero anticiparme a esas negociaciones, porque están en este momento sentados y cualquier cosa que yo diga puede perturbar esa negociación”.
Con estas palabras, el presidente Juan Manuel Santos intentó contener en la tarde ayer la polémica generada por uno de los jefes de las Farc, alias Jesús Santrich, quien en la mañana, en una rueda de prensa, dijo que “el 31 de mayo no puede terminar la dejación de las armas”.
“A lo que aspiramos es a que las Farc se desarmen a la mayor brevedad posible”, agregó el Mandatario durante la clausura de la XIII Cumbre de las Ciudades Capitales en Valledupar, donde agregó que Colombia “tiene la obligación de cumplirle a la comunidad internacional”, que ha respaldado de manera decidida el proceso de paz.
Sin embargo, el Jefe de Estado reconoció que la reciente decisión de la Corte Constitucional sobre el ‘fast-track’ “generó incertidumbre y desconfianza entre los integrantes de las Farc”, pero que el jueves sostuvo una reunión con algunos jefes de la guerrilla a los que les reiteró que “el Gobierno está totalmente empeñado en cumplir el acuerdo”, pero que los otros sectores, como el Congreso y las Cortes también deben “prestos” a hacerlo.
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Antes, ‘Santrich’, miembro de esa organización en la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación de la Implementación de los Acuerdos de Paz, Csivi, indicó: “He hablado de que por lo menos (necesitamos) dos meses para terminar el proceso de dejación, más concreto no hay nada”.
Y añadió que “este tema está siendo tocado en este momento por una comisión de la guerrilla y del Gobierno, (así que) no puedo adelantar conclusiones hasta que termine la reunión”.
A puerta cerrada
En efecto, hasta el cierre de esta edición se supo que continuaba un encuentro a puerta cerrada en Bogotá en el que las partes firmantes del Acuerdo de Paz buscaban un consenso con respecto al Día+180, que se cumplirá la próxima semana, y corresponde a la fecha en la que todo el armamento de las Farc ya debía estar en poder de la Misión de la ONU en Colombia.
Por parte del Gobierno estaban el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo; el ministro del Posconflicto, Rafael Pardo, y el recién renunciado ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, mientras que por las Farc estaba todos los miembros del secretariado.
Según versión de Caracol Radio, tras una jornada muy tensa, al finalizar la tarde se tenía un principio de acuerdo con respecto a una posible prórroga del plazo que vencería el próximo miércoles 31 de mayo, siempre y cuando haya “un gesto de confianza” de parte de la guerrilla hacia los colombianos.
Entre las razones expuestas por ‘Jesús Santrich’ para incumplir el cronograma de entrega de armas, incluida la identificación y destrucción de las caletas en las que tienen fusiles, explosivos y material inestable, está la falta de seguridad jurídica que les generó la Corte Constitucional al abrir el debate en el Congreso sobre las iniciativas de la implementación de lo pactado en Cuba.
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“¿Si la cortesita que tenemos, se le ocurre que la amnistía es inexequible, en qué quedamos?”, cuestionó ejemplificando porqué “el proceso está en el limbo” y añadió: “Al día siguiente de que salgan de las zonas veredales los guerrilleros, los van a matar”.
Según él, para la dejación de armas “se requiere tanto como sea la celeridad del Gobierno”, que considera que no ha cumplido a la hora de generar las “condiciones básicas” en materia de seguridad, protección individual y social, así como “los mínimos para que los combatientes puedan comenzar un proceso de reincorporación”.
“No se justifica que ya, a poquísimos días del D+180, no se haya culminado la conclusión de los campamentos en las zonas veredales”, dijo y resaltó que a algunas de ellas todavía no han llegado los contenedores en que deben depositar las armas.
No es inusual
Por su parte, el representante especial de la Misión de la ONU en Colombia, Jean Arnault, advirtió ayer mismo que “no es inusual” que en una negociación de paz se vean las cosas “con más optimismo de lo realizable” y aseguró que los dos meses de más que piden las Farc para entregar armas no afectará la implementación de los acuerdos.
“Las implementaciones de acuerdos de paz son un choque de cara a los objetivos concretos de la negociación, entonces, a pesar del valor simbólico que tiene el plazo del 29 de mayo, no se debe perder el sueño de la paz”, dijo.
Según él, “había una visión idealizada de esta situación, pues para la recolección de 900 caletas no bastan 55 días” y “estas recalendarizaciones son habituales porque la implementación siempre presenta dificultades que no se anticipan”.
No tan conciliador se presentó en la mañana el alto comisionado Sergio Jaramillo. “Yo les hago una recomendación a todos ustedes, no le pongan atención a ‘Jesús Santrich’”, les dijo a los periodistas horas después de que en una ponencia el guerrillero dijera que los textos del acuerdo llegan “a las inocentes manos” de la Corte “para volverlos mierda”.
En su opinión ‘Santrich’ saca comunicados “de él, a nombre de la Comisión de Seguimiento”. “Yo lo que oigo del secretariado es otra cosa. No nos vamos a desgastar como Gobierno discutiendo con ‘Jesús Santrich’, no vale la pena”, concluyó.
La Misión de la ONU ya ha registrado cerca de mil armas, las cuales corresponden a los guerrilleros integrados al Mecanismo de Monitoreo y Verificación del Cese el Fuego, en el que también hay observadores de Naciones Unidas y de la Fuerza Pública, así como de quienes están realizando labores específicas fuera de las zonas veredales.