En febrero del año pasado, la portuguesa Ana Paula Zacarías presentó sus credenciales ante el presidente Juan Manuel Santos como nueva embajadora de la Unión Europea (UE) en Colombia, pero 17 meses después pareciera que ha estado en el país por mucho tiempo, dado el conocimiento que tiene del proceso adelantado para acabar con el conflicto armado.
En diálogo con Colprensa, aseguró que ahora viene otro importante apoyo para el país: estar al lado de la reincorporación de los más de 7000 miembros de las Farc, lo cual es fundamental tras la dejación de las armas, y anunció recursos y sugerencias para lograr que el proceso de paz se siga mostrando al mundo como uno de los más exitosos.
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¿Cuál es la expectativa de la Unión Europea tras la entrega de las armas por parte de las Farc?
La reincorporación es el tema más importante que viene, además de dar andamiento a los aspectos relativos a la implementación del Acuerdo. Nosotros, en la UE, tenemos tres áreas en las que estamos trabajando y nos sentimos responsables porque estamos mencionados en el Acuerdo. Una es la reincorporación, donde estamos para hacer el acompañamiento internacional. Estamos también en el mecanismo de acompañamiento internacional para el desarrollo rural integral. Y el tercer punto en que estamos es la ayuda en la unidad especial de la Fiscalía para la lucha contra el crimen organizado.
¿Por qué para la UE tiene tanta importancia el tema de la reincorporación de las Farc?
En Irlanda demoró mucho tiempo y es un momento clave del proceso. En Colombia ese proceso ha dado un paso de gigante con la dejación de las armas de los guerrilleros, falta todavía llegar a algunas de las caletas que se están ubicando, pero el segundo paso que es fundamental es volver a la vida civil y empezar a ser parte total de la sociedad colombiana. Eso tiene que ver con la participación política y la capacidad de encontrar una vida nueva sin armas.
Esto lleva su tiempo y necesitará de apoyo, estamos viendo que se están dando los primeros pasos con la creación de la Ecomún, la entidad de economía solidaria de las Farc, que han hablado de hacer un proceso de reincorporación colectivo y ahí estamos también para ver cómo podemos apoyar.
¿Qué les preocupa de la forma en que avanza esa reincorporación de los miembros de la guerrilla?
De momento falta esa articulación de definición de un plan de cómo va a ser. Creo que el Consejo Nacional de Reincorporación lo está trabajando, también tenemos una reunión con el vicepresidente, el general Óscar Naranjo, y el grupo de países acompañantes para ver cómo podemos ayudar.
Es un tema de Colombia, nosotros estamos a la expectativa de lo que nos cuenten y del cronograma que va a tener, qué aspectos concretos en la realidad, pero creemos que es fundamental que empiece ya, porque tantos jóvenes reunidos en las zonas veredales necesitan tener esa expectativa de esperanza de saber qué va a pasar con sus vidas.
¿Cuáles son y cómo avanzan los proyectos que ya desarrolla la Unión Europea de cara al posconflicto?
El fondo tiene 95 millones de euros, pero hay 19 estados de la UE que están aportando su tributo. De momento, hemos aprobado un gran programa de cerca de 11 millones de euros que tiene cuatro proyectos, una asistencia técnica y un proyecto de reincorporación. Uno de esos proyectos de desarrollo rural integrado está en el norte del Valle del Cauca (Bolívar, Roldanillo, La Unión, El Toro, Argelia, El Dobio y Trujillo), otro en el Pacífico Norte, Chocó, y lanzamos otro, con la presencia de todos los embajadores de la UE, en Tierradentro, Cauca. El último proyecto, denominado Más Capaz, está para proyectos en Mesetas, San Juan de Arama, Vistahermosa y Puerto Rico, en Meta.
¿Y en qué consisten esos proyectos?
Tienen un componente de desarrollo económico local y otro gobernanza local, también de apoyo al ordenamiento del territorio, siempre con enfoque a la protección del medio ambiente, y de desarrollo de la sociedad, de la gente que está haciendo la gestión de los proyectos, todos hechos de abajo hacia arriba.
Con las comunidades llevamos cuatro meses y se han tenido 160 reuniones con la gente, donde se les pregunta qué necesitan. También hemos dado un apoyo a un programa de desminado para la formación de excombatientes de las Farc en desminadores humanitarios. Se deben formar cerca de 1200.
¿Cuándo esperan ver los primeros resultados de tales iniciativas?
Esperamos tener los resultados más visibles y concretos en un año aproximadamente, aunque en estos primeros cuatro meses esperamos verlos más rápidamente.
¿Cómo se ejecutará ese proyecto de desminado?
Es uno de los que ya estamos apoyando, lo estamos haciendo con varias organizaciones. La cuestión del desminado viene también con otros proyectos que hemos hecho en el pasado, que fue apoyar los planes piloto de desminado en Santa Helena, Mesetas y Briceño. Esos proyectos fueron muy importantes porque se hicieron antes de la firma de los acuerdos, como generador de confianza. En Briceño fue muy importante porque, a partir del desminado humanitario, el Gobierno pudo llegar de forma integrada con un centro de salud y una escuela, y nosotros apoyamos una biblioteca.
La Unión Europea ha estado muy cerca de todo el proceso de paz, pero de nuevo la pregunta es: ¿por qué lo hacen?
Porque esta cuestión de la paz está en el ADN de la Unión Europea. Sin la UE no hubiéramos tenido 60 años de paz en nuestro continente, somos una entidad constructora de paz, lo hemos hecho a lo largo de estos años y se hace de forma pragmática, con el empeño y la perseverancia de todos.
La idea es que nuestra experiencia pueda ayudar a otros. La idea de tener a Colombia en paz es importante para un socio estratégico como es Colombia, un país con el que tenemos una relación bilateral importante, al igual que multilateral.
El proceso de paz de Colombia da esperanza al mundo de que es posible acabar un conflicto de 50 años por medio de una negociación. No es fácil, pero sí posible.