En la era moderna, la dieta de muchas personas está dominada por alimentos ultraprocesados, que ofrecen conveniencia pero plantean riesgos significativos para la salud cognitiva. Diversos estudios sugieren una conexión entre el consumo de estos productos y la disminución de las funciones cognitivas.
De acuerdo con un análisis publicado en la revista ‘Nutrients’ , en las dietas en las que hay un gran número de alimentos procesados, la persona tiene un 44 % más de riesgo de depresión y un 48 % más de ansiedad, de igual forma, manifiesta que con tan solo consumir un 33 % de calorías que vengan de alimentos procesados también se presumen riesgos para la salud mental.
Alimentos ultraprocesados más consumidos
- Refrescos y bebidas azucaradas: las bebidas gaseosas y con alto contenido de azúcares añadidos son omnipresentes en la dieta moderna, aportando calorías vacías y contribuyendo a problemas cognitivos a largo plazo.
- Comida rápida y snacks empaquetados: hamburguesas, papas fritas, galletas y otros snacks procesados contienen grasas saturadas, sodio y aditivos que pueden afectar negativamente la salud cerebral.
- Alimentos precocidos y listos para consumir: platos precocidos, sopas enlatadas y comidas listas para el microondas a menudo contienen altos niveles de sodio, conservantes y grasas poco saludables.
- Productos de bollería industrial: pasteles, galletas, donas y otros productos horneados industrialmente a menudo están cargados de azúcares refinados y grasas trans, asociadas con problemas cognitivos y deterioro cerebral.
- Cereales de desayuno ultraprocesados: muchos cereales de desayuno comerciales están llenos de azúcares añadidos y aditivos que pueden tener un impacto negativo en la salud cerebral, especialmente cuando se consumen a diario.
Riesgos asociados con los alimentos ultraprocesados
- Inflamación crónica: los alimentos ultraprocesados a menudo desencadenan respuestas inflamatorias en el cuerpo, incluido el cerebro. La inflamación crónica se ha asociado con la disminución de las funciones cognitivas y un mayor riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
- Desequilibrios nutricionales: estos alimentos suelen carecer de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y antioxidantes, lo que puede afectar la capacidad del cerebro para funcionar correctamente y protegerse contra el estrés oxidativo.
- Impacto en la salud vascular: las dietas ricas en alimentos ultraprocesados están vinculadas a problemas de salud vascular, lo que puede afectar el suministro de sangre al cerebro y contribuir a la disminución de las funciones cognitivas.
- Alteración de la microbiota intestinal: la relación entre la salud intestinal y cerebral es cada vez más evidente. Los alimentos ultraprocesados pueden alterar negativamente la microbiota intestinal, afectando así la comunicación entre el intestino y el cerebro.
- Mayor riesgo de trastornos mentales: estudios han sugerido que el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados está asociado con un mayor riesgo de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad, que pueden afectar negativamente las funciones cognitivas.
Cómo diferenciar los alimentos ultraprocesados
- Revise las etiquetas nutricionales: los alimentos ultraprocesados a menudo contienen una lista extensa de ingredientes, muchos de los cuales son aditivos y conservantes. Opte por alimentos con listas de ingredientes más cortas y reconocibles.
- Evite productos con azúcares y grasas adicionales: los alimentos ultraprocesados suelen contener altos niveles de azúcares añadidos y grasas saturadas. Limite el consumo de productos que contengan estos ingredientes en exceso.
- Priorice alimentos frescos y sin envases: opte por frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros que no requieran etiquetas nutricionales extensas. Estos alimentos frescos son esenciales para una dieta equilibrada y saludable para el cerebro.
- Cocina en casa: preparar las comidas en casa permite tener un mayor control sobre los ingredientes. Esto ayuda a evitar el exceso de aditivos y conservantes presentes en muchos alimentos ultraprocesados.
- Elegir snacks saludables: si se busca snacks, opte por opciones más saludables como frutas frescas, frutos secos o yogur natural en lugar de opciones procesadas y empacadas.
Los alimentos ultraprocesados representan una amenaza potencial para las funciones cognitivas. Al adoptar hábitos alimenticios más conscientes y basados en alimentos frescos y nutritivos, se puede proteger la salud cerebral y fomentar un bienestar general a largo plazo.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.