El café es una bebida que tiene una larga historia, para muchos es indispensable y para otros puede convertirse en una adicción, unos ven sus bondades y otros advierten sobre sus riesgos para la salud. En este sentido, varios estudios han indicado que beber entre tres y cinco tazas de café al día podría reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Pero, cabe aclarar que se trata de estudios observacionales, por lo que no pueden establecer de manera confiable una causa y efecto en esta asociación debido a otros factores potencialmente influyentes, así como la dificultad de separar los efectos específicos de la cafeína de los otros componentes incluidos en las bebidas y cualquier alimento con cafeína.
El estudio más reciente, realizado por un equipo internacional de científicos dirigido por el Instituto Karolinska en Suecia ha utilizado la aleatorización mendeliana, una técnica que utiliza variantes genéticas como representantes de un factor de riesgo particular, para examinar qué efecto tienen los altos niveles de cafeína en la sangre sobre la grasa corporal y los riesgos a largo plazo de desarrollar diabetes tipo 2 y otros problemas cardiovasculares, como la fibrilación auricular (ritmo cardiaco irregular), la insuficiencia cardiaca, la enfermedad arterial o el accidente cerebrovascular.
“Investigaciones publicadas anteriormente indican que beber de 3 a 5 tazas diarias de café, una rica fuente de cafeína, está asociado con un menor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Una taza de café promedio contiene alrededor de 70 a 150 mg de cafeína”, explicaron los investigadores en su estudio publicado en la revista BMJ Medicine.
¿Nuevos beneficios del café?
Según los investigadores se encontraron dos variantes genéticas comunes asociadas con la velocidad del metabolismo de la cafeína (CYP1A2 y AHR), y las utilizó para determinar los niveles de cafeína en sangre predichos genéticamente y si esto estaba asociado con un IMC y una grasa corporal más bajos.
Para ello, utilizaron una muestra de casi 800.000 personas a las que realizaron seguimiento durante toda su vida y observaron sus cambios de peso. Las personas que portan variantes genéticas asociadas con un metabolismo más lento de la cafeína beben, en promedio, menos café, pero tienen niveles más altos de cafeína en la sangre que las personas que la metabolizan rápidamente.
Según el estudio hay una causa clara: las personas con el nivel de cafeína estimado más alto tenían un índice de masa corporal (IMC) significativamente más bajo. Un porcentaje de grasa corporal más bajo en promedio y también menos probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2; es decir, que el análisis sugirió que aproximadamente la mitad del riesgo reducido de diabetes tipo 2 de estas personas se explicaba por tener un IMC más bajo.
No obstante estas conclusiones, también es importante tener en cuenta que no todos los efectos de la cafeína en el cuerpo son positivos, lo que significa que hay que tener cuidado y no lanzarse a una ingesta descontrolada a causa de los posibles beneficios de beberla.
Pero este último estudio es un paso importante para evaluar la cantidad ideal que necesitaría nuestro cuerpo para profundizar en las ventajas para la salud.
“Esto representa una buena ciencia de formación de hipótesis o formación de ideas. Sin embargo, no prueba causa y efecto. Por lo tanto, debemos ser cautelosos para no apresurarnos a sobreinterpretarlo”, sostienen los investigadores.
“Hay que tener en cuenta que el café también contiene otros compuestos, como los diterpenos, que pueden ser menos buenos para el metabolismo”, agregan.
Aunque estos hallazgos están limitados por el uso de solo dos variantes genéticas y la inclusión de participantes de ascendencia europea exclusivamente, sugieren que la cafeína desempeña un papel importante en el aumento del metabolismo, el incremento de la quema de grasa, la reducción del apetito y el aumento del gasto de energía, lo que podría disminuir el riesgo de desarrollar obesidad y, por lo tanto, diabetes tipo 2. Pero nada es concluyente, son hipótesis que apenas empezaron a estudiarse.
“Nuestro hallazgo de aleatorización mendeliana sugiere que la cafeína podría, al menos en parte, explicar la asociación inversa entre el consumo de café y el riesgo de diabetes tipo 2. Los ensayos controlados aleatorios están garantizados para evaluar si las bebidas que contienen cafeína sin calorías podrían desempeñar un papel en la reducción del riesgo de obesidad y diabetes tipo 2″, concluyen en el estudio.