En medio de la conmemoración del Día Mundial del Corazón que este 2024 se llevó a cabo este domingo, 29 de septiembre, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) lanzó una preocupante alerta.
Y es que en la población adulta juvenil colombiana ha aumentado los casos de muertes por enfermedades obstructivas del corazón, ya que ha habido un incremento de infartos más frecuentes en las mujeres que en los hombres. En ese sentido, la entidad resalta que entre los años 2021 y 2022 murieron 4.659 adultos jóvenes por enfermedades obstructivas del corazón, de los que 3.493 tenían entre 40 y 49 años, 835 entre 30 y 39 años, y 331 entre 20 y 29 años.
Según un documento de la Universidad del Rosario, algunos de los factores por el aumento en los infartos entre adultos jóvenes son el estilo de vida sedentario, el estrés, la mala alimentación, el consumo de alcohol y de tabaco y la falta de actividad física regular. Lo anterior demuestra que durante los últimos años la tendencia del riesgo cardiovascular ha tenido un cambio, ya que principalmente afectaba a las personas adultas mayores.
Asimismo, esto lleva a que la sociedad de hoy desde edades muy tempranas adopten hábitos saludables con el fin de poder llevar una vida con bienestar y longevidad.
¿Qué es un infarto de miocardio?
Por lo general, se origina porque alguna de las arterias que llevan sangre al corazón se bloquea por un coágulo, un cúmulo de grasa u otras sustancias. Al no recibir la suficiente sangre, el músculo cardíaco no obtiene el oxígeno y los nutrientes que necesita, lo que provoca que el tejido del corazón presente un daño.
Dolor en el pecho; dificultad para respirar; dolor que se irradia a los brazos, cuello, mandíbula o espalda; sudoración excesiva; náuseas o vómitos y mareo o desmayo; son los síntomas más comunes de un infarto.
Juan Mauricio Pardo Oviedo, médico internista, intensivista y decano de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud la Universidad del Rosario, resalta que el 80 % de esta mortalidad es prevenible con algunos cambios en el estilo de vida.
“La prevención de estos infartos requiere adoptar hábitos saludables desde una edad temprana, como seguir una dieta equilibrada evitando las grasas saturadas y los azúcares refinados, aumentar el consumo de frutas y vegetales, realizar ejercicio regularmente, evitar el tabaco y el alcohol, llevar un mejor control de la hipertensión y someterse a exámenes médicos preventivos”, señaló Pardo.