Muchas personas en Estados Unidos sufren de presión arterial alta, también conocida como hipertensión, y la mayoría ni siquiera es consciente de ello. La presión arterial alta ocurre cuando la sangre fluye a través de las arterias a una presión más alta de lo normal. La presión arterial se mide mediante dos números: la presión sistólica y la diastólica. La presión sistólica es la presión cuando el corazón bombea sangre, mientras que la presión diastólica es la presión entre latidos, cuando el corazón se está llenando de sangre.
La presión arterial puede variar a lo largo del día según las actividades que realicemos. En la mayoría de los adultos, una lectura normal de la presión arterial es inferior a 120/80 milímetros de mercurio (mm Hg), siendo la presión sistólica sobre la presión diastólica.
La presión arterial se considera alta cuando las lecturas sistólicas son de 130 mm Hg o más, o las lecturas diastólicas son de 80 mm Hg o más. Es importante estar al tanto de estos números para mantener nuestra salud cardiovascular en buen estado.
1. Presión arterial normal: una lectura normal de la presión arterial es inferior a 120/80 mm Hg (milímetros de mercurio). La presión sistólica es menor a 120 mm Hg y la presión diastólica es menor a 80 mm Hg.
2. Prehipertensión: si tus lecturas de presión arterial están entre 120-139/80-89 mm Hg, se considera prehipertensión. Esto indica que tienes un mayor riesgo de desarrollar presión arterial alta en el futuro, por lo que se recomienda tomar medidas para mantenerla bajo control.
3. Hipertensión etapa 1: la hipertensión etapa 1 ocurre cuando las lecturas de presión arterial están entre 140-159/90-99 mm Hg. En esta etapa, se considera que la presión arterial está elevada y se recomienda tomar medidas para reducirla.
4. Hipertensión etapa 2: la hipertensión etapa 2 se presenta cuando las lecturas de presión arterial son iguales o superiores a 160/100 mm Hg. En esta etapa, es importante tomar medidas inmediatas para controlar la presión arterial y reducir el riesgo de complicaciones.
Es importante tener en cuenta que estos son solo rangos generales y que cada individuo puede tener necesidades y circunstancias específicas. Siempre es recomendable consultar a un profesional de la salud para obtener una evaluación precisa y un plan de tratamiento adecuado para la presión arterial.
La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, es una afección común que puede pasar desapercibida, ya que generalmente no presenta síntomas evidentes hasta que ha causado problemas de salud graves. Sorprendentemente, alrededor de una de cada tres adultos en varios países -incluida Colombia- que tienen presión arterial alta no lo saben y no reciben tratamiento para controlarla. Por esta razón, es crucial realizar controles regulares de la presión arterial al menos una vez al año.
Para controlar o reducir la presión arterial alta, es posible que la entidad de salud de cada quien le recomiende adoptar un estilo de vida saludable para el corazón. Esto implica hacer cambios en la alimentación, como seguir un plan de alimentación saludable para el corazón, como el plan Dash.
Este enfoque dietético se basa en consumir alimentos ricos en nutrientes y bajos en sodio, grasas saturadas y colesterol, lo que puede ayudar a reducir la presión arterial.
Además, es posible que se requiera medicación para controlar la presión arterial alta en algunos casos. Es importante seguir las indicaciones y el tratamiento recetado por tu proveedor de atención médica para mantener la presión arterial bajo control.
Controlar y disminuir la presión arterial alta puede marcar una gran diferencia en la prevención o el retraso de problemas de salud graves. Al mantener una presión arterial saludable, puedes reducir el riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica, sufrir un ataque cardíaco, padecer insuficiencia cardíaca, experimentar un accidente cerebrovascular y, posiblemente, prevenir la demencia vascular.
Baje de peso
La presión arterial a menudo incrementa cuando se aumenta de peso. Tener sobrepeso también puede provocar una alteración respiratoria al dormir (apnea del sueño), lo cual afecta la presión arterial.
“Bajar de peso es uno de los cambios en el estilo de vida más eficaces para controlar la presión arterial. Si eres una persona con sobrepeso u obesidad, baja incluso una pequeña cantidad puede ayudar a reducir la presión arterial. En general, la presión arterial podría disminuir aproximadamente un milímetro de mercurio (mm Hg) con cada kilogramo (aproximadamente 2,2 libras) de peso que se pierde”, confirma Mayo Clinic.
Haz ejercicio regularmente
La actividad física regular puede reducir la presión arterial alta en aproximadamente 5 mm Hg a 8 mm Hg. Así lo confirman especialistas.
Por ello, es importante seguir haciendo ejercicio de manera cotidiana. “Como meta general hay que procurar realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada todos los días”, recalca Mayo Clinic.
Entre los ejercicios aeróbicos que pueden reducir la presión arterial se incluyen: caminar, trotar, andar en bicicleta, nadar o bailar. Otra opción es el entrenamiento por intervalos de alta intensidad. En este tipo de entrenamiento se alternan períodos breves de actividad intensa con períodos de actividad más ligera.
Lleva una dieta saludable
Una alimentación que contenga gran cantidad de granos integrales, frutas, verduras y productos lácteos con bajo contenido de grasa, y niveles bajos de grasas saturadas y colesterol puede disminuir la presión arterial alta hasta en 11 mm Hg. Entre los planes de alimentación que ayudan a controlar la presión arterial se encuentran la dieta Dash y la dieta mediterránea.
Según Mayo Clinic, el potasio en la alimentación puede reducir los efectos de la sal (sodio) en la presión arterial. Las mejores fuentes de potasio son los alimentos, como las frutas y las verduras, en lugar de los suplementos. “Trata de consumir entre 3500 y 5000 mg al día, lo que puede reducir la presión arterial entre 4 mm Hg y 5 mm Hg. Pregúntale al proveedor de atención médica cuánto potasio debes consumir”, recalca.