Realizar actividad física regularmente puede ayudar a mantener fuertes habilidades del pensamiento, el aprendizaje y la concentración, además evita padecer, a futuro, problemas de memoria. Sumado a ello, puede reducir el riesgo de sufrir depresión y ansiedad, al igual que ayuda a dormir mejor.
“La actividad física regular puede mejorar la fuerza muscular y aumentar la resistencia. El ejercicio suministra oxígeno y nutrientes a los tejidos y ayuda a que el sistema cardiovascular funcione de manera más eficiente. Y cuando su salud cardíaca y pulmonar mejora, tiene más energía para hacer las tareas diarias”, afirma la Clínica Mayo.
Bajo esta premisa, investigadores de la Universidad de Tsukuba (Japón) y la Universidad de California en Irvine (EEUU) han observado que sesiones breves de ejercicio suave, como caminar y hacer yoga, pueden estimular el cerebro y producir mejoras temporales en el rendimiento cognitivo de personas mayores.
El ejercicio regular puede ayudar a mantener y mejorar la función cognitiva de las personas mayores. Aunque investigaciones anteriores se han centrado en los efectos de los programas de ejercicio aeróbico de intensidad moderada a alta, de entre seis meses y un año de duración, sobre la función ejecutiva -controlada por el córtex prefrontal-, el reto reside en motivar a las personas para que se comprometan y sigan rutinas de ejercicio rigurosas.
Para este estudio, se dividió aleatoriamente a un grupo de adultos sanos de mediana edad y mayores (entre 55 y 78 años) en dos grupos: uno realizó ejercicio en bicicleta de baja intensidad tres veces por semana durante tres meses (grupo de ejercicio), mientras que el otro grupo continuó con su rutina diaria normal (grupo de control).
El equipo de investigación evaluó la función ejecutiva de los participantes mediante una prueba Stroop y valoró la actividad del córtex prefrontal durante la tarea mediante espectroscopia funcional de infrarrojo cercano antes y después de la intervención.
Los resultados revelaron que el grupo de ejercicio mostró una mejora significativa de la función ejecutiva en comparación con el grupo de control. Cabe destacar que, al analizar los datos por edades, los beneficios del ejercicio suave fueron especialmente pronunciados en el grupo de adultos mayores (entre 68 y 78 años).
El mecanismo cerebral subyacente a esta mejora implicaba un aumento de la activación eficiente del córtex prefrontal. En otras palabras, la función ejecutiva era alta mientras que la activación cerebral correspondiente era relativamente baja. Estos resultados sugieren que incluso tres meses de ejercicio suave pueden reforzar las redes funcionales del cerebro, permitiendo que el córtex prefrontal se utilice de forma más eficiente durante la prueba Stroop.
Este descubrimiento pionero pone de relieve el impacto positivo del ejercicio suave sin estrés durante un periodo de tres meses en el fortalecimiento de la corteza prefrontal y la mejora de la función cognitiva entre los adultos mayores.
Se espera que los hallazgos contribuyan al desarrollo de nuevos programas y estrategias de ejercicio que mejoren la función ejecutiva y sean fácilmente accesibles para las personas mayores con un bajo nivel de forma física y una motivación limitada para hacer ejercicio.
El ejercicio y el cerebro, un beneficio directo
Vale la pena recordar que el cerebro es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano, y fortalecerlo es fundamental para mantener una buena salud física y mental. Además de una alimentación adecuada y una buena calidad de sueño, el ejercicio regular ha demostrado ser una herramienta poderosa para optimizar el funcionamiento cerebral.
Asimismo, el ejercicio físico regular no solo fortalece los músculos, sino que también tiene un impacto positivo en la salud del cerebro. Según los expertos en nutrición, el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo hacia el cerebro, lo que mejora el suministro de oxígeno y nutrientes, estimula la producción de sustancias químicas beneficiosas y promueve la formación de nuevas conexiones neuronales.
*Con información de Colprensa.