Con el evento ‘Noche de luz’, el jueves 27 de octubre, el Instituto para Niños Ciegos y Sordos celebrará su nuevo aniversario, en el Teatro Municipal de Cali y recaudará fondos para continuar con sus valiosos servicios.
Ubicado en el barrio San Fernando, el Instituto para Ciegos y Sordos empezó como un internado en el que asistían personas de todas las edades y era dirigido en aquel entonces por Luisita Sánchez de Hurtado.
Después del colapso del terremoto que ocurrió en 1979, hubo que cerrarlo para luego convertirlo en un externado. Desde esa época, comenzó a trabajar con varias entidades, incluido el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, por lo que los niños se convirtieron en su prioridad.
En la actualidad el Instituto para Niños Ciegos y Sordos, INCS, cumple 82 años prestando sus servicio a personas con discapacidad visual y auditiva. Gracias a su trabajo interdisciplinario ha favorecido a más de 7000 familias de estratos 1 y 2.
El Instituto, bajo la dirección del médico y cirujano Pedro Pablo Perea Mafla, con maestría en Gerencia de Servicios de Salud, trabaja con dos rutas de rehabilitación: en la visual, se enfoca en generarle al pequeño la autonomía para que logre la inclusión social educativa formalizada, a través del manejo del ábaco y el bastón, para fomentar su independencia. En la parte auditiva, por el avance de la tecnología, se maneja el implante coclear para que los niños desarrollen habilidades auditivas y a través de ellas logren construir el lenguaje hablado.
Gracias a fondos recaudados y a distintas alianzas con universidades, la entidad también ha logrado beneficiar a los niños a través de la creación de la Sala Clic, una inversión en desarrollo cognitivo e inclusión social y educativa. Asimismo, en el laboratorio de cirugía experimental y simulación, inversión en formación en salud especializada, en alianza con la Pontificia Universidad Javeriana de Cali y, además, ha invertido en diversas actividades recreativas.
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Este jueves 27 de octubre, con teatro, salsa, gastronomía, moda y arte, el Instituto busca seguir recaudando fondos para la rehabilitación de personas con discapacidad visual y auditiva, debido a que en el Valle del Cauca hay 1942 niños ciegos y 576 con sordera, y solo el 6 % de esta población es debidamente atendida.
Por tanto, con miras a visibilizar la labor del instituto, hacer realidad los proyectos de vida de estos niños y celebrar el aniversario 82 de la entidad, se realizará el evento ‘Noche de luz’ en el Teatro Municipal de Cali, a partir de las 5:00 de la tarde.
La velada contará con la presencia de los actores Jenny Osorio y Juan David Galindo, las orquestas Calibre, Cubalibre y el grupo musical de Niños Ciegos y Sordos del Instituto.
Con el fin de informar sobre el INCS y sus programas, El País dialogó con el director de la entidad, el médico Pedro Pablo Perea, quien además es auditor Iso 9001 y 14000, con formación en Programa Especial de Estudios Pedagógicos, asesor en estándares de calidad y tiene especializaciones en Auditoría Médica y Talento Humano:
¿Cómo identificar que un niño tiene problemas de auditivos y de visión?
Las miradas fijas en los niños recién nacidos, la no respuesta a estímulos sonoros. Los niños normalmente se asustan y se inquietan cuando escuchan ruido. Si el padre hace palmadas de un lado a otro y el bebé no reacciona o no parpadea, estamos ante una sospecha de un trastorno auditivo. En cuanto a lo visual, los niños hacen seguimientos con los ojos a estímulos como la luz o los colores, unos ojos que estén estáticos o que no validen movimiento ante situaciones de estímulos externos, deben recibir atención inmediata por parte de oftalmología. También, si el padre ve una bolita blanca en el ojo del niño, ya que es anormal, porque los ojos de los niños son trasparentes y eso nos aproximaría a detectar un daño visual.
¿Es posible prevenir la sordera y la ceguera?
La mayoría de los niños que nacen con trastornos auditivos es por problemas congénitos. Algunas veces se deben a la presencia ya sea de toxoplasma, rubeola, citomegalovirus y de herpes, que son algunos parásitos y virus que ingresan al organismo de la madre en su proceso de gestación y pueden producir trastornos del desarrollo, sordera o ceguera.
¿Cómo pueden los padres afrontar esta situación que tienen sus hijos?
El primer espacio es de dolor, llanto y desesperanza cuando se dan cuenta de que sus hijos tienen estos diagnósticos. Las familias muchas veces optan por no comunicar y encerrar a los niños, pero realmente les están quitando la posibilidad y el espacio de que desarrollen esas habilidades y competencias para poder salir adelante en sus procesos de inclusión social y educativa. Los padres deben entender que son situaciones, no son limitaciones, y los necesitamos fuertes y empoderados ya que la familia en los procesos de rehabilitación se convierte en un eslabón fundamental de la cadena del proceso de atención en acompañamiento.
¿Qué programas brinda el Instituto?
Tenemos un programa denominado ‘Consentidos’, donde nuestros niños llegan desde los 0 hasta antes de los 6 años para ser promovidos y protegidos frente al tema de la rehabilitación y habilitación visual y auditiva. Asimismo, el ‘Programa de promoción de hábitos y alimentación saludable’, en el que se hace un análisis de salud del niño, les damos el desayuno y el almuerzo, cubriéndoles más del 60 % de los requerimientos proteicos y calóricos que necesitan ellos. El ‘Programa de psicoafectividad’, en el que realizamos actividades de la vida diaria para el fortalecimiento, porque requerimos que sean autónomos e independientes; contamos con el programa de familia que tiene que ver con la adherencia de los padres para empoderarlos y hacerlos más resilientes al desarrollo de estos proyectos y programas.
¿Cómo es el proceso de matrícula de los niños?
El padre trae al niño a la institución y se le hace una valoración al menor por el equipo interdisciplinario. Después de que nosotros sepamos que cumple con el perfil para desarrollar las actividades programadas en la entidad, le damos una mensualidad que está oscilando entre los $40.000 a $160.000. Si los padres no tienen recursos el Instituto asume el desarrollo de esas actividades prácticamente sin ningún costo.
¿Entre qué edades se aceptan los niños en la organización?
Para los procesos de rehabilitación en la parte auditiva hasta los 3 años podemos hacer intervenciones puntuales en niños que hayan sido claramente estimulados. Para los niños con ceguera el tema de la edad ya no es tan limitante, al niño con ceguera, menor de 14 años, se le dan todas las herramientas para que pueda incluirse en los proyectos de los programas educativos nuestros.
¿Si un padre llega con un niño de 4 años con problemas auditivos no le permitirían estar en el instituto?
Lo evaluamos y si el niño tiene alguna respuesta auditiva, avanzamos con él hasta donde podamos llegar. Si definitivamente no hay respuesta, lo remitimos a las entidades que manejen lenguaje de señas.
¿Cuántos niños hay con problemas auditivos y visuales en Cali?
Aproximadamente existen más de 570 niños con necesidades de atención para la parte auditiva y más de 1900 para la parte visual. Eso quiere decir que estamos llegando casi al 18 % de la población y aún nos queda una población muy grande por atender. Por eso, un llamado de atención que hacemos tanto a los hospitales, médicos, programas de promoción y prevención de salud es que detectemos temprano estos estados de discapacidad porque son los que permiten que estos niños puedan salir rápidamente adelante.
Actualmente, ¿cuántos niños están matriculados y cuántos presentan discapacidad auditiva y visual?
El promedio de niños con discapacidad visual es alrededor de un 53 % a 56 % y con discapacidad auditiva de un 46 % a 48 %. En la actualidad, tenemos cerca de 116 niños en este proceso de rehabilitación.
¿Cuál ha sido la barrera más grande que han tenido?
La Ley 1878 del 2018 nos coloca en una posición de negar prácticamente el acceso para habilitar y rehabilitar niños en el instituto. El ICBF, los programas de educación y de salud, que son una triada, es una crítica positiva que hacemos al sistema de atención de la niñez en el país, porque no puede estar atomizada.
La atención y los recursos deben ser integrales, así la concebimos y manejamos en la institución y no como nos están queriendo imponer a través de las diferentes políticas. Tenemos una capacidad de oferta de servicios para 220 niños, pero una política del ICBF ha establecido que los niños no pueden estar en el instituto más de dos años, lo cual afecta muchísimo el proceso de atención y de rehabilitación.
Además, no solo recibiríamos niños con discapacidad visual y auditiva, que es nuestra especialización, sino que también tendríamos que recibir menores de edad con discapacidades múltiples y no somos especialistas en discapacidad cognitiva.
¿Qué proyecciones tiene el Instituto para afianzar todo el tema de rehabilitación?
En estos momentos tenemos una alianza con la Universidad Sherbrooke en Canadá, la Universidad Autónoma de Occidente de Santander y la Universidad Pontificia Javeriana de Cali que, junto con el Instituto, vamos a tener el primer laboratorio de realidad virtual aumentada. Esto incluye una experiencia sensorial para que los niños, a través de una dinámica del cuento, puedan aprender cada vez más. Es una gran noticia porque a nivel latinoamericano sería el primer laboratorio con esta condición.
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Además, tenemos alianzas con las universidades para formar oftalmólogos que a futuro van ser los profesionales que lideren temas de prevención en salud visual. Asimismo, acabamos de terminar la inauguración de una sala con más de 20 equipos de cómputo con programas que mejoran la didáctica de los procesos de aprendizaje de nuestros niños, ya que fortalece el desarrollo en la matemática y en la lectoescritura.
Para el próximo año estaremos trabajando con el screening auditivo (estudio para valorar la capacidad de audición) con más de 500 mil niños en Cali. Esperamos que este proyecto lo podamos ejecutar, ya que hoy en día solo las instituciones privadas hacen el screening auditivo.