Colombia es el tercer país preferido para la inversión en estudios clínicos en Latinoamérica, después de Brasil y México. Se calcula que la inversión anual asciende a los 15 billones de pesos, cifra que puede reflejarse en la calidad de vida de pacientes que padecen enfermedades como el cáncer.
En palabras de Adam Muñoz, director de Gobierno de la Cámara Colombo Americana, AmCham, la investigación clínica representa una “oportunidad dorada” para el sector sanitario en el territorio nacional.
“Estamos totalmente seguros de nuestra capacidad de convertirnos en un ‘hub’ de inversión en investigación clínica”, subrayó en un foro realizado en el marco del mes de la investigación clínica que se conmemora en mayo.
Por su parte, el director del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Francisco Rossi, destacó que el desarrollo de estudios clínicos en el país también se traduce en una mayor capacitación del talento humano.
En esto coincidió la directora regional de Estudios Clínicos de MSD, Francesca Carvajal, al señalar que las investigaciones clínicas brindan a las instituciones de salud y a los médicos la posibilidad de ofrecer a sus pacientes tratamientos de vanguardia.
“El personal de salud es impactado positivamente, no solo porque aporta al desarrollo de estas investigaciones, sino porque además hace parte de la profesionalización de la investigación clínica”, remarcó Carvajal.
No obstante, traer más estudios clínicos al país también impone diferentes retos, como la complejidad regulatoria. Rossi reconoció que la entidad que encabeza, de cierto modo, se ha convertido en un “obstáculo” para el desarrollo de la investigación clínica en el país.
“Estamos tratando de modificar el enfoque para que Invima deje de ser visto como una institución de trámites y se convierta en un dinamizador de la investigación”, mencionó el funcionario. Y anticipó que el Invima proyecta crear un observatorio de investigación, que se convertiría en un aliado para la comunidad científica.
De acuerdo con el vicepresidente de Inversión de ProColombia, Julio César Puentes, en los últimos cinco años, MSD se posicionó como la compañía con más estudios clínicos en el país (118), seguida por Novartis (90) y Roche (34).
Si bien las cifras evidencian el avance que el país tiene en este campo, para Puentes, persisten desafíos como la innovación, el talento humano y la articulación entre los sectores público y privado.
El impacto de la investigación clínica en la vida
El fin de los estudios clínicos es traer los mejores tratamientos para mejorar la calidad de vida de los pacientes. “Tenemos presencia con investigación clínica en más de 60 países, en donde nos aseguramos de compartir esa innovación para que los pacientes puedan tener acceso rápido y efectivo a las nuevas terapias que se están desarrollando”, resaltó la directora regional de MSD.
La compañía calcula que invertirá alrededor de 13 millones de dólares en investigación en Colombia este año. Y, ante las dramáticas cifras de casos de cáncer, el 66 % de los estudios clínicos se centran en tratamientos para esta enfermedad.
“Hoy hay más de 20 mecanismos que se están desarrollando para tener una solución eficaz, no solamente en el tratamiento para prolongar la vida y calidad de vida, sino también para buscar opciones de cura”, añadió Carvajal.
A su turno, Martín Ignacio Zapata, oncólogo del Instituto Nacional de Cancerología, explicó que las intenciones de los tratamientos pueden ser curativas o paliativas. Las últimas se dan cuando la enfermedad ya hizo metástasis y, por tanto, su objetivo es mejorar la calidad de vida del paciente y evitar el dolor.
Mientras tanto, las intenciones curativas se aplican cuando el cáncer está localizado. De ahí la importancia de detectar la enfermedad en etapas tempranas, un escenario que no solo reduce grandes costos para el sistema de salud, sino que también salva vidas.
La detección temprana, un desafío
“No quiero ver más pacientes que no puedo curar”, expresó Ray Manneh, director científico en la Sociedad de Oncología y Hematología del Cesar. Cada semana, este oncólogo atiende alrededor de 100 pacientes en Valledupar y Barranquilla, pero aproximadamente el 50 % de ellos no tiene cura.
El especialista enfatizó que Colombia necesita estrategias de detección temprana para extinguir el “incendio” en el que se ha convertido el cáncer. “Es culpa de todos, ¿dónde están las estrategias de tamizaje para los tipos de cáncer que se pueden detectar a tiempo?”, cuestionó.
Según Manneh, la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) pudo prevenir el cáncer que hoy padece Yeny, abogada de 32 años y paciente con cáncer de cérvix.
María, auxiliar de enfermería de 47 años, es paciente con cáncer de seno, a pesar de acudir de forma juiciosa a sus mamografías. “Nadie audita la calidad de las mamografías, esa lesión se veía en las mamografías de los últimos tres años”, aseguró el oncólogo.
Como estos casos, resaltó el médico especialista, son muchos los que podrían prevenirse con estrategias oportunas. Las cifras hablan por sí solas: una colonoscopia puede reducir en un 20 % el riesgo de cáncer en ese órgano, mientras que el 90 % de los casos de cáncer de pulmón en el mundo es evitable.
Educar a la población, a los médicos y a los administradores de salud, además de investigar estrategias adaptadas a la realidad colombiana y establecer políticas de salud encaminadas a prevenir los tipos de cáncer que se desarrollan por el VPH son algunas de las soluciones que plantea Manneh.