La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que una dieta saludable evita en las personas la malnutrición en todas sus formas, igual que enfermedades no transmisibles, como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
En ese sentido, la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard reveló que un plato de alimentación saludable tiene:
Verduras y frutas - la mitad del plato: El consumo de frutas y verduras por persona al día debe ser de al menos cinco raciones o 400 gramos.
Granos integrales - un cuarto del plato: Los cereales integrales intactos (trigo integral, cebada, bayas de trigo, quinua, avena, arroz integral y productos elaborados con ellos, como la pasta integral) tienen un efecto más leve sobre los niveles de azúcar en sangre y de insulina que el pan blanco, el arroz blanco y otros granos refinados.
Potencia proteica - un cuarto del plato: El pescado, las aves, los frijoles y las nueces son fuentes versátiles y saludables de proteínas que se pueden agregar a las ensaladas y combinan bien con las verduras del plato, pero es vital limitar el consumo de carnes rojas y evitar las carnes procesadas como el tocino y las salchichas.
Aceites vegetales saludables, consumirlos moderadamente: Es importante elegir aceites vegetales saludables como el de oliva, canola, soja, maíz, girasol, maní y otros, y evitar los aceites parcialmente hidrogenados, que contienen grasas trans dañinas. Es importante recordar que bajo en grasas, no significa saludable.
Por su parte, el Ministerio de Salud puntualizó que también es importante añadir micronutrientes en la dieta y estos incluyen:
- Hierro: es uno de los componentes que se encuentra en la hemoglobina (presente en los glóbulos rojos) y la mioglobina (presente en el músculo) encargadas de transportar el oxígeno.
- Yodo: hace parte de las hormonas tiroideas que controlan el buen funcionamiento del metabolismo el cuerpo. Es importante para el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso del feto y se encuentra en la sal yodada y en productos de origen marino como pescados y mariscos.
- Zinc: indispensable en el crecimiento y desarrollo normal, en la reproducción y el funcionamiento del sistema inmune, en la cicatrización de heridas, y en la mejora de los sentidos del gusto y del olfato.
- Vitamina A: mantiene el funcionamiento del sistema inmune, la piel, los ojos y la visión, contribuye a la reparación de las vellosidades intestinales y el tejido pulmonar. Además, el consumo está relacionado con la prevención de infecciones.
- Vitaminas del complejo B: participan en la digestión y la absorción de los carbohidratos.
- Vitamina C: ayuda en la producción y mantenimiento del tejido conectivo del cuerpo (huesos, dientes, piel, y tendones), en la cicatrización de heridas y tiene funciones antioxidantes.
Ahora bien, la buena alimentación debe estar acompañada de una rutina de ejercicio, pues según el director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, “la actividad física es fundamental para la salud y el bienestar, ya que puede ayudar a añadir años a la vida y vida a los años”.