La alergia alimentaria a la proteína de la leche de vaca es una de las más comunes en los niños durante su etapa de lactancia y, según la compañía MeadJohnson afecta a cerca del 7.5 % de los infantes a nivel mundial.
Se puede llegar a creer que la alergia a esta proteína y la intolerancia a la lactosa son lo mismo.

Sin embargo, no es así, pues la alergia es un trastorno inmunológico en el que el organismo considera a la proteína como enemiga (alérgeno); mientras que la intolerancia a la lactosa es un trastorno digestivo causado por una deficiencia de actividad de la enzima que digiere este azúcar.

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Roberto Berni Canani, doctor intaliano, investigador y líder internacional en gastroenterología pediátrica, alergias alimentarias y nutrición, explica que, durante el primer año de vida, la proteína de la leche de vaca (PLV) suele ser la primera a la cual se enfrentan los niños, por eso la reacción adversa a ella es la más común de las alergias alimentarias en los primeros 3 años de vida.

“Existen varios detonantes para desarrollar la alergia a la proteína de leche de vaca. El principal es la predisposición genética. Sin embargo, en los últimos años también se han asociado a situaciones que alteran la microbiota, como la vía de nacimiento (cesárea), la prematurez, y el uso de antibióticos. Afortunadamente, el desarrollo de la ciencia ha permitido que los pacientes con esta alergia reciban tratamientos más adecuados y muestren señales de mejoría”, sostiene el especialista.

Cuando los niños que ya tienen alergia ingieren proteína de leche de vaca o fórmulas a base de ella su organismo la identifica como un invasor nocivo que puede representar riesgo a la salud. En consecuencia, genera reacciones adversas que se pueden manifestar de manera inmediata, intermedia o retardada dependiendo del tipo de alergia.

Los especialistas explican que la reacción alérgica a la proteína de la leche de vaca puede desatar serios problemas para la salud del lactante, afectando su calidad de vida y la de su círculo familiar. Entre estos problemas están las afecciones en la piel y el sistema respiratorio, los cuales se pueden manifestar de forma rápida, y del sistema gastrointestinal, donde aparecen de manera más tardía.

La alergia puede presentarse tanto en niños alimentados exclusivamente con leche materna, como en aquellos que ingieren fórmulas lácteas infantiles. En el primer caso, la madre debe eliminar la leche de vaca de su dieta, pero cuando esto no es posible se requiere el uso de una fórmula hipoalergénica que acelera la inducción de tolerancia oral y ayuda a superar los síntomas de la alergia más rápido”, afirma Canani.

Esta alergia afecta a los infantes hasta sus primeros tres años de vida y puede causar problemas como la tos crónica y la rinitis.