Neurocientíficos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, y el Hospital de Sant Pau de Barcelona afirman que las alucinaciones tempranas de la enfermedad indican un mayor riesgo de deterioro cognitivo cuando existe un diagnóstico de Parkinson, según publican en la revista ‘Nature Mental Health’.
Las alucinaciones de presencia, aquellas donde se tiene la sensación intensa de que hay alguien detrás, son especialmente frecuentes aunque poco conocidas, en los pacientes con enfermedad de Parkinson, y pueden aparecer al principio de la enfermedad. A veces son ignoradas por el paciente o por los médicos, o se consideran un simple efecto secundario de la medicación.
Ahora, los investigadores han descubierto que los pacientes diagnosticados recientemente con Parkinson y que presentan alucinaciones tempranas tienen un mayor riesgo de sufrir un deterioro cognitivo más rápido.
“Ahora sabemos que las alucinaciones tempranas deben tomarse en serio en la enfermedad de Parkinson”, advierte Olaf Blanke, Catedrático Bertarelli en Neuroprótesis Cognitiva, que dirige el Laboratorio de Neurociencia Cognitiva de la EPFL.
“Si usted padece la enfermedad de Parkinson y experimenta alucinaciones, aunque sean leves, debe compartir esta información con su médico lo antes posible --explica Fosco Bernasconi, del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva de la EPFL y autor principal del estudio--. Hasta ahora, sólo tenemos pruebas que relacionan el deterioro cognitivo y las alucinaciones tempranas para la enfermedad de Parkinson, pero también podría ser válido para otras enfermedades neurodegenerativas”.
En una colaboración entre la EPFL y el Hospital de Sant Pau de Barcelona, los científicos recopilaron datos sobre 75 pacientes de entre 60 y 70 años a los que se les había diagnosticado la enfermedad de Parkinson.
Los clínicos y científicos del hospital realizaron una serie de entrevistas neuropsicológicas para evaluar su estado cognitivo, entrevistas neuropsiquiátricas sobre si experimentaban o no alucinaciones y mediciones de electroencefalografía (EEG) de la actividad cerebral en reposo.
Al analizar los datos, los científicos descubrieron que, en pacientes con enfermedad de Parkinson, el declive cognitivo de la función ejecutiva frontal es más rápido en los 5 años siguientes para los pacientes con alucinaciones tempranas.
El nivel de declive cognitivo en esos 5 años se asocia además con la actividad oscilatoria frontal theta (4-8Hz) medida por el EEG durante la primera visita, pero sólo si se tienen alucinaciones al inicio. Para pacientes clínica y demográficamente similares, la única diferencia al inicio es que un grupo tiene alucinaciones tempranas y el otro no.
Las enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson suelen detectarse cuando ya es demasiado tarde y la enfermedad está demasiado avanzada, lo que limita el impacto de las medidas preventivas y las terapias modificadoras de la enfermedad.
Bernasconi, Blanke y sus colaboradores pretenden cambiar esta situación, buscando signos precoces -como pequeñas alucinaciones- y formas de promover una intervención temprana para ralentizar la progresión de los síntomas cognitivos y psiquiátricos de la enfermedad.
Las alucinaciones se encuentran entre los síntomas menos conocidos del Parkinson y son altamente prevalentes al principio de la enfermedad, con un individuo de cada dos experimentando alucinaciones regularmente. Entre las diferentes alucinaciones, las alucinaciones tempranas son realmente motivo de preocupación, ya que aparecen en un tercio de los pacientes de Parkinson antes de la aparición de síntomas motores como los temblores.
La enfermedad de Parkinson se define tradicionalmente como un trastorno del movimiento con los típicos síntomas motores de temblor en reposo, rigidez y bradicinesia, pero también da lugar a una amplia variedad de síntomas no motores que aparecen al principio del curso de la enfermedad.
Las alucinaciones pueden describirse mediante un continuo de síntomas, desde síntomas menores que suelen aparecer al principio del curso de la enfermedad, como las alucinaciones de presencia, hasta síntomas más graves, como las alucinaciones visuales, que aparecen más tarde.
También se ha establecido ya que las alucinaciones visuales complejas, como ver a alguien que no está ahí, se han relacionado con el deterioro cognitivo y la demencia en la enfermedad de Parkinson y otros trastornos neurodegenerativos relacionados, como la demencia con cuerpos de Lewy. Sin embargo, las alucinaciones visuales complejas suelen producirse en una fase avanzada de la enfermedad, lo que limita su uso como marcador precoz del deterioro cognitivo.
“Detectar los signos más tempranos de demencia significa un tratamiento precoz de la enfermedad, lo que nos permite desarrollar terapias mejoradas y personalizadas que intentan modificar el curso de la enfermedad y mejorar la función cognitiva”, prosigue Blanke.
“Nuestro objetivo es disponer de un marcador precoz para identificar a los individuos en riesgo de padecer una forma más grave de la enfermedad de Parkinson, caracterizada por un deterioro cognitivo más rápido y demencia, basándonos en la propensión a las alucinaciones. Y lo ideal sería identificar a esos individuos incluso antes de que se produzcan realmente las alucinaciones. Por eso estamos desarrollando métodos y procedimientos neurotecnológicos con ese fin”, afirma Bernasconi.
*Información de Colprensa*