En Colombia se estima que el 11% de las personas pueden tener alguna alteración en el sentido de la audición. A nivel mundial es el 5 %, de ahí que la cifra a escala nacional prende las alarmas, ya que este problema puede llegar a producir eventualmente, una pérdida completa de la audición.

Este trastorno no es solamente de adultos mayores, como generalmente se piensa. Se ha evidenciado que mujeres y hombres activos laboralmente tienen dificultades auditivas, lo que les acarrea que no puedan escuchar bien los mensajes y por eso en algunas ocasiones no puedan laborar acorde a lo que se espera de ellos en su lugar de trabajo, por eso tienen problemas en su vida laboral.

La alta exposición al ruido es uno los factores que más afectan el buen funcionamiento de los oídos. Entre los trabajadores que enfrentan este problema están los maestros de obra, los productores de conciertos, docentes, odontólogos, DJs, meseros en discotecas, personal aeroportuario de control de tierra, estilistas en las peluquerías debido al ruido constante de los secadores y los periodistas, que están más de 80 % de su día conectados a audífonos.


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Hoy cuando se celebra el Día del Periodista y se le rinde homenaje a labor que desempeñan estos profesionales que trabajan arduamente para mantener a la sociedad informada, se hace necesario que también se pueda hacer visible el alto riesgo al que están expuestos por el ruido constante en su labor de campo, lo que podría llegar a generar una pérdida auditiva en el mediano plazo.

“Los periodistas, en especial los radiales, quienes se ven expuestos a altos niveles de ruido y música, pueden desarrollar una alteración auditiva llamada hipoacusia neurosensorial por ruido. Esta pérdida comienza cuando se superan los límites de ruido (+85db) y se afecta el oído interno. Los escenarios en que se puede presentar con mayor frecuencia son aquellos en donde constantemente hay sonidos elevados, música fuerte, transmisiones de eventos deportivos, escenarios donde existan aglomeraciones, etc. La pérdida puede iniciar desde muy temprano y puede llegar a ser difícil detectarla de manera oportuna debido a que la exposición, así como la disminución es lenta”, señala Bernardo Hernández, vicepresidente de la Sociedad de Medicina del Trabajo, médico especializado en salud ocupacional.

Asimismo, Leydi Camacho, audióloga y coordinadora de calidad y entrenamiento en GAES coincide en que “todas las personas que estén expuestas a ruidos fuertes o al uso de audífonos para la realización de su trabajo de forma permanente pueden llegar a presentar una pérdida auditiva a mediano plazo”.

De acuerdo con el Ministerio de Salud, más de 182.000 personas afirman tener dificultades para realizar sus actividades diarias debido a su pérdida auditiva y con corte al año 2020, según el Ministerio de Trabajo, el 39,5% de las personas que ocuparon una plaza de trabajo, tienen disminución de la capacidad auditiva.

Por esta razón, es importante que todos los profesionales de alto riesgo puedan prevenir una futura pérdida auditiva haciendo uso de:

  • Pausas activas.
  • Cambiando de auricular por cada oído y realizar limpiezas de estos artefactos por manos expertas por lo menos 1 vez al año.
  • Evitar el uso de audífonos de diadema o monitores intrauditivos a más del 70% de la capacidad del volumen y por más de dos horas seguidas.
  • Alternar cuando sea posible el auricular
  • En la medida de lo posible no usar audífonos de diversión
  • Evitar usar copitos para remover el cerumen.
  • No aplicar remedios caseros, gotas, sin una prescripción
  • No automedicarse.


Si luego de realizar una valoración se identifica alguna alteración de la audición mayor al 35 %, los se recomienda el uso de audífonos para pérdida auditiva ya que son cómodos, prácticos y contribuyen a mejorar la calidad de vida.

Leidy Camacho, audióloga y coordinadora de entrenamiento de la marca Gaes recomienda asistir de manera inmediata realizarse un chequeo auditivo si presenta alguno de los siguientes signos: Sensación de falta de volumen en las conversaciones y/o necesidad de que les repitan las cosas; tener que aumentar el volumen a teléfono, TV, equipo de sonido, etc.; escuchar, pero no comprender las palabras y estar en total silencio y sentir pitos en los oídos. Estas son señales de alarma.