El ajo, conocido científicamente como Allium sativum, es una planta herbácea de la familia de las cebollas y los puerros. Se ha utilizado durante siglos en todo el mundo no solo como ingrediente culinario, sino también por sus propiedades medicinales.
Esta especie es originaria de Asia Central y ha sido cultivada y utilizada en diversas culturas durante miles de años. Se ha incorporado en la cocina tradicional de muchas regiones y es apreciado por su sabor distintivo y sus posibles beneficios para la salud.
Es una fuente poderosa de varios nutrientes esenciales, aunque se consume en cantidades relativamente pequeñas debido a su sabor intenso. Una porción típica de ajo contiene:
- Calorías: el ajo crudo contiene alrededor de 4-5 calorías por diente.
- Carbohidratos: aproximadamente 1 gramo de carbohidratos por diente.
- Fibra: una pequeña cantidad de fibra, que es beneficiosa para la digestión.
- Vitaminas: es una buena fuente de vitamina C y vitamina B6.
- Minerales: contiene minerales como manganeso, calcio, fósforo y potasio.
En cuanto a sus beneficios para la salud, el ajo ha sido objeto de diferentes estudios que han comprobado sus potentes propiedades para el abordaje de diferentes afecciones, ya que contiene compuestos antioxidantes como la alicina, que pueden ayudar a proteger las células del daño causado por los radicales libres.
Se ha demostrado que el ajo puede ayudar a reducir la presión arterial y los niveles de colesterol LDL (“colesterol malo”), lo que puede contribuir a la salud del corazón. Pero además, el ajo se ha asociado con la mejora del sistema inmunológico y la resistencia a infecciones.
Pese a todos estos beneficios, recientes investigaciones han encontrado que el consumo de ajo en ayunas puede ser beneficioso para reducir el riesgo de preeclampsia. Este es un trastorno médico que puede ocurrir durante el embarazo y, a veces, durante el período postparto (después del parto).
También conocida como toxemia del embarazo, la preeclampsia se caracteriza por una combinación de hipertensión arterial (presión arterial alta) y daño a los órganos, más comúnmente al hígado y los riñones. Este trastorno suele ocurrir después de la semana 20 de embarazo y puede variar en gravedad. Los síntomas pueden incluir:
- Presión arterial alta (hipertensión).
- Hinchazón repentino, especialmente en manos y cara.
- Proteína en la orina (proteinuria).
- Dolor de cabeza persistente.
- Cambios en la visión, como visión borrosa o sensibilidad a la luz.
- Dolor en la parte superior del abdomen.
- Náuseas y vómitos.
- Falta de aliento.
La preeclampsia puede ser peligrosa tanto para la madre como para el feto. Puede afectar el flujo sanguíneo a la placenta, lo que a su vez puede reducir el suministro de oxígeno y nutrientes al ser en formación. En casos graves, puede llevar a complicaciones como el síndrome de HELLP (una afección que involucra problemas en el hígado y los glóbulos rojos) y la eclampsia (convulsiones).
Si una mujer desarrolla preeclampsia, su médico puede tomar medidas para controlar la presión arterial y monitorear tanto a la madre como al feto de cerca. En algunos casos, si la preeclampsia es grave o no mejora, puede ser necesario inducir el parto antes de la fecha prevista para proteger la salud de la madre y el bebé.
Ahora bien, el ajo es conocido por contener compuestos antioxidantes y antiinflamatorios, como la alicina y otros de azufre. Estas propiedades podrían ayudar a reducir la inflamación y el estrés oxidativo en el cuerpo, lo cual podría ser beneficioso para la salud general y cardiovascular, incluida la prevención de la preeclampsia.
A su vez, el ajo podría tener un efecto positivo en la circulación sanguínea y en la dilatación de los vasos sanguíneos. Una mejor circulación sanguínea contribuye a una mejor salud cardiovascular y, en teoría, podría tener un impacto en la prevención de la preeclampsia.
Es importante destacar que, aunque el ajo tiene propiedades potencialmente beneficiosas, su consumo no debe considerarse como un reemplazo para el cuidado prenatal adecuado y la atención médica profesional. Si se está en etapa de embarazo es fundamental seguir las recomendaciones y pautas proporcionadas por el médico u obstetra.