Son varias las causas por las cuales se registran cuadros de tos, entre ellas está una infección en las vías respiratorias altas, neumonía, enfermedades pulmonares obstructivas, resfriado común, influenza o tos ferina.
Cabe señalar que los motivos mencionados son los conocidos como agudos, es decir, las que se pueden superar en algunos días. Sin embargo, hay enfermedades como el asma, la bronquitis, alergias, goteo retronasal y la sinusitis que pueden convertirse en enfermedades crónicas.
Es importante mencionar que, según Mayo Clinic, tener tos de vez en cuando es normal, sin embargo, cuando esta se alarga por un largo periodo puede ser signo de un problema médico.
“La tos se considera «aguda» si dura menos de tres semanas. Se considera «crónica» si dura más de ocho semanas (cuatro semanas en el caso de los niños)”, cita el portal médico.
Según esta información se debe tener en cuenta que no es necesario que todos tengan una valoración médica inmediata.
Por ejemplo, entre los signos de alarma que se deben tener en cuenta para asistir a un centro médico están la dificultad para respirar, toser con sangre, perder peso sin razón aparente y tener una fiebre prolongada por más de una semana.
“A estos se les suma, los factores de riesgo como exposición a personas con tuberculosis, infección por VIH (human immunodeficiency virus) o estar en tratamiento con corticoesteroides u otros fármacos que inhiben el sistema inmunitario; y los factores de riesgo para la infección por VIH, como actividades sexuales de alto riesgo o consumo de drogas por vía parenteral”, citó el portal médico Manual MSD.
Otras de las complicaciones es que al tener una tos persistente se pueden registrar problemas como dolor de cabeza, mareos, vómitos, desmayos, costillas fracturadas y pérdida del control de la vejiga.
Una de las preguntas más comunes que tiene las personas, es cómo se pueden ver afectados los pulmones cuando se registran estos episodios de tos.
Según algunos expertos, la tos cuando se vuelve crónica y pronunciada puede producir una distensión en los músculos o cartílagos costales que provoca dolor en la región torácica, especialmente al respirar, realizar movimientos o toser de forma repetida.
“La tos puede caracterizarse como seca (no productiva) o productiva, con expectoración de sangre o esputos (también llamados flemas). El esputo es una mezcla de mucosidad, detritus y células expulsadas por los pulmones. Puede ser transparente, amarillento, verdoso o con trazos de sangre”, citó el portal web Manual MSD.
Una de las características esenciales de la tos, es que esta es la encargada de expulsar todo tipo de materia del organismo, a través de sus vías respiratorias. Además, esta resguarda los pulmones de partículas inhaladas.
Entre las enfermedades graves que se pueden identificar con una tos crónica, y por las cuales se necesita una mayor atención médica, están el cáncer de pulmón, la tuberculosis, las infecciones pulmonares por hongos y enfermedades neuromusculares que debilitan la coordinación de las vías respiratorias superiores y los músculos de la deglución.
Es importante mencionar que frente a los posibles exámenes médicos que se pueden desarrollar en cuanto a la presencia de estas enfermedades, con frecuencia, cuando el médico tiene sospechas de cáncer de pulmón (por ejemplo, en individuos de mediana edad o mayores con un historial prolongado de tabaquismo, pérdida de peso u otros síntomas generales), también suele pedir una tomografía computarizada del tórax y ocasionalmente una broncoscopia.
Para evitar y sentir un alivio sobre la tos crónica, se recomienda el consumo de líquidos, infusiones calientes, tomar una cucharada de miel o realizar vaporizaciones de agua o hierbas.