La alimentación saludable juega un papel fundamental cuando de cuidarse estéticamente se trata. Precisamente, las verduras son un valor agregado a la hora de realizar dietas, batidos, entre otras recetas saludables.
Una de las más conocidas, es la zanahoria, una raíz vegetal que trae consigo múltiples beneficios para el organismo. Y que, a su vez, podría una gran aliada cuando de deshinchar el cuerpo se trata.
Esta, ya sea en jugo, cocida, o cruda, es rica en betacarotenos, enzima digestivas y fibra; este último elemento es crucial para mantener el estómago deshinchado y con una sensación de saciedad.
A su vez, un estudio publicado en la Subcellular Biochemistry, señaló que los carotenos presentes en la zanahoria contribuye al mantenimiento de las mucosas del cuerpo. Además, al contener vitamina B6, vitamina C, hierro, yodo y potasio hace que el cuerpo se mantenga nutrido mientras pierde peso.
Cabe mencionar que este alimento contiene un bajo porcentaje de calorías. Y es que 100 gramos de zanahoria aporta entre 36 a 40 calorías. Por tanto, es claro que llevar a cabo una dieta de ese vegetal puede ser un gran componente para perder peso y deshinchar el estómago.
¿Cómo ingerir la zanahoria para deshinchar el estómago?
Una de las bebidas más conocidas para ingerir zanahoria y desinflamar el estómago es la que va acompañada de jengibre y alfalfa.
Este alimento es ideal para combatir la inflamación, el estreñimiento y la indigestión. La zanahoria contiene fibra que contribuirá a un correcto funcionamiento del sistema digestivo y a sentirse más ligero. El jengibre tiene propiedades antiinflamatorias que contribuyen a controlar la pesadez.
Para su preparación se debe moler en la licuadora dos zanahorias, un pedacito de jengibre, una rama de apio, un puñado de alfalfa y medio vaso de agua. Posteriormente, se licua los ingredientes y se toma el jugo inmediatamente para evitar que se oxide.
Existe la opción de añadir algunos hielos dependiendo de la preferencia de cada quien. Lo recomendable es tomarlo en ayunas y esperar un par de horas antes de comer algo.