La siesta es un descanso durante el día que puede tener un impacto positivo en nuestra salud y bienestar. Hay muchos beneficios en tomar siestas para el cerebro, según la información proporcionada por un estudio publicado en los últimos días en la revista académica Sleep Health.

De acuerdo con investigadores del University College de Londres (UCL) y la Universidad de la República de Uruguay, tomar siestas está relacionado a tener un mayor volumen cerebral total, lo que se asocia a un menor riesgo de demencia y otras enfermedades.

Considerando esto, según lo revelado por los investigadores, la diferencia de volumen cerebral entre las personas que toman siestas y las que no, equivalía a entre 2,5 y 6,5 años de envejecimiento, en promedio.

Nuestros hallazgos sugieren que, para algunas personas, las siestas diurnas cortas pueden ser una parte del rompecabezas que podría ayudar a preservar la salud del cerebro a medida que envejecemos”, dijo en un comunicado la autora principal de la investigación en el UCL, Victoria Garfield.

Actividad del cerebro humano | Foto: Phil Leo / Michael Denora

Las limitaciones del estudio estuvieron en que los hábitos de siesta fueron “autodeclarados”, según dijo Tara Spires-Jones, presidenta de la Asociación Británica de Neurociencia y subdirectora del Centro para el Descubrimiento de las Ciencias Cerebrales de la Universidad de Edimburgo, quien no participó en el estudio.

Y añadió: “Incluso con esas limitaciones, este estudio es interesante porque se suma a los datos que indican que el sueño es importante para la salud del cerebro”.

La siesta impacta positivamente en la salud. | Foto: Abel Mitja Varela

¿Cómo fue el estudio?

Los investigadores utilizaron la técnica “aleatorización mendeliana” para analizar muestras de ADN y escáneres cerebrales de 35.080 personas de entre 40 y 69 años que participaron en el estudio UK del Biobanco.

“Usando una técnica llamada aleatorización mendeliana, observaron 97 fragmentos de ADN pensados para determinar la probabilidad de que las personas duerman la siesta habitualmente. Compararon medidas de salud cerebral y cognición de personas que están más “programadas” genéticamente para dormir la siesta con contrapartes que no tenían estas variantes genéticas, utilizando datos de 378.932 personas del estudio del Biobanco del Reino Unido, y encontraron que, en general, las personas predeterminadas para dormir la siesta tenía un volumen cerebral total más grande”, indicó el UCL en un comunicado.

Foto de una mujer joven durmiendo plácidamente en su cama | Foto: derechos de autor no

“Al analizar los genes fijados en el momento del nacimiento, la aleatorización mendeliana evita factores de confusión que se producen a lo largo de la vida y que pueden influir en las asociaciones entre la siesta y los resultados de salud”, dijo la investigadora Paz, en el comunicado.

“Pero los investigadores no encontraron una diferencia en qué tan bien se desempeñaron los programados para tomar siestas habituales en otras tres medidas de salud cerebral y función cognitiva: volumen del hipocampo, tiempo de reacción y procesamiento visual”, detalló el UCL en su comunicado.

La autora principal del estudio Valentina Paz, explicó en qué diferencia este estudio de los otros que se han realizado en años pasados. “Este es el primer estudio que intenta desentrañar la relación causal entre la siesta diurna habitual y el cerebro cognitivo y estructural. Al observar los genes establecidos al nacer, la aleatorización mendeliana evita los factores de confusión que ocurren a lo largo de la vida y que pueden influir en las asociaciones entre la siesta y los resultados de salud. Nuestro estudio apunta a un vínculo causal entre las siestas habituales y un volumen cerebral total más grande”, añadió Paz.