El mouse es uno de los accesorios más usados en computadoras y laptops, y con el tiempo tiende a acumular polvo, grasa y residuos de suciedad de las manos. Esta acumulación no solo compromete la higiene del dispositivo, sino que también puede afectar su desempeño, provocando fallos en los botones o dificultades en su desplazamiento. Para evitar estos problemas y extender su vida útil, es recomendable realizar una limpieza periódica.
Si el mouse presenta fallos recurrentes, como botones que no responden correctamente, dificultad para moverse o una rueda que se atasca, puede ser señal de que necesita una limpieza más profunda. En algunos modelos, se puede desmontar la carcasa para acceder a los componentes internos y limpiarlos con mayor precisión. Sin embargo, este procedimiento debe realizarse con precaución y solo si se cuenta con los conocimientos necesarios para evitar daños.
Si después de una limpieza adecuada el mouse sigue funcionando mal, podría tratarse de un desgaste interno que requiera su reemplazo. Adoptar una rutina de limpieza no solo contribuye a mantener la higiene, sino que también mejora la experiencia de uso y prolonga la vida útil del periférico.
¿Cómo limpiar correctamente un mouse?
Para eliminar la suciedad del mouse sin afectar sus componentes internos, es importante seguir algunos pasos básicos. Antes de comenzar, se recomienda desconectarlo del puerto USB o apagarlo si es inalámbrico, evitando así posibles cortocircuitos o daños.
Con un paño de microfibra ligeramente humedecido con alcohol isopropílico, se debe limpiar la carcasa para remover grasa y suciedad. Es fundamental evitar productos de limpieza abrasivos que puedan deteriorar el material.
Los botones del mouse pueden acumular residuos que afectan su funcionamiento. Para limpiarlos, se puede usar un hisopo humedecido con alcohol isopropílico o aire comprimido para eliminar la suciedad en las ranuras.
La rueda de desplazamiento también puede acumular polvo y residuos, afectando su movilidad. Para limpiarla, se recomienda utilizar un palillo o una brocha de cerdas suaves que permitan eliminar la suciedad atrapada.
Asimismo, la base del mouse, donde se encuentran los sensores ópticos o láseres, debe mantenerse libre de polvo para asegurar un desplazamiento preciso. Para esto, se puede utilizar un paño seco o aire comprimido.
Consejos para evitar la acumulación de suciedad
Además de la limpieza regular, existen algunas medidas que pueden ayudar a mantener el mouse en buen estado por más tiempo:
- Lavar las manos antes de usarlo: La grasa y el sudor pueden acumularse en la superficie del mouse, acelerando su deterioro. Lavarse las manos antes de utilizarlo reduce este problema.
- Evitar comer cerca del mouse: Las migas y restos de alimentos pueden caer en las ranuras y afectar el funcionamiento de los botones y la rueda de desplazamiento.
- Usar una alfombrilla limpia: Si el mouse se desliza sobre una superficie sucia, es más propenso a acumular polvo en su base y sensores. Mantener la alfombrilla libre de suciedad puede prevenir este inconveniente.
- Guardarlo en un lugar adecuado: Para evitar que acumule polvo innecesario cuando no está en uso, se recomienda almacenarlo en un sitio limpio y protegido.
Siguiendo estas recomendaciones, es posible mantener el mouse en óptimas condiciones y evitar problemas que puedan afectar su rendimiento.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.