Cada vez más hogares están equipados con una amplia gama de electrodomésticos que facilitan la vida diaria, pero también representan una parte significativa del consumo de energía. A menudo, se piensa que al apagar estos aparatos se elimina su consumo, pero la realidad es que muchos de ellos siguen gastando electricidad en modo de espera, o “stand-by”, un modo que permite a los dispositivos reactivarse rápidamente sin necesidad de un nuevo arranque.
Este consumo, conocido como “energía fantasma” o “vampiro”, puede suponer hasta un 10 % del total de la factura eléctrica mensual en algunos hogares. Dentro de esta categoría de aparatos, hay uno en particular que suele pasarse por alto: el televisor.
Aunque parece inofensivo, este dispositivo, especialmente los modelos modernos con múltiples funciones y conexiones a internet, sigue utilizando energía incluso cuando está apagado, ya sea para mantener las actualizaciones de software, las configuraciones de red o simplemente para poder encenderse más rápidamente desde el mando a distancia.
Un consumo invisible pero costoso
El televisor es uno de los electrodomésticos más comunes en los hogares y, sin duda, uno de los que más tiempo permanece encendido. Sin embargo, incluso cuando se apaga, la mayoría siguen en modo de espera, consumiendo una cantidad considerable de electricidad a lo largo del tiempo. Este consumo puede parecer insignificante a corto plazo, pero sumado al de otros electrodomésticos en el hogar, puede tener un impacto notable en el recibo de la luz.
El modo de espera permite que el televisor responda rápidamente cuando se usa el control remoto, pero este pequeño lujo tiene un costo. De hecho, este electrodoméstico en modo de espera puede consumir entre 1 y 3 vatios por hora. Si consideramos que este aparato puede estar en espera durante unas 20 horas al día (si se utiliza unas 4 horas diarias), esto puede traducirse en un consumo adicional de hasta 60 vatios-hora por día, lo que al final del mes podría representar un gasto adicional en la factura eléctrica.
Además, los televisores más recientes, con funciones como conexión wifi, grabación en la nube y servicios de streaming, pueden llegar a consumir incluso más energía cuando están en modo de espera. Desconectarlo cuando no está en uso, especialmente al salir de casa por períodos prolongados, puede ser una medida eficaz para reducir el consumo eléctrico y, en consecuencia, la factura.
Consejos prácticos para reducir el consumo
Aunque desconectar el televisor es un buen punto de partida, hay otras medidas que pueden ayudar a reducir el consumo eléctrico en el hogar de manera significativa. Uno de los consejos más sencillos y efectivos es utilizar regletas con interruptor. Estas permiten apagar varios dispositivos de una sola vez, eliminando el consumo en modo de espera de todos los aparatos conectados.
Otra opción es invertir en enchufes inteligentes que se pueden programar para desconectar automáticamente ciertos dispositivos cuando no están en uso o cuando se sale de casa. Además, reducir el brillo de la pantalla del televisor, desactivar funciones que no se utilizan y optar por modos de ahorro de energía son otras formas de reducir el consumo.
Es importante recordar que, aunque el consumo de energía en modo de espera pueda parecer pequeño en el caso de un solo aparato, el efecto acumulativo de varios electrodomésticos en esta situación puede ser considerable. Con simples acciones como desconectar el televisor y otros dispositivos similares, es posible ahorrar una cantidad significativa de energía y reducir la huella ecológica del hogar.
*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.