El hospedaje en un hotel siempre va a generar cuestionamientos tanto prácticos como legales, pese a que la publicación de esta nota no implica una asesoría legal, si puede ser una guía para aquellos que piensan mantener estancias largas en algunas acomodaciones. En principio, y por más obvio que parezca, un hotel es una empresa dedicada a brindar comodidad en la estancia de sus huéspedes, sin importar el tiempo que dure dicha acomodación; siempre y cuando el huésped tenga el dinero para pagar ese servicio.
Así las cosas, solo técnicamente, los clientes pueden quedarse en los hoteles el tiempo que estimen necesario; sin embargo, en Estados Unidos, por ejemplo, la acomodación tiene reglas estatales que varían según el lugar donde esté ubicado el establecimiento, por lo tanto, si es una estancia prolongada, la recomendación es hacer dos reservas, una por el tiempo máximo e irla renovando. Lo mismo pasa en Reino Unido, donde la respuesta a esta pregunta depende de las normas establecidas por las autoridades locales.
Cabe anotar que una estancia larga en un hotel o en un Airbnb depende siempre de la disponibilidad del hospedero, si hay espacio, si no hay otras reservaciones o si simplemente permite ese servicio, sujeto también a las normas de cada hotel. En estancias largas es posible que el hotel haga descuentos, ya que el costo siempre será elevado, pero, de nuevo, eso dependerá siempre del establecimiento. En algunos casos, los alojamientos de larga duración están destinados a algunas habitaciones específicas que podrían incluir cocina o lavadora integradas para estos casos.
Pese a que no hay una norma establecida para las estancias largas, siempre es importante consultar el manual de derechos y deberes que da a conocer el hotel al momento de hacer el ingreso al mismo. Consultar las reglas y acogerse a ellas siempre será el mejor consejo.