Arriba, en la parte más alta de La Cumbre y ubicado en un punto estratégico de Yumbo y Dapa está Bitaco, un corregimiento con 2.500 pobladores que cuenta con una riqueza natural inimaginable y una biodiversidad única en la región. Justo ahí se encuentran los cultivos Agrícola Himalaya.

Allí, la compañía líder en la categoría de té e infusiones en Colombia desde 1960, viene ejerciendo una labor impregnada de solidaridad, compromiso y amor por esta parte de la región. Se trata de un sistema de sostenibilidad ambiental que busca mejorar la calidad de vida de los bitaqueños y su entorno.

A través de la Fundación Agrícola Himalaya, liderada por su gerente general Carlota Llano, en Bitaco se están desarrollando varios proyectos que buscan un desarrollo rural sostenible en ese pedacito del planeta que incluso muchos no conocen.

Y es que como bien lo dice Carlota Llano, Bitaco es una joya ambiental del departamento que se debe proteger, tiene un ecosistema maravilloso y un clima tropical propio para hacer grandes obras en cosechas, emprendimientos y sostenibilidad.

Un valor que la Fundación Agrícola Himalaya ha sabido apreciar. Por ejemplo, el ecosistema de este bello lugar rodeado de montañas y bosques ha permitido que el Té Bitaco sea excelente y de alta calidad. Un té orgánico que se nutre del clima, de la tierra y del aire que ofrece el sector.

Por eso desde la Fundación velan por el cuidado ambiental y la educación comunitaria. Es así como desde ese esfuerzo crearon el programa de protección y descontaminación de la cuenca alta y media del río Bitaco.

Casa por casa, desde la parte alta de la montaña, los empleados de la Fundación Agrícola Himalaya trabajan en la descontaminación ambiental a través de un trabajo en equipo con la comunidad, donde la conciencia ambiental es la clave.

Y empezaron por verificar si en la zona habían vertimientos de aguas, pozos sépticos, tratamiento de aguas negras y grises, para luego empezar a corregir lo que le hace mal al río Bitaco, más aún cuando se conoce que de este afluente surte de agua a una gran parte de la Cumbre, a Dagua y a una zona llamada Montañitas.

Una labor que no ha sido fácil, pero con esfuerzo la Fundación Agrícola Himalaya sigue piloteando. “En el camino nos hemos encontrado con problemas gravísimos, por ejemplo el pueblo vierte todas sus cañerías al río. Por eso empezamos de arriba hacia abajo para que cuando lleguemos a la parte baja logremos que el Gobierno haga la Ptar en este sector”, expresó Carlota.

Y es que la preocupación también parte de que el río es el 37% de la cuenca del río Dagua y el mayor sedimentador de la bahía de Buenaventura, por eso la meta es lograr que todos los inicios del afluente estén muy limpios y sanos.

Un proyecto que va hilado a la Hacienda Himalaya, un espacio de 213 hectáreas, 100 de ellas son de bosques nativos que hacen parte del Bosque de Niebla, un corredor estratégico de la biodiversidad y una zona protegida por el Estado y por ellos.

Para lograrlo, desde el vivero de Agrícola Himalaya han reforestado las zonas afectadas por tala de árboles o deforestación con plantas que son entregadas gratuitamente para ser sembradas por la misma comunidad.
“Contamos con especies nativas que necesita el corregimiento de Bitaco, también proveemos de árboles a Dapa y en promedio sembramos entre 12 a 15 mil árboles cada año para beneficio de la cuenca y la reproducción de agua, pues la Cuna del agua es el bosque”, comentó Llano.

El otro componente es el Plan Integral de Residuos sólidos, Bitaco por ejemplo solo tiene recolección de basura en el pueblo, mientras que en la parte alta recurren a prácticas antiguas como enterrar el plástico, quemar lo demás y lo que no sirve, por eso desde la Fundación han hecho un arduo trabajo para erradicar estos malos hábitos y crear un pensamiento hacia la sostenibilidad y el emprendimiento.

Sin embargo, una de sus mayores apuestas es la de educar. La Fundación cuenta con una línea de apoyo a la educación rural, son los patrocinadores de la única presencia formal que hay del Estado colombiano en esta zona: la escuela ‘La Libertad’, una institución que cuenta con 400 estudiantes, 6 escuelas veredales y un bachillerato
Su nombre exalta el trabajo que hace Agrícola Himalaya por liberar a los jóvenes de las limitaciones para recibir una educación digna del Siglo XXI. Ahora, la institución cuenta con instalaciones más aptas para el aprendizaje, salas de cómputo, juegos para los niños, un comedor y el apoyo de siete profesores que guían a los docentes unitarios de las escuelas, así como el refuerzo para los de bachillerato. Tienen clases de música, sistemas, deportes, entre otros.

“Queremos que los jóvenes tengan una educación de calidad y que la brecha no sea tan grande entre la educación rural y la urbana. También los orientamos a través cátedras ambientales desde tercero de primaria para que al graduarse sean gestores ambientales de su territorio”, anotó Carlota.

Pero la historia no termina ahí, la Fundación tiene el programa de becarios ‘Marichú del Llano’, son 13 becas rotativas en diversas universidades con el fin de formar generaciones emprendedoras.
Un trabajo valioso y retador que la Fundación Agrícola Himalaya trabaja de la mano de su confinanciador alemán la Fundación Alemana Misereor, la autoridad ambiental y sobre todo con los bitaqueños.

Tejiendo sociedad

Para la Fundación, lo más bonito de todos los proyectos que han emprendido ha sido la confianza y el respaldo de los bitaqueños. Justamente una de las tareas de los asesores sociales de la entidad es volver a crear tejido social en Bitaco a través de diversas estrategias. Convertir a la gente en líderes sociales, regenerar el ambiente comunitario y expandir las oportunidades.

“Con las Juntas de Acción comunal estamos haciendo un gran trabajo y es convencerlos de que Bitaco tiene que estar impecable ambientalmente. Por eso capacitamos a nuestros líderes con conferencistas y especialistas en el tema para que éstos a su vez sean voceros en sus comunidades”, puntualizó Carlota Llano.

Así es como Agrícola Himalaya se ha convertido en el mayor generador de empleo del municipio de la Cumbre, respondiendo por una cantidad de familias y por su empleo que al final se transforma en oportunidades, en educación para los jóvenes, en acciones que generan valor.