Una cena de Nochebuena con distanciamiento social, sobres en vez de regalos o novenas por Google Meets son algunas maneras en la que transcurrirá la Navidad para cuatro expertos de la salud de Cali y el Valle del Cauca que han luchado todo el año para evitar que el covid se propague en la región.
Si bien reconocen la desazón de ciertos sacrificios, con el fin de respetar las medidas de bioseguridad en medio de los encuentros con sus familias, también admiten que son decisiones necesarias “para verse con ellas de nuevo en futuras navidades”, como diría la epidemióloga Lyda Osorio.
Estos son sus relatos de cómo planean llevar a cabo las fiestas decembrinas, desde sus propias voces, lugares y horarios de trabajo.
Lea además: Destinarán $1.4 billones para fase 1 de vacunación contra el covid-19 en Colombia
María Cristina Lesmes, secretaria de Salud del Valle. Palacio de San Francisco. Hora: 2:01 p.m.
Mi apuesta es nunca enfermarme. No hice ninguna compra para esta Navidad, ni siquiera virtual. Siempre disfruto de ir al centro comercial para seleccionar los regalos con calma. Ahora es imposible. Todos los años envío juguetes a la Fundación Amigos de Puerto Merizalde para los niños de este corregimiento de Buenaventura, pero me temo que en esta oportunidad les enviaré un sobre con dinero. Lo mismo haré con mi familia.
Para ese día solo estaré reunida con tres de mis hermanos, mis cuñadas y algunos sobrinos para que no hayan más de 10 personas en el balcón de mi casa. Es evidente que no cenaremos todos juntos alrededor de una mesa, sino separados el uno del otro.
Tuve que sacrificar muchas cosas para estas fiestas de fin de año, como la decoración. No armé el árbol de Navidad: solo me limité a ubicar un Papá Noel en el centro de la casa, con dos cerditos acompañándolo en los extremos, así como una flor de Pascua que situé en la mesa principal. Nada más.
He tratado de ser coherente en lo que digo y hago. ¿Que cómo hago para que la salud mental no esté afectada? Tengo la fortuna de vivir en una casa ubicada en Dapa, Yumbo. Un ambiente campestre, sereno, que cada vez que me dirijo a él una vez salgo de la oficina se me quita la mitad del estrés. Allí tengo la felicidad de encontrarme con mis cuatro hijos: René, un cocker americano; Merlín, un pastor alemán; Sakura, una akita inu; y Frida, otra pastor alemán.
En esta ocasión tendremos una Navidad completamente familiar y… austera. Es posible que recupere algo de mi cotidianidad en el segundo semestre del 2021. Quizá viajar a Florida, Valle. Acaso también ir a cenar en un restaurante. O tomar un vino con los amigos.
Doctor Sócrates Herrera Valencia. Centro de Investigación Científica Caucaseco, Cali. Hora: 2:15 p.m.
Disculpe la tardanza. Es que acabo de salir de una reunión y pues… ya voy a entrar a otra. En fin, ¿quiere que le cuente cómo será mi Navidad? A ver, mi esposa, la bacterióloga Myriam Arévalo, y yo planeamos ir ‘antecitos’ del 20 de diciembre a Bogotá, donde viven nuestros parientes, nuestras madres. La de ella tiene 88 años y la mía, 97. Es decir, tenemos una responsabilidad extraordinariamente grande.
Ahora bien, el reto más inmediato es resolver cómo viajamos mientras respetamos los estándares de bioseguridad. Por un lado, está comprar tiquetes para vuelos aéreos, pero no me siento del todo tranquilo por las posibles aglomeraciones que se formen en los aeropuertos para estas fechas, y por el otro, conducir en nuestro carro, pero las restricciones al transporte particular en La Línea nos hace repensar esta opción.
Las únicas personas con las que estaremos cerca serán nuestras madres, pues es claro que habrá restricciones para la fiesta y visitas a centros comerciales. Según hemos acordado en familia, no habrá una cena que reúna a todos los miembros, sino que cada pareja y sus hijos, si es que tiene, la realizará en su propia casa. Tal vez hagamos el brindis por videollamada.
Como investigadores, Myriam y yo debemos dar ejemplo a la familia a la hora de respetar el distanciamiento, el uso del tapabocas, etc. Yo creo que podemos querernos, darnos cariño sin necesidad de abrazarnos…
Antes de regresar a Cali los primeros días de enero vamos a aprovechar para formular propuestas de investigación para agencias internacionales, además de adelantar otras que ya iniciaron. Dado que trabajo hasta 16 horas diarias -ojalá fueran más-, no tengo tiempo para estresarme o cansarme. Si usted me pregunta qué quiero de regalo, solo le responderé una cosa: salud.
Epidemióloga Lyda Elena Osorio. Su casa (barrio desconocido). Hora: 9:15 a.m.
El plan de una Navidad con mis papás es el siguiente: con mis hermanos vamos a alquilar un sitio campestre, bastante amplio, para hacer un asado entre 10 personas y darles nuestros regalos a ellos dos.
Debe ser antes del 24 de diciembre para evitarles líos en el transporte; mis papás viven en Buga. Creo que podemos imaginar ese encuentro sin abrazos ni besos mientras guardamos una distancia de dos metros y usamos el tapabocas todo el tiempo. Si los cuidamos, podremos visitarlos más navidades.
Ambos son adultos mayores. No pregunte la edad de mi mamá: a ella no le gusta que la sepan, solo le diré que tiene más de 70, nada más (ríe). En cualquier caso, no los veo desde enero. Siempre estoy en contacto con ellos, se les apoya en lo que necesiten desde lo virtual y son muy cuidadosos cuando deben salir de casa, ya sea para hacer diligencias personales o cumplir con los controles médicos por odontología y diabetes.
Pero en cuanto qué haremos el 24… Es probable que sea un día que transcurra completamente en casa, con mi esposo y mi hijo de 12 años. Los regalos ya fueron comprados en su totalidad por Internet, porque quiero evitar aglomeraciones. La verdad es que lo virtual me fascina; estas fechas haremos las novenas por Google Meet o Zoom.
¿Que si le regalo una foto para este artículo? Nooo, eso a mí no me gusta… Mire que más que una foto, lo importante es el mensaje: no podemos tirar por la borda todo lo que hemos logrado hasta ahora. En estas navidades todos somos una familia, cuidándonos entre desconocidos como si fuéramos parientes.
Miyerlandi Torres, secretaria de Salud de Cali. Lugar desconocido. Hora: 4:45 p.m.
Yo sí soy muy tradicional y las novenas las hago porque las hago. Eso sí: solo con mi pareja y mi hija de 14 años. Muy parecido a como celebramos el Día de Velitas, cuando nos limitamos a prender los farolitos en casa y ya a las 9:30 de la noche estábamos durmiendo… Muy diferente a años pasados en los que íbamos a casa de mi mamá, en Buga.
Son muchas las actividades que hemos tenido que sacrificar... Una de mis favoritas, salir de compras con mi mamá y mi hija. Esta ocasión fue diferente, pues tuve que despertarme muy temprano para conseguir los regalos en un horario en el que no hubiese casi nadie en los supermercados. Terminé a eso de las 10:00 de la mañana.
Tampoco podré celebrar el compartir con los funcionarios, como era mi costumbre en mi puesto anterior como gerente de la ESE Centro de Cali. Me temo que ahora tendremos que hacer un saludo por Zoom. Y ya.
Afortunadamente, para la cena de Nochebuena sí vamos a encontrarnos en casa de mi mamá, con un máximo de siete parientes. Ojalá ninguno de los que vayamos a asistir llegue a tener síntomas respiratorios, pues de lo contrario habría que cancelar el evento.
Por cierto, así como le dijo Lyda, mejor pasemos la pregunta de cuál es la edad de mi mamá, aunque sí le puedo contar que ha sido influenciada por la Revolución de las Canas (ríe). A veces toca insistirle un poquito que cumpla con las medidas... En fin, la cena será muy corta y solo se realizará con el núcleo más cercano. Estaremos con el tapabocas todo el tiempo salvo cuando empecemos a comer.
(Silencio). La gente siempre me dice que por qué soy tan calmada, pero la verdad es que si no estoy serena, mis mensajes a la población no serán iguales y más en tiempos de crisis. Son muchos los retos que uno ha tenido que enfrentar, ya sea como funcionaria o madre; había días en los que mi hija me insistía que renunciara a mi cargo, pero digamos que ya ha aprendido a compartir a su mamá con la pandemia.
Cada vez que despierto me digo que debo aprender algo. Eso me mantiene en pie. Mañana no será la excepción.
Recomendaciones para alimentos
El Ministerio de Salud expidió una serie de recomendaciones por el consumo de alimentos, sobre todo de pescados y enlatados.
Sobre los primeros: evite comprar aquellos que tengan escarcha o cristales de hielo, pues implica que han estado mucho tiempo almacenados y las pencas de bacalao salado no deben tener un aspecto seco y sin puntos rojos o negros en su superficie.
Y en cuanto a los enlatados: deben estar en buen estado en el momento de su compra; no deben presentar abombamientos, rupturas, suciedad, golpe y/o óxido, y cuando no haya consumido el total del producto, guárdelos en refrigeración (0-4°C) en frascos, ya sea de plástico o vidrio.