A sus 80 años de edad Flor Alicia Jiménez tiene una vitalidad envidiable. No en vano le entristece saber que este año, producto de la pandemia, no se realizarán las olimpiadas del adulto mayor.
Un torneo que la ha llenado de satisfacciones y en el que ha representado con honores al Hospital Geriátrico y Ancianato San Miguel colgando de su cuello varias preseas de oro logradas en el atletismo.
Sin embargo, por un problema de diabetes demanda una alimentación especial y el consumo de suplementos nutricionales que no los cubre su EPS por el alto costo, pese a que son necesarios para balancear en su cuerpo de nutrientes esenciales.
Por suerte la solidaridad durante esta cuarentena no ha faltado para ella ni para los otros 279 abuelos con los que comparte hogar.
Ellos hacen parte del programa ‘Mejor Nutrición, Mejores Años’ de la empresa Boydorr, especializada en la investigación y producción de alimentos para propósitos médicos, y que ha favorecido con complementos nutricionales a 2076 adultos mayores en el Valle del Cauca.
Esta iniciativa se desarrolla en 55 ciudades de 14 departamentos, explica el gerente general de Boydorr, Miguel Múnera. “Nuestro propósito es que, ante la dificultad para acceder a alimentos debido a la crisis generada por la pandemia, estos adultos mayores dispongan de alguna fuente de nutrientes básicos y de calidad”.
El programa, que ha tenido la orientación del Ministerio de Salud para la entrega efectiva de las ayudas, ha beneficiado a 151 hogares de adultos mayores de todo el país y se basa en la donación de productos de alimentación especial alta en proteína, vitaminas y minerales, compuestos fundamentales para mejorar el estado nutricional de esta población.
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Los alimentos con propósitos médicos especiales son una categoría distinta a la alimentación convencional y deben pasar por una revisión adicional de aprobación del Invima, a través de la sala especializada para alimentos y bebidas.
La diferencia radica en que estos productos son suministrados a través de la plataforma Mipres, una herramienta tecnológica que permite a los profesionales de salud reportar la prescripción de tecnologías en salud no financiadas, y el sistema de salud paga a los pacientes para que puedan recuperarse nutricionalmente”.
“La idea de ayudar fundaciones y hogares geriátricos surgió de nuestra experiencia porque sabemos que la población más vulnerable son los adultos mayores que viven de caridad y cuando llegó el virus a Colombia decidimos salir en su ayuda mucho antes que otras empresas y repartimos en el país 20.000 latas de complementos nutricionales”, dice el gerente de Boydorr, Miguel Múnera.
Complemento necesario
Los alimentos para propósitos médicos son procesados, son mucho más fáciles de digerir y tienen los elementos esenciales para complementar la alimentación que necesitan las personas en la edad adulta.
Uno de los departamentos más beneficiados con esta iniciativa fue el Valle del Cauca, gracias a la distribución de ayudas que realizó esta empresa colombiana, con fundamento en la base de datos que el Ministerio de Salud tiene de los hogares de larga estancia en el país.
“Para que esto tuviera un impacto y las latas no llegaran a un sitio y se quedaran si ser utilizadas, lo que hicimos fue poner como padrinos a los profesionales nutricionistas en cada uno de estos centros de asistencia, y a través de ellos nos aseguramos que utilizaran de la mejor manera el alimento y que efectivamente fueran destinados a la mejor nutrición de los ancianos más necesitados”, explica Miguel Múnera.
Este tipo de ayudas son indispensables para la institución, señala Héctor Cortés, gerente del Hospital Geriátrico y Ancianato San Miguel, uno de los beneficiados en el Valle, porque dentro del sistema de salud hay alimentación que muchas veces no es cubierta por la EPS.
“Nuestros adultos mayores tienen una patología nutricional que en ocasiones solamente mejoran con este tipo de alimentos que nos dio Boydorr. En este momento estamos con nuestra nutricionista adelantando un programa especial para el manejo de este tipo de alimentación y programas para los 280 adultos mayores que tenemos en nuestro ancianato y del que ya forman parte muchos de ellos”, indica Cortés.
De acuerdo con especialistas, cuando las personas pasan la barrera de los 60 años va disminuyendo la capacidad de absorción intestinal, el uso de medicamentos va disminuyendo el apetito, se reduce la actividad física y se van perdiendo sentidos como el gusto y el olfato.
Todos estos factores, sumados en muchos casos a la soledad, generan grandes desequilibrios nutricionales que terminan potenciando nuevas enfermedades y afectando la calidad de vida de las personas mayores.
“Nosotros tenemos en todos los productos nuestros la mejor proteína que existe en el mercado que es el aislado puro de proteína de suero. De otro lado los productos que donamos, que son prowhey, contienen el segundo componente más importante que requieren estas personas que son los micronutrientes; minerales y vitaminas que los adultos mayores requieren por su baja ingesta”, agrega el Gerente de Boydorr.
Para Flor Alicia es muy importante que la gente se acuerde de ellos porque así como ella conserva el buen comer a sus 80 años, y toda la vitalidad y la energía, hay otros adultos que requieren muchísima atención.
“Yo toda la vida fui secretaria y por la enfermedad de mi mamá no me pude pensionar, pero yo sigo activa y soy asistente en la oficina social. Nadie cree que tengo esta edad, pero sí necesitamos mucho de la solidaridad de la gente”, asegura.
Las personas en edad adulta, explica el Gerente del Hospital Geriátrico y Ancianato San Miguel, empiezan una fase de declive en su parte ósea y su parte muscular, entre otras razones porque presentan problemas odontológicos, problemas gastrointestinales o de masticación.
Con el programa ‘Mejor Nutrición, Mejores años’, fueron en total 36 hogares de larga estancia que acogen adultos mayores en municipios del Valle del Cauca los que han recibo la ayuda y complemento nutricional.
“Este es un acto que nos llena de alegría a todos los empleados de la compañía Boydorr porque pudimos hacer un aporte a una necesidad que es supersentida en el país y porque es gente que agradece mucho el hecho de que nos hubiéramos acordado de ellos desde el momento en que inició la pandemia”, concluyó Múnera.
Los adultos mayores son la población más vulnerable en la actual pandemia de coronavirus, no solo por el aumento significativo de las tasas de mortalidad a causa del virus, sino porque muchos han visto amenazada su seguridad alimentaria debido al aislamiento preventivo.
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