El sueño del caleño Carlos Andrés Sanclemente Lozano de reunirse con sus hijos se frustró debido a un hecho criminal que acabó con su vida en el vecino país de Ecuador.
El hombre, según algunos de sus allegados, residía desde hace cinco años en Ecuador, luego de haber salido de Tuluá para buscar mejores oportunidades para él, su esposa y sus hijos.
“Había salido con su esposa a comprar comida y recibió una llamada. Minutos después, en la puerta habría saludado a una persona que, al parecer, se desplazaba en motocicleta. Luego hubo disparos”, contó una de las personas allegadas al hombre.
El sueño de este hombre era retornar a Colombia para estar con sus hijos de cinco y seis años, pero aún no había podido organizar los aspectos para lograr cumplir su deseo.
El asesinato de Carlos Sanclemente se registró el pasado 28 de julio en Ecuador, en el barrio Las Orquídeas, luego de haber llegado de ejercer sus labores como prestamista. En ese momento, fue trasladado a un centro asistencial y debido a la gravedad de sus heridas murió el 29 de julio.
Esto se dio hacia la medianoche de la fecha anteriormente mencionada, lo que generó pánico entre los vecinos del lugar en donde residía en Ecuador.
“La familia, amigos y allegados, con la tristeza por este asesinato, emprendieron una dolorosa campaña para recoger fondos que permitieran repatriar el cuerpo para sepultarlo en su natal Tuluá”, indicaron algunos conocidos del hombre por medio de algunas campañas hechas en las redes sociales.
Debido a esa campaña, se logró que los restos del hombre llegaran a Tuluá y sus exequias se harán el 4 de agosto en la parroquia San Martín de Porres.
Amenazas de policías en Tuluá
Este municipio del departamento del Valle del Cauca ha estado viviendo una situación complicada de orden público, en donde algunos atentados contra la fuerza pública y la población han sido protagonistas.
Recientemente, generó polémica la circulación de un comunicado de la banda delincuencial autodenominada Los Cancerberos, que lanzó amenazas dirigidas a cinco uniformados y una patrullera de la Policía en Tuluá, Valle del Cauca.
En el mensaje difundido, la banda señaló a estos agentes como colaboradores de La Oficina, un grupo armado que, según ellos, controla la zona.
En el texto, Los Cancerberos acusan a los uniformados de recibir sobornos y sueldos de la mencionada organización criminal, lo que ha despertado una fuerte preocupación entre las autoridades locales y la población.
En sus declaraciones, Los Cancerberos advierten que estos agentes deben abandonar el territorio que consideran bajo su control o enfrentarán graves consecuencias. El grupo armado los amenaza con convertirlos en “objetivo militar”, lo que pone en grave riesgo su integridad y vida.
El comunicado no solo expone la tensión y la violencia existente en la región, sino que deja al descubierto la presencia y operación de bandas criminales que buscan mantener el control y expandir su influencia a través del miedo y la intimidación.
Es importante destacar que la situación de inseguridad en Tuluá ha sido motivo de preocupación para las autoridades y los ciudadanos. Las amenazas hacia los uniformados resaltan la complejidad del panorama de seguridad en la zona y la necesidad de tomar acciones contundentes para enfrentar a estos grupos delincuenciales.
Asimismo, se conoció que algunas de las amenazas de este grupo delincuencial también van dirigidas hacia periodistas del territorio, exigiendo difundir los comunicados del grupo armado porque, de no hacerlo, se atendrían a las consecuencias.
Finalmente, Los Cancerberos advirtieron que quienes no cumplan con sus exigencias serán considerados “objetivos militares”.