El Gobierno de Estados Unidos introdujo normas más estrictas para las emisiones de los automóviles, una medida destinada a garantizar que el 67% de los coches vendidos en el país en 2032 sean eléctricos.
El objetivo es más ambicioso que el presentado por el presidente Joe Biden hace dos años para que la mitad de los autos vendidos en Estados Unidos en 2030 fueran cero emisiones (eléctricos, híbridos enchufables o de hidrógeno).
La Casa Blanca, sin embargo, no fija una cuota de vehículos limpios a la venta. Pero la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) planea reducir progresivamente la cantidad media de emisiones contaminantes de los vehículos nuevos producidos, con el fin que ensamblen más autos eléctricos.
Estas normas "deberían permitir evitar la emisión de cerca de 10.000 millones de toneladas de CO2 (de aquí a 2055), es decir, más del doble de las emisiones totales de CO2 en Estados Unidos en 2022", declaró la EPA en un comunicado.
La decisión del Gobierno es "una pieza clave del rompecabezas para reducir la mayor fuente de contaminación por carbono de nuestra nación y proporcionar un aire más limpio y un clima más seguro para todos", declaró Manish Bapna, responsable de la organización ecologista Nrdc.
"Si se aplican correctamente, las medidas también reducirán las importaciones de petróleo y los costes de combustible para los automovilistas", añadió.
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Los retos de las marcas
Ante la decisión del Gobierno, los fabricantes elegirán qué tecnologías adoptan para reducir las emisiones de los autos que se ensamblen.
En el pasado han reducido el peso de sus vehículos, han mejorado la eficiencia de sus motores y han incorporado nuevos filtros de partículas.
Arthur Wheaton, experto en automoción de la Universidad de Cornell, afirmó que los fabricantes se enfrentan ahora a tres retos.
El primero es político, ya que las normas pueden cambiar según quién esté en la Casa Blanca, lo que hace "muy difícil que las empresas tengan una estrategia a largo plazo".
Los fabricantes también siguen teniendo problemas en sus cadenas de suministro. Por ejemplo, Rivian y Lucid, compañías que solo producen autos eléctricos son incapaces de cumplir sus objetivos de producción.
Y para los gigantes del sector, transformar todo un sistema de producción, desde la construcción de plantas de baterías hasta la modificación de las cadenas de montaje, lleva tiempo.
Los fabricantes también tienen que lidiar con "la limitada disponibilidad de materias primas" como el litio, señaló Wheaton.
Datos clave
Desde que Joe Biden es presidente, el sector privado de EE.UU. ha invertido 120.000 millones de dólares en la fabricación de autos eléctricos y baterías.
La EPA calcula que con las nuevas normas los vehículos eléctricos podrían representar el 67% de las ventas de vehículos ligeros (coches urbanos, berlinas, todoterrenos, pick-ups) en 2032, el 50% de las ventas de autobuses y camiones de basura, el 35% de los camiones de transporte local y el 25% de los camiones de transporte de larga distancia.