Conducir un vehículo durante un tiempo prolongado y en condiciones no adecuadas puede causar un alto nivel de estrés físico y psicológico que resulta nocivo para la salud.
Por eso, los expertos hacen una serie de recomendaciones que tienen que ver con la postura de quien va al timón. Entre ellas, verificar que el espaldar del asiento tenga una inclinación hacia atrás de entre 90 y 115 grados y graduar su distancia con respecto al suelo, de forma que sea de 30 centímetros, tal como lo advierte Johann Ordóñez, fisioterapeuta de la Escuela Nacional del Deporte. Sin embargo, estas medidas pueden variar de acuerdo con la fisionomía del conductor y las dimensiones del automotor.
En todo caso lo mejor es ubicarse en una posición cómoda, en la que los brazos no estén totalmente estirados y se mantenga la relajación entre los hombros, los músculos de la espalda y las piernas. De hecho, Nicolás Olarte, gerente de postventa de Volvo Cars, recalca que la buena postura del piloto es lo que garantiza en gran parte que no se produzca fatiga ni lesiones durante el viaje. Por eso, insiste en que hay que sostener el volante con las dos manos, evitando cruzarlas; las muñecas deben reposar sobre el mismo y el cuerpo debe estar bien apoyado en el asiento.
Otro factor a considerar es la posición de la cabeza, pues para evitar dolores, problemas cervicales o esguinces de cuello, Ordóñez aconseja ponerla contra el apoyacabezas, el cual debe estar a la altura de las orejas.
Al respecto, Nicolás Olarte insiste en mantener el asiento lo más bajo posible, ya que en caso de siniestro, si hay un espacio prudente entre la cabeza del conductor y el techo del carro, se pueden prevenir lesiones lumbares.
Una vez se ha adoptado la posición ideal esta debe permitir tener una visión panorámica, sin necesidad de hacer movimientos bruscos con la cabeza para ver los extremos del vehículo.
Procure conducir con calzado cómodo y cerrado. En el caso de las mujeres hay que evitar los tacones.
Una pausa en el camino
Por otra parte, los expertos coinciden en que antes de abordar el carro es vital realizar ejercicios de activación, de forma que el cuerpo esté listo para la jornada. Es decir, mover la cabeza, las muñecas y los tobillos en círculos o estirar los brazos y las piernas para facilitar el retorno venoso.
Ya durante el recorrido conviene hacer una pausa activa más o menos cada dos horas para que el cuerpo recupere su posición natural, evitando dolores generados por pasar mucho tiempo sentado.
Un consejo de oro es mover repetidamente la cabeza y los brazos durante los trancones y los cambios de semáforo. “Lo esencial es aprovechar cualquier momento del viaje para activar las extremidades, así estemos sentados en el vehículo”, concluye el fisioterapeuta de la Escuela Nacional del Deporte.
Ojo con lo que come
Para Angélica Muñoz, nutricionista dietista de la Universidad Javeriana de Cali, la alimentación e hidratación son un buen complemento, por lo que hay que seguir las siguientes pautas:
Hidrátese lo suficiente para evitar la fatiga muscular y la somnolencia. Recuerde que la falta de líquido altera la concentración y el rendimiento físico. Cargue una botella o un termo con agua en el carro.
Ingiera frutas, como manzanas, sandias y melocotones, que tienen alto contenido de agua.
Evite bebidas azucaradas como las gaseosas.
No consuma alimentos altos en grasas y calorías que alteran la digestión, pues al permanecer tanto tiempo sentado esto puede generar molestias estomacales.
Evite la fatiga visual
Para Antonio Quintero, oftalmólogo y cirujano plástico ocular de la Clínica de Oftalmología de Cali, la fatiga visual al conducir un vehículo se produce por el exceso de tiempo al volante y la falta de descanso.
Los síntomas con los que suele manifestarse este problema son dolores de cabeza, visión borrosa, sensación de pesadez y lagrimeo, por lo que el profesional recomienda hacer pausas activas, máximo cada dos horas, con ejercicios en los que se enfoque un punto al vacío o lejano durante unos tres minutos para luego regresar a la posición inicial. También se puede realizar una actividad diferente a la conducción, como conversar, lavarse la cara o hidratarse para disminuir el estrés y tener un viaje más placentero.
Por otra parte, Quintero considera relevante usar gafas con filtros de protección durante el día para que los rayos del sol no resequen los ojos y en la noche se pueden utilizar lentes de descanso con filtros de visión nocturna.
‘’Lo mejor es acudir al optómetra regularmente para tener los lentes adecuados, mejorar la visión y disminuir la fatiga visual’’, sostiene el oftalmólogo.
Mantener el aire acondicionando (A.A.) a una temperatura de entre 18 y 20 grados centígrados, es decir que no sea tan fría, es otra de las claves, pues los cambios bruscos de clima pueden generar fatiga visual.
Asimismo, la corriente de aire de este dispositivo o, en su defecto, del ventilador no debe golpear directamente el rostro, ya que suele producir resequedad ocular.
Al llegar a casa una sana costumbre que puede adoptar el conductor es aplicarse compresas frías sobre los ojos o gotas de lágrimas artificiales cada dos horas para mantenerlos debidamente hidratados.