Gracias a los avances de ingeniería y amplia oferta de modelos disponibles hoy en el mercado colombiano, los compradores de vehículos pueden seleccionar entre varios tipos de transmisión, según necesidad, gusto y presupuesto.

El abanico de posibilidades es tan amplio, que termina confundiendo a los prospectos compradores, que casi siempre desconocen las diferencias de ingeniería y prestaciones de las distintas clases de cajas. Por este motivo, El País detalla aquí las ventajas y limitaciones, tanto de las cajas de tipo manual o mecánica, como de las automáticas, automáticas-secuenciales, doble embrague y CVT.


Manual. Este tipo de transmisión tiene amplia acogida entre los automovilistas, que aprendieron a conducir en un auto manual y desconfían de las automáticas modernas (sin conocerlas) y aquellos que llevan un piloto de carreras por dentro.

Dado que las cajas mecánicas no tienen ‘misterio’ y son ampliamente conocidas, pasamos a describir de manera resumida los beneficios y restricciones de los 4 tipos de transmisiones automáticas arriba citados.
100% automáticas. Aunque ‘reinaron’ por décadas, estas cajas están en ‘vía de extinción’, pues no cuentan con la útil y moderna función secuencial. Por eso, solo están presentes en carros contemporáneos de bajo costo.


Entre sus ventajas descuellan la facilidad de operación y la confiablidad derivada de la protección brindada por los ordenadores de a bordo, que perdonan los errores de operación.

Otro ítem a favor de las cajas 100% automáticas, y también de las que tienen opción secuencial, es que no requieren cambio de aceite, ni verificación del nivel durante toda su vida útil. Por eso, el mantenimiento se limita al buen uso por parte del conductor.

Automáticas-secuenciales. El gran beneficio de esta transmisión, presente en gran parte de los modelos automáticos de hoy, es el de tener a disposición dos cajas en una. Así, el conductor puede usar la función 100% automática, destinada a desplazamientos en ciudad y viajes por carreteras llanas, en donde brinda confort y cero esfuerzo para el conductor o puede recurrir al modo secuencial para transitar en vías de montaña.

En esta situación de marcha (montaña), la secuencial se convierte en una especie de caja ‘manual’ de alta eficiencia y fácil control para el conductor, quien no tiene que desacelerar, embragar, ni hacer un largo recorrido de palanca para hacer los cambios.

Vale recordar que debido a la obligada desaceleración y movimientos de palanca y embrague, las cajas manuales pierden entre 1.500 y 2.000 rpm entre cambios, dependiendo de la relación de caja y velocidad de mano del conductor, entre otros factores.

En las secuenciales, la caída de ‘vueltas’ es imperceptible, ya que el conductor puede efectuar el cambio sin levantar el pie del acelerador y con un solo toque de palanca.

Si el conductor no realiza el cambio, el computador de la caja secuencial se encarga de hacerlo de forma automática antes de que la aguja llegue a la zona del tacómetro. Gracias a ello, estas transmisiones se convierten en un apreciado sistema de seguridad, ya que reduce el tiempo demandado para realizar riesgosos sobrepasos en montaña, en donde la pendiente y altura limitan las prestaciones motrices de los vehículos. No obstante, lo mejor es que están hechas a prueba de daños y protegen las plantas motrices, que resultan imposibles de sobrerevolucionar por parte del conductor. Además, el modo secuencial de una automática se puede aprovechar en descensos para reducir la velocidad y evitar el recalentamiento de los frenos.


Doble embrague. Estas transmisiones funcionan como ‘dos cajas’ independientes bajo una misma carcaza. 
En una están los cambios impares (1ª, 3ª, 5ª, etc.) y en la otra los pares que se intercambian entre sí a una velocidad tal, que las convierten en las cajas más eficientes del mercado.

Las únicas restricciones de estas transmisiones, utilizadas en la mayoría de coches de intención deportiva, es que se debe aplicar el freno llevando el pedal hasta donde se encuentra oposición del sistema hidráulico y evitar las aceleraciones y frenadas continuas. Así, se evita el recalentamiento o ‘cristalización’ de los pequeños y múltiples discos de embrague del sistema.

CVT. Las cajas identificadas con la sigla CVT de Continuos Variable Transmission disponen de una especie de eje en forma cónica, por donde se desplaza la resistente correa o cadena movida por fuerza centrífuga.
Gracias a este sistema, las CVT ofrecen relaciones de marcha infinitas acordes a las circunstancias de marcha y estilo de conducción y un andar suave y parejo en todos los terrenos.
Aunque no es una limitación, las CVT brillan por no ‘transmitir’ sensación alguna a los conductores.

Datos de interés
Por norma general las cajas 100% automáticas (no secuenciales) ofrecen las marchas drive (D), cuyo número de cambios internos depende del auto y fabricante, reversa (R) y en algunos casos 1ª (L) y 2da, que el conductor puede bloquear para subir cuestas, superar terrenos difíciles y como ‘freno de motor’ al descender montañas, entre otras funciones.

En los autos con caja automática (de cualquier especie) se debe activar siempre el freno de emergencia antes de pasar la palanca a posición de parking (P). De esta manera, se evita el desgaste prematuro del ‘trinquete’ del sistema, que de otra forma queda forzado a soportar el peso vehicular, especialmente cuando se estaciona en cuestas.
El pie izquierdo no se usa nunca en los autos automáticos.
Entre las limitaciones de las cajas manuales se destacan la necesidad de mantenimiento, fatiga causada al conductor en los embotellamientos y posibilidad de ser averiada por mal uso, entre otras restricciones.
Las cajas de tipo CVT funcionan de forma similar a la de una moto automática Bwz de Yamaha.

La transmisión de doble embrague es la más eficiente. Funciona como dos cajas aparte, pero bajo una misma carcaza.