Tan tradicionales como la mismísima hacienda Cañasgordas, donde se gestó en 1810 el primer grito de independencia de la Nueva Granada, se han convertido los intentos de particulares por apoderarse ilegalmente de parte de sus terrenos.
No menos de diez personas han aparecido sistemáticamente en los últimos años con documentos en mano y falsos certificados de tradición asegurando ser los dueños legítimos del lote La Vitrina, un predio de 28.122 metros cuadrados en la parte frontal de la hacienda, declarada Patrimonio Histórico y Monumento Nacional.
Todos esos intentos quedaron conjurados el 27 de junio de 2018 cuando la Fiscalía solicitó a la Oficina de Instrumentos Públicos eliminar de la matrícula inmobiliaria 370-371322 la anotación número 5, lograda de manera fraudulenta, y las cinco matrículas con falsa tradición que de allí se originaron.
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Sin embargo la tranquilidad jurídica para la familia Velasco Reinales, donante de la hacienda, y la Fundación Eusebio Velasco, que administra el emblemático bien, duró muy poco. Hace dos semanas apareció otro supuesto ‘dueño’ con dos trabajadores, rompiendo alambres y destruyendo cercos para ingresar por la fuerza.
El nuevo reclamante, del que jamás se oyó mencionar durante los años que lleva la fundación defendiendo jurídicamente el predio, es Alirio de Jesús Gómez Escobar, quien en diálogo con El País aseguró ser un hombre de negocios y representante legal de tres ONG y una fundación en Cali.
“Los abogados tienen todo en orden y se van a dar cuenta que no es falsedad en documento público como atrevidamente dijo un policía cuando fueron con el mayor de la Inspección de La María, hace dos semanas, a sacarme de mi predio”, dijo Gómez.
Aseguró que el lote La Vitrina le pertenece desde 1991. “Claro que en los documentos aparezco como propietario. Yo hice un convenio con los titulares; óigalo bien. Ellos saben que tengo la posesión, que siempre la he tenido y lo vamos a demostrar”.
Indicó que le compró a los titulares del predio, quienes son descendientes de los españoles de esa época. “Eso está comprobado. Un juez de la República y la Corte Suprema fallaron a nombre de ellos y ya están canceladas todas esas matrículas falsas”.
Al preguntarle cómo encontró a los herederos de la corona española, aseguró que “todo se va dando en la vida y mañana (el pasado jueves) usted se va a dar cuenta de que toda la documentación que tengo es la que habla”, sin embargo no llegó a la cita en La María.
Hay algo que no cuadra
Luego del diálogo con el nuevo presunto dueño del predio La Vitrina, El País verificó varias de sus afirmaciones las cuales resultaron no ser ciertas.
Lo primero es que Gómez Escobar no llegó a la inspección de La María para mostrar los documentos que dice tener y que comprueban que es el dueño del predio que reclama.
Dijo ser propietario también del lote contiguo a la hacienda Cañasgordas, detrás de la estación de servicio, y que piensa englobarlo para construir centros de ayuda a ancianos y discapacitadas, pero el predio de 137.710 m2. es de propiedad de una familia de apellido Franco Sánchez.
Señaló, además, que trabaja con la Fundación Mundo Mejor y que junto a una constructora tienen como propósito avanzar en proyectos de viviendas de interés social y viviendas gratuitas para entre 200 y 2000 familias de escasos recursos.
Un exfuncionario de la fundación constituida en Medellín, aseguró no conocer a Gómez Escobar y que ellos trabajan proyectos educativos y de salud con niños de familias desplazadas, no en temas de vivienda.
Peor aún, en ese sector del sur de Cali nadie ha oído hablar del señor Alirio de Jesús Gómez Escobar ni de la supuesta propiedad que tiene sobre algún predio. Pero quienes sí recuerdan bien su nombre son las autoridades policiales y algunos fiscales seccionales y especializados en Cali.
Gómez Escobar es investigado por la Fiscalía General de la Nación desde el 2013 por los presuntos delitos de extorsión, abuso de confianza y constreñimiento ilegal.
Tampoco se encontró, tras consultar bases de datos oficiales, algún pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia frente la propiedad de la tierra de la Hacienda Cañasgordas ni el lote La Vitrina, ni referencia de algún juzgado que se pronunciara en el sentido que aseguró el reclamante.
Lo que dijo Gómez
Alirio de Jesús Gómez, supuesto dueño de La Vitrina aseguró que hay mucha gente con ganas de robarse su predio.
“Yo estoy negociando unos terrenos con una ONG para casas de interés social y ese lunes que estaba yo reunido con ellos, se metieron atrevidamente con guadaña a limpiar y hasta lo cercaron”.
“Quiero dejar como legado una fundación para ancianos que no tuvieron oportunidad o no la supieron aprovechar, ayudar a los discapacitados, ciegos, sordos, entre otros”.
“Eso lo quiero hacer antes de morirme porque uno con la pobreza no acaba, ni con las necesidades de la gente, pero sí dejar algo para que otras personas se beneficien”.
¿Simple coincidencia?
Este intento de tomarse el predio La Vitrina coincide con una decisión reciente en la que le rechazan la supuesta propiedad sobre un terreno de la Universidad Libre al señor José Orlando Alzate, pero con los mismos números de matrícula que ordenó cancelar la Fiscalía.
Esa pretensión fue negada por el Juzgado Tercero Civil del Circuito en una demanda instaurada por Edilma Castaño y Eduardo Muñoz contra Textiles 1x1, porque la reclamación se hizo con base en dos tradiciones falsas.
“Al parecer persiste la manipulación con esos certificados falsos y se siguen haciendo transacciones, ocupaciones y declaraciones de pertenencia del lote de la hacienda y de otros terrenos con certificados originados en el mismo fraude procesal”, dijo un investigador.
“Imploro conminar a los demandantes y a su apoderado judicial para que se abstenga “de iniciar cualquier acción jurídica o administrativa en relación con los predios identificados con las matrículas 370-753602 y 370-75 3603, teniendo en cuenta que las mismas hacen parte de un objeto ilícito y han quedado sin efecto jurídico y validez”, dijo el juez en su sentencia.
Esa decisión fue ratificada cuatro meses atrás por la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia tras un reclamo al debido proceso que mediante tutela presentaron los denunciantes y en diciembre fue negada la apelación a la decisión del juez por extemporánea.
Frente al caso del lote La Vitrina, el abogado Rafael Ángel Díaz, director jurídico de las sociedades Velasco Reinales, aseguró que la posesión histórica la ha tenido la hacienda Cañasgordas.
“Lo que se ha presentado son perturbaciones ineficaces, que no se han consolidado como una posesión real. La posesión siempre ha estado en manos de las sociedades de los Velasco Reinales, quienes han hecho la defensa de este lote y ya un equipo de penalistas prepara las respectivas denuncias ante la Fiscalía ”, dijo el abogado Díaz.
Esta semana, luego de que fueron destruidos los cercos, los administradores de la hacienda Cañasgordas decidieron ampliar la seguridad en el lote y encerrar con malla para evitar nuevos intentos de invasión.
Un disco rayado
El historial de intentos por adueñarse del lote frontal de la hacienda Cañasgordas se remonta a septiembre de 1992, cuando en la Notaría 22 de Bogotá se falsificó la escritura 4073, donde supuestamente comparecieron el entonces ministro de Obras Públicas Jorge Bendeck Olivella y Rodrigo Pinzón Sánchez para protocolizar la venta del lote La Vitrina por un valor de $832.000.
No obstante, el exministro Bendeck le aseguró a El País tener la absoluta certeza de que mientras estuvo frente a Obras Públicas jamás se vendió un metro cuadrado de tierra a un particular.
Con esa escritura se dividió el predio en cuatro lotes y se hicieron varias ventas falsas, como lo denunció este diario en junio del 2016, con personas que les pagaron para prestar sus cédulas con este propósito.
Ese informe sirvió de base para que en junio del 2018 la Fiscalía General de la Nación ordenara corregir el certificado de tradición del predio La Vitrina y anular las matriculas originadas en esa escritura apócrifa de 1992.
“Surge evidente un fraude procesal en concurso con falsedad material en documento público”, dijo la Fiscalía, confirmando que la tradición fue falsa y dando la razón a los Velasco Reinales.