Cali Incluyente
Comida rápida al mejor estilo venezolano: la historia detrás de Sabor Urbano en Cali
Liderado por una mujer, este emprendimiento se toma la Sucursal con la auténtica sazón del vecino país. Conozca su trayectoria y oferta gastronómica.
Por: Juliana Trujillo, periodista de El País
Mary Carmen Rojas es una de las miles de mujeres venezolanas que, debido a la crisis económica, política y social del vecino país, tuvo que migrar hacia otros destinos en búsqueda de una mejor calidad de vida. Hoy, es un ejemplo de resiliencia y superación, pues ha sabido sortear cada uno de los obstáculos que se impusieron en su camino hasta poder consolidar su emprendimiento: Sabor Urbano. Un restaurante de comida rápida con la auténtica sazón venezolana.
Su travesía se remonta a 2018 cuando viajó a Colombia junto a su hija para reencontrarse con su esposo, quien había viajado a Cali meses atrás. Una vez llegó a territorio nacional, Rojas pasó un mes en Bogotá, ciudad en la que tenía unos familiares. Sin embargo, no logró adaptarse. Por lo que decidió continuar su camino hasta la Sucursal del Cielo.
“Cuando llegué a Cali sentí que las personas eran más similares a uno, que éramos los mismos. La recepción fue diferente, me sentía mejor recibida. En la calle me hablaban, conocían mi historia y me ofrecían ayuda”, comenta Mary Carmen.
En la capital del Valle, Rojas comenzó a trabajar en un restaurante. Sin embargo, por las pocas garantías que le ofrecían, a los 20 días decidió emprender. “Agarré una cavita (contenedor) y salí a caminar a vender mis empanadas. Me iba muy bien, tenía sus días, como todo. Incluso, el día previo a la cesárea de mi segunda hija, estuve en la calle vendiendo”, recuerda.
Quince días después de dar a luz, retomó su venta de empanadas. Una actividad comercial que le permitía, en cierta medida, apoyar con los gastos del hogar que no se podían suplir únicamente con el trabajo de su esposo. “Nos tocaba duro, pero así trabajamos hasta que llegó la pandemia”.
En este periodo de incertidumbre, Rojas logró anteponerse a la situación, ofreciendo comida típica de Venezuela a domicilio a través de los grupos de venezolanos que estaban en Cali. “Empezamos vendiendo hallaquitas (tamales) rellenos de chicharrón en toda la ciudad. Como mi esposo se quedó sin trabajo, él me ayudaba con los domicilios en su bicicleta, pedaleando desde San Judas a todo Cali, nos hacían pedidos en Comuneros, Manuela Beltrán y Floralia”.
Con el tiempo, la oferta de los productos se amplió y comenzaron a vender pepitos (perros calientes de mayor tamaño y grosor), empanadas y hamburguesas con la típica sazón venezolana. “Un día vendí dos hamburguesas, al otro tres empanadas y así. Nos daba aunque sea para comprar la comida, pues estábamos en plena pandemia”.
Tres meses después, Mary Carmen y su esposo lograron adquirir una moto “viejita” que los ayudó a continuar con el negocio de domicilios de manera virtual. “En ese momento tenía una cartera de 600 clientes en el WhatsApp y con 10 o 5 que me compraran al día, subsistíamos”.
Fruto del esfuerzo, lograron alquilar un local pequeño. Momento en el que recibió el apoyo de El Centro de Educación e Investigación para el Desarrollo Comunitario Urbano y Rural, Cedecur, quienes le ofrecieron 6 meses talleres de fortalecimiento en modalidad virtual. Al terminar, le entregaron un crédito de 3 millones de pesos para su negocio. “Con eso coticé el toldo, cuatro mesas, mi primera plancha, un letrero, uniformes y volantes. Al final, nos dijeron que lo que nos prestaron había sido un regalo”, rememora.
De igual forma, el proyecto Oportunidades sin Fronteras de USAID los apoyó, a través de su componente de Emprendimiento que se desarrolló en alianza con la Corporación de Desarrollo Productivo, CDP. Un proyecto que brindó asistencia técnica y acompañamiento empresarial a cerca de 200 emprendedores conformados por población migrante venezolana, colombianos retornados y comunidad de acogida.
“Ellos me apoyaron con capacitaciones en temas administrativos y comerciales. Además, me dieron unos insumos, más mesas y una licuadora que necesitaba. Todo fue espectacular, yo quedé encantada con Oportunidades sin Fronteras”, manifiesta Rojas.
Gracias a su determinación, dedicación y a la buena recepción de su comida en Cali, Mary Carmen se mudó a un local más grande donde logró establecer su restaurante, Sabor Urbano, en la Calle 18 #46-20, barrio San Judas, Suroriente de Cali.
Es así como desde hace tres años, Mary Carmen Rojas continúa compartiendo los sabores de su país en una ciudad que la ha acogido con los brazos abiertos.
“Entre el 80 y el 90 % de mis clientes son ciudadanos venezolanos que vienen acá a reencontrarse con los sabores de nuestro país. Ese es mi principal diferenciador, la autenticidad de nuestra sazón. El porcentaje restante es de caleños que se han atrevido a probar una propuesta de comida rápida diferente”, señala.
En el menú, los comensales podrán encontrar una amplia variedad de productos, desde hamburguesas, empanadas y pepitos, hasta arepas rellenas y salchipapas. Además, se destaca por ofrecer salsas muy propias de Venezuela como la salsa de ajo, tocineta, queso y guasacaca.
Cabe resaltar que Sabor Urbano también tiene a la venta productos de origen venezolano como la bebida de malta (Maltín Polar), mantequilla, chocolates, galletas, entre otros.
Si desea apoyar este emprendimiento y conocer su propuesta gastronómica de comida urbana venezolana visite el Instagram: @sabor_urbano_venezolano o escriba al WhatsApp: 315 3791039.
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