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En el Semillero Orquesta Binacional Sin Fronteras le enseñan a los niños, niñas y jóvenes a tocar instrumentos como el violín.
En el Semillero Orquesta Binacional Sin Fronteras le enseñan a los niños, niñas y jóvenes a tocar instrumentos como el violín. | Foto: Cortesía del Semillero Orquesta Binacional Sin Fronteras.

Cali Incluyente

El Semillero que derriba barreras y fomenta la integración

La población migrante venezolana y la población local participa en este grupo musical que hoy tiene 80 niños, niñas y jóvenes.

21 de junio de 2024 Por: Redacción El País

El Semillero Orquesta Binacional Sin Fronteras es el primer grupo de formación musical en Cali creado por un venezolano que busca combatir la xenofobia, a través de la música. Este grupo para niños, niñas y jóvenes de la ciudad, se creó en beneficio de la población migrante y la población local.

Francisco Castillo llegó en el 2018 a la capital del Valle, pero solo fue hasta hace cuatro años que, junto a cuatro jóvenes más, creó el Semillero Orquesta Binacional Sin Fronteras.”Yo era voluntario y educador en la Pastoral Migrante, una iniciativa de la Arquidiócesis de Cali que orienta y apoya a la población migrante venezolana en diferentes aspectos. Allí conocí a cuatro jóvenes que tenían experiencia en la música porque habían participado en la Orquesta Juvenil e Infantil de Venezuela y sabían tocar el violín. Con ellos inicié el Semillero como un emprendimiento cultural para ayudar a nuestra población y con la intención de que estas personas que estaban lejos de su país sintieran un poco de Venezuela, a través de la música”, expresó Castillo.

En ese sentido, la idea del Semillero, inicialmente, era poder llegar a la población migrante venezolana, pero con el tiempo y el voz a voz también llegó a la población local. Castillo, quien es el coordinador del grupo, aseguró que al principio fue duro porque las personas no creían en el Semillero y tampoco confiaban en los migrantes, y precisamente, ellos quisieron derribar el imaginario de que todos los que migran son malos, ya que también hay personas que con su empuje y conocimiento apoyan a la construcción de una mejor sociedad.

Castillo explicó la importancia que tienen estas iniciativas de integración que buscan el bienestar de los niños y niñas en la ciudad. “Este es un espacio seguro de aprendizaje, de recreación y de integración para los jóvenes, incluso para sus familias. Aquí se les brinda la posibilidad a los niños de aprender música sin ningún costo. También cabe destacar que es un espacio libre de xenofobia y discriminación que involucra a todas las personas, sin distinción”.

Los cuatro jóvenes que iniciaron con él, le dieron el apoyo necesario para que el grupo fuera creciendo, tanto así que, actualmente, son docentes de música en el Semillero.

Jesús Alberto Brito, es uno de los docentes que Francisco Castillo recuerda desde que era niño. “Cuando yo inicie este proceso me encontré con Jesús, él tenía 13 años y me expresó su dolor porque al pasar la frontera le habían arrebatado su violín y para un músico que le quiten un instrumento es algo muy duro. Yo vi a Jesús tan triste, que algo en mí me decía que tenía que hacer algo, ahora ese niño que para aquel momento no estudiaba y se sentía fuera de sí mismo, tiene una visión del futuro, pues ya se graduó del bachillerato, es educador en el Semillero y ahora espera la oportunidad para seguir estudiando, Dios mediante, en el Instituto Departamental de Bellas Artes”, recordó Castillo.

El Semillero Orquesta Binacional es un espacio libre de xenofobia y discriminación que involucra a todas las personas, sin distinción. Actualmente, cuenta con 80 niños, niñas y jóvenes, que están entre los 6 y 22 años de edad. De esa cifra, el 55% son migrantes venezolanos.

El semillero funciona una vez a la semana, el día sábado, de 9:00 a.m. a 12:00 p.m., en la Biblioteca Pública del Deporte y la Recreación, ubicada en el Estadio Olímpico Pascual Guerrero.

Las clases generalmente se dividen en tres bloques. “En el primer momento tratamos de hacer talleres socioemocionales, en beneficio del niño, aquí se hacen actividades que enseñan enseñan los derechos humanos, la violencia basada en género y el fortalecimiento del autoestima. Estos talleres a veces los damos nosotros o alguna organización con la que se haya hecho una alianza”.

El segundo bloque denominado ‘ensamble vocal’ es el momento donde los jóvenes aprenden las técnicas que se pueden mejorar en el canto, como la dicción, el manejo de la respiración y la vocalización. Según Castillo, en ese momento los jóvenes ensayan canciones representativas de Colombia y Venezuela o que tengan algún mensaje de tolerancia, paz, armonía, amistad y hermandad que les permita instruir a los niños.

La última parte de la clase se llama ‘ensamble instrumental’ y es donde los niños se dividen en grupos para aprender a tocar diferentes instrumentos, como el piano, la guitarra, el violín, la guitarra, el cuatro llanero, el ukulele y demás instrumentos.

Una de las metas a futuro que tiene el grupo es poder tener un espacio propio, en el que se vean clases de música diariamente. “También queremos que la comunidad sea más receptiva frente al fenómeno migratorio porque después de esto ni Venezuela ni Colombia serán las mismas, por eso es importante la cooperación entre todos. También deseamos que el Semillero crezca y llegue a más jóvenes”, contó Castillo.

El legado que el semillero quiere dejar es que a través del arte y la música se puede combatir la xenofobia y se puede derribar cualquier tipo de barrera.

Es así como el Semillero Orquesta Binacional Sin Fronteras es una de las iniciativas en Cali que fortalece la cohesión social entre la población migrante venezolana y local, pues por medio de la música busca impactar no solo a los niños, niñas y jóvenes, sino también a sus familias y a su comunidad.