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Las elecciones venezolanas del 28 de julio se perfilan como una oportunidad de cambio y mejora para quienes anhelan una solución  democrática a una crisis socioeconómica que provocó la segunda migración más grande de la última década.
Las elecciones venezolanas del 28 de julio se perfilan como una oportunidad de cambio y mejora para quienes anhelan una solución democrática a una crisis socioeconómica que provocó la segunda migración más grande de la última década. | Foto: 123rf / El País.

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“Paciencia, firmeza y no violencia”

De cara a los comicios presidenciales en Venezuela este 28 de julio, la defensora de Derechos Humanos, Ligia Bolívar, reflexionó en torno al proceso electoral.

27 de julio de 2024 Por: Redacción El País

Por David Matos, periodista de El País.

2024 es un año decisivo para Venezuela. Las elecciones presidenciales de este 28 de julio se perfilan como una oportunidad de cambio y mejora para quienes anhelan una solución por vía democrática a una crisis socioeconómica que provocó la segunda migración más grande de la última década con 7.7 millones de personas migrantes en todo el mundo. De esta cifra, 2.8 millones de venezolanos viven en Colombia, y 129 mil tienen vocación de permanencia en Cali.

El resultado representa un reto para los gobiernos en los países de acogida que intentan garantizar la integración de esta población, con el objetivo de promover una sociedad más justa y cohesionada.

Ante una inhabilitación política por parte del gobierno de Nicolás Maduro, María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, cedió su lugar a Edmundo González, un internacionalista que en poco tiempo logró la aceptación de millones de venezolanos que esperan, después de 25 años, una transición exitosa.

Ligia Bolívar, investigadora adscrita de la Universidad del Rosario y defensora de derechos humanos, coordina Alerta Venezuela, una iniciativa que impulsa y acompaña estrategias de incidencia internacional desde las organizaciones de derechos humanos y de trabajo humanitario de Venezuela.

Ligia es investigadora adquistra de la Universidad del Rosario.
Ligia es investigadora adscrita de la Universidad del Rosario. | Foto: Cortesía de Ligia Bolívar.

En diálogo con El País, Bolívar reflexionó acerca de un panorama político álgido y una población que tiene una gran expectativa por ejercer su derecho al voto.

¿En qué se diferencian las elecciones del próximo domingo 28 de julio en comparación con otros comicios?

En términos científicos, la gente está harta y tiene una actitud de irreverencia con la autoridad. Esto nos pone en un panorama distinto. Las personas se cansaron de agachar la cabeza y no hablar en torno a las dimensiones de su calidad de vida. Considero que la elección primaria del 22 de octubre de 2023 fue el primer ejercicio de desobediencia pacífica en la que las personas escogieron al candidato de la coalición opositora para enfrentar a Nicolás Maduro en 2024.

¿Qué aportes ha dado la figura política de María Corina en el proceso?

María Corina Machado en una lideresa indiscutible. En las primarias de 2023 no hubo segundo lugar porque ella se llevó el 90% de los votos. En este proceso, ella ha logrado una conexión con los venezolanos que tienen muchos sentimientos de esperanza y expectativa por un cambio. Este elemento hace que ella tenga una enorme responsabilidad, puesto que a nadie más le van a hacer caso este 28 de julio.

¿Qué demuestran las amenazas, las detenciones, las barreras que el gobierno venezolano impone para desmovilizar y promover el miedo a los simpatizantes que apoyan la candidatura de Edmundo González Urrutia?

El terrorismo de Estado que impone el gobierno de Nicolás Maduro demuestra desesperación. Nunca antes habían estado frente a una amenaza real a su poder y el hecho de que ellos reconozcan la pérdida de ese poder se traduce en esta reacción represiva.

Hay personas que nacieron y crecieron conociendo solamente los gobiernos chavista y madurista. ¿Qué está en juego en estas elecciones? Para los que nacieron antes y los que nacieron después.

Existen dos retos grandes para la generación que no ha visto otra cosa en su vida. En primer lugar, se borró del lenguaje político venezolano la palabra ‘alternabilidad’. Hace 25 años no vemos en Venezuela un traspaso de poder de la figura presidencial. Tampoco parece haber conciencia del significado de la palabra porque no lo han vivido. En segundo lugar, si se reconoce la derrota, el próximo presidente debe ser consciente de la enorme pérdida de la cultura ciudadana existente y, por ende, debe afrontar el reto de garantizar su reconstrucción para que las personas vuelvan a confiar en las instituciones.

¿Cómo mira usted el futuro de Venezuela si Edmundo González Urrutia resulta vencedor en las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio?

El proceso de reconstrucción de país en términos de derecho resulta extremadamente complicado si se reconoce la victoria de Edmundo González, puesto que no se trata de un cambio en el nombre del cargo, sino de un cambio del sistema que tiene los otros poderes públicos controlados por el Partido Socialista Unido de Venezuela, Psuv, (partido de gobierno de Nicolás Maduro). La capacidad de maniobra de González también estará sujeta a un Tribunal Supremo de Justicia, TSJ, en contra y muchos otros. Las expectativas están puestas en que él gane las elecciones, pero también resulta importante analizar cuando sus decisiones se enfrenten a una oposición de resistencia al nuevo gobierno.

¿Cree usted que Nicolás Maduro y su gobierno acepten una derrota?

El chavismo nunca ha reconocido una derrota. En la práctica, no. El primer ejemplo ocurrió en 2007, cuando el gobierno de Hugo Chávez perdió el Referéndum constitucional de Venezuela con un TSJ a su favor que declaró como constitucional una serie de reformas hasta el año 2010, cuando no lo eran. Otro ejemplo claro fue en 2015, cuando la oposición al gobierno de Nicolás Maduro ganó las elecciones parlamentarias y durante el acto de posesión llegó un oficio del TSJ en el que mencionaron una irregularidad con tres diputados del estado Amazonas. Este hecho dio pie a que se declarase esta nueva Asamblea en desacato y se instaurara en 2017 una Asamblea Nacional Constituyente (afín al gobierno de Maduro) que no sancionó ninguna reforma constitucional y cesó funciones una vez se erigió una nueva Asamblea. En este proceso, el gobierno de Maduro tiene menos incentivos para entregar el poder. ¿Cuándo y cómo van a accionar? Esa es la pregunta. Todo depende de la presión internacional y la capacidad de mediación de Edmundo González y María Corina Machado entre el 29 de julio de 2024 y el 10 de enero de 2025.

¿Considera usted que ocurra otra movilización masiva de personas si el gobierno de Maduro se mantiene en el poder?

La encuestadora Delphos precisó que 25% de los venezolanos tenía un plan para migrar, y 45% aseguró que abandonaría el país si Nicolás Maduro se dice ser ganador de las elecciones presidenciales. Es evidente que las personas tienen la intención de migrar si Maduro se proclama ganador, y digo se proclama, porque no tiene el favoritismo de la gente.

¿Qué palabras daría a las personas que anhelan un cambio de que las cosas continúen con Maduro en el poder?

Paciencia, firmeza y no violencia.

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