Bloque A de Santa Librada lleva nueve meses clausurado y aún no hay asomo de renovación

Nueve meses completa clausurado el bloque A de la sede principal del icónico colegio Santa Librada, en el barrio San Bosco, uno de los espacios de esta institución para los que las directivas continúan pidiendo pronta atención, en medio de una amenaza de ruina.

Mónica Medina, rectora de la institución educativa, explicó que el edificio empezó a presentar una fractura que se advirtió desde el 2016 y que solo en marzo de este año, luego de un sismo, se acentuó tanto que obligó a limitar el acceso de 245 estudiantes que eran atendidos en este sector del claustro, así como el cierre de tres salas de informática, dos auditorios, la sala de profesores, las dos coordinaciones y los dos baños que están en el edificio.

“Aún no hay un diagnóstico de qué es lo que pasa, aunque todo parece apuntar a problemas con el suelo. Aquí ya había una fractura que fue creciendo y se extendió a la losa de la cubierta, es decir que una parte del edificio se desprendió y representa riesgo para la comunidad porque en cualquier momento podría caer; es más, ya la Secretaría de Gestión del Riesgo advirtió que hay riesgo de colapso. La entidad territorial tiene la facultad de definir dónde prioriza las inversiones, pero para esta administración no fue una prioridad restaurar el colegio más antiguo de Cali”, dijo Medina.

La funcionaria señaló que el sellamiento del edificio limita la oferta de nuevos cupos y que su arreglo permitiría aumentar en 400 cupos la capacidad del plantel educativo, por lo que la intervención civil se convierte en un asunto urgente.

“En este momento estamos sin sala de profesores, entonces nos tocó quitar la mitad del espacio a la biblioteca para hacinar a los maestros; hoy no existen las coordinaciones, las reubicamos en dos oficinas pequeñas. Redujimos cuatro grupos en la oferta educativa y eso nos llevó a tener los salones bastante llenos para no reducir tanto la cobertura, pero logramos garantizar el cupo a todos los estudiantes antiguos”, remarcó la Rectora de Santa Librada.

Medina añadió que actualmente espera “que la Secretaría de Educación entregue unos estudios a la Subsecretaría de Patrimonio para que dé un concepto de qué se puede hacer con ese bloque, que es bien de interés cultural”.

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Entre tanto, Luz Elena Azcárate, secretaria de Educación Municipal, advirtió que el colegio “tiene unas fallas en el terreno gravísimas” y que la más angustiante es la que se centra en el bloque A, que es el que está cerrado.

“Esa parte del colegio fue atendida durante la administración de Rodrigo Guerrero; se invirtieron $1800 millones en trabajos de reforzamiento y, en lugar de salvarse, la estructura colapsó. Nosotros no podíamos seguir haciendo inversiones sin saber qué pasa con el terreno, por eso se contrató un geólogo y, definitivamente, no se puede seguir trabajando con los cimientos tradicionales; salvar esa unidad del colegio cuesta muchísima plata. Estamos por decidir si se tumba o se vuelve a invertir”, dijo Azcárate, quien añadió que al colegio se le han hecho “arreglitos, pero no son las reparaciones estructurales que necesita”.

Santa Librada es un colegio que ya tiene 196 años de servicio y su sede principal carece de algunas condiciones básicas para la atención de menesteres educativos. De hecho, ninguno de los diez edificios que componen este complejo se acoge a la normativa de sismorresistencia ni eléctrica. Otra de las dolencias son los daños en la red de alcantarillado, que está compuesta por tuberías de gres y requieren ser actualizadas.
Es por esto que ya se adelantó un estudio para renovar la sede de San Bosco y que se proyecta realizar de cara a los 200 años de la institución (2023).

“El ‘Plan Bicentenario’ apunta a actualizar el colegio en normas, en prevención de riesgos y ampliarlo para que tenga aulas polivalentes, del tamaño que se necesitan para la jornada única, porque nuestros salones están diseñados para 30 estudiantes y estamos metiendo 35 por aula; también necesitamos actualizar los laboratorios, hacer un auditorio, parqueaderos y renovar los escenarios deportivos. Estas labores, según estimaciones realizadas, tendrían un valor de 17 millones de dólares o $55.000 millones. Puede que este monto suene alto, pero se debe pensar en que esto va a duplicar la capacidad de atención de la población y que en el Centro está el proceso de renovación urbana, que requerirá oferta educativa”, afirmó Medina, quien dijo que las obras no afectarían el valor patrimonial del bien. 

Al respecto, Azcárate señaló que para llevar a cabo esta propuesta será necesario recurrir a la Nación.

Además de la intervención de aulas, zonas de estacionamiento, redes y demás elementos de infraestructura, otro de los espacios que se busca actualizar en Santa Librada es el restaurante, donde se sirven a diario 1200 almuerzos pero que solo cuenta con capacidad para 100 estudiantes.

”Necesitamos un auditorio con capacidad para 1000 personas, que entraría a satisfacer necesidades como asambleas de padres, eventos culturales y graduaciones, dado que hoy los estudiantes reciben su título de bachiller en el Teatro Municipal, porque no tenemos dónde graduarlos”, dijo la rectora de la institución, Mónica Medina.

El proyecto también contempla aulas especializadas para población con discapacidad auditiva.

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