Cali
A dos años del desastre que cerró sus puertas, ¿en qué va el proceso de reconstrucción de la capilla de San Francisco?
Aún se hacen los primeros auxilios, tras suspenderse por cerca de 12 meses. Gobernación pagará los estudios y diseños para la recuperación integral.
“Se cayó más o menos a las 10:40 p.m., pero nosotros nunca sentimos el ruido, como cosa curiosa”, relata fray Guillermo Alirio Muñoz, de la Comunidad Franciscana, al retroceder su memoria dos años atrás al 24 de mayo de 2022, día en que se desplomó parte de la cubierta y los muros de la capilla La Inmaculada, en San Francisco.
“Recuerdo tanto que a mí me llamó fue la contadora y me dijo que la capilla se había caído. Yo le pregunté cuál capilla, y ya cuando me envió las imágenes pudimos darnos cuenta. Siempre fue algo de mucho impacto”, agrega.
Desde ese día se emprendió una cruzada entre el Ministerio de Cultura, la Gobernación del Valle, la Alcaldía de Cali y la Comunidad Franciscana para aportar los recursos de los ‘primeros auxilios’, que debían durar máximo siete meses, pero se mantienen a la fecha por incumplimientos de algunas entidades.
“Los primeros auxilios lo que hacen es apuntalar la capilla y darle una estabilidad a los muros para que no siga fracturándose y no siga fallando muro tras muro en un efecto dominó. Lo otro que nos hace falta es la sobrecubierta para que tanto los rayos UV como los fuertes inviernos que se están presentando no sigan deteriorando la cubierta histórica que tiene esta capilla”, detalló el arquitecto Juan Pablo Arias, director de Proyectos de la Comunidad Franciscana a nivel nacional.
Esta intervención, que es la primera de tres etapas, va a buen ritmo y se espera que en agosto pueda estar finalizando.
Luego vendrá la realización de los estudios y diseños de la restauración integral, que deberá contar con análisis históricos, patología de materiales, recuperación de la evidencia fotográfica y constructiva, entre otros ítems.
“Esto dará como resultado todo un proyecto sismorresistente y arquitectónico de restauración para que el monumento vuelva a tener sus características que lo llevaron a ser patrimonio nacional”, expresó el arquitecto.
Los estudios y diseños tendrán un costo de entre $ 300 y $ 500 millones, y serán financiados en su mayoría por la Gobernación del Valle.
Consuelo Bravo, secretaria de Cultura del Valle del Cauca, contó que la semana pasada se realizó una visita técnica a la capilla para dialogar con los religiosos y definir el camino que iban a tomar los recursos aportados desde el gobierno departamental.
“Yo creo que ya debe estar publicado en el Secop (plataforma de contratación del Estado), lo que debemos es estar mañana haciendo la autorización y firma para seguir avanzando en el tema”, explicó la funcionaria.
El último paso será la obra de restauración integral, cuyo costo oscilaría entre los $ 3000 y los $ 5500 millones por lo especial que debe ser la intervención, al tratarse de un bien patrimonial del orden nacional.
El inconveniente con esta tercera etapa es la financiación, que no está nada clara. “Dinero no tenemos, dinero no hay. En este tiempo hemos tenido situaciones que le han hecho demasiado daño al templo, por ello nosotros necesitamos urgentemente la ayuda de todas las personas que puedan colaborarnos para que esto no siga agrandando más la situación grave que nosotros como franciscanos estamos viviendo en este complejo”, aseveró el fray Guillermo Alirio Muñoz.
¿Por qué han tardado tanto los primeros auxilios?
En la noche del 24 de mayo de 2022, la entonces ministra de Cultura, Angélica Mayolo, indagó con Alberto Escobar, su director de Patrimonio, cuánto podría costar la restauración. La respuesta fue “unos $ 1000 millones”.
El acuerdo fue que el Ministerio pondría $ 500 millones, y la Alcaldía de Cali y la Gobernación del Valle pondrían de a $ 250 millones cada una.
Pero “las palabras se las lleva el viento”, como dice el adagio popular, y aunque el Ministerio cumplió con su parte, las anteriores administraciones local y departamental nunca erogaron los recursos.
“Ellos no dieron esa colaboración a la que se habían comprometido porque decían que no podían invertir el erario en un bien privado. Siempre hubo esa cuestión, entonces nunca pudieron pasar ese dinero”, cuenta el fraile.
Los $ 500 millones que aportó MinCultura solo alcanzaron para hacer unas columnas en guadua y el apuntalamiento de los muros, estructuras que se ven actualmente desde la Plaza de San Francisco y que han permitido que, por lo menos, la capilla no se siga cayendo.
Pero cuando la Escuela Taller de Popayán, que estuvo a cargo de las obras inicialmente, utilizó todos los recursos, hubo que parar la intervención. Así se mantuvo por cerca de un año, hasta que la Comunidad Franciscana decidió pedirle al Ministerio que le dejara reanudar el proyecto por su cuenta.
“Con dineros propios de la comunidad, con ahorros que teníamos y con algunos auxilios que han dado algunos feligreses, pudimos retomar nuevamente la obra de primeros auxilios”, comentó el padre Muñoz Castillo.
De hecho, la actual Gobernación del Valle tuvo que acudir a un convenio marco con el Ministerio para poder aportar los recursos. “Desde el punto de vista jurídico ese fue el camino que encontramos”, indicó Consuelo Bravo.
Por el lado de la Secretaría de Cultura de la actual Alcaldía de Cali, la entidad explicó que fue adelantado un análisis jurídico robusto sobre la posibilidad legal de invertir recursos del organismo, sin embargo, una vez más se encontró que esto no tiene viabilidad por tratarse de un bien de particulares.
“Ante la situación que hemos manifestado, el alcalde y la Secretaría de Cultura se encuentran gestionando con otros actores privados y de cooperación el apoyo no solo para la restauración de esta iglesia, sino de otras que también hacen parte del Centro Histórico, que son fundamentales para la memoria e identidad de nuestra ciudad”, informó la dependencia de la Alcaldía a este medio.
De forma concreta, la Secretaría está revisando con diversos actores qué mecanismos se pueden utilizar para aportar a la restauración de la capilla. Esto, mientras la Comunidad Franciscana y la ciudadanía espera atenta una pronta resolución positiva para el bien.
“Tenemos que ser más ágiles en el tema de promesas de recursos. Este tipo de monumentos, más que ser de propiedad de X o Y persona, son los que hacen ciudad, son los que hacen ver bonito el centro. Es muy triste ver cómo pueden pasar años y no hay un doliente que diga ‘bueno, vamos a recuperar la ciudad, se nos está cayendo tal monumento’, y Cali se sigue deteriorando paulatinamente”, reflexionó el arquitecto Juan Pablo Arias.
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