César Acevedo, el caleño que ganó en Cannes, ya piensa en su próxima película
César Augusto Acevedo, un lector empedernido, hincha del Deportivo Cali, buen bailarín y ganador de cuatro premios en el Festival de Cine de Cannes, trabaja en su próxima película.
César Augusto Acevedo, un lector empedernido, hincha del Deportivo Cali, buen bailarín y ganador de cuatro premios en el Festival de Cine de Cannes, trabaja en su próxima película.
Colombia ha participado en el Festival de Cannes desde el año 1964, pero nunca se había ganado la Cámara de Oro y tres premios más.
César Augusto Acevedo, realizador novel caleño, quien cumplió 28 años el mes pasado, obtuvo este reconocimiento a mejor ópera prima y tres más en la Semana de la Crítica: los premios de la Sociedad de Autores, del Público y al Director Revelación.
Cuando recogió el galardón de manos del actor estadounidense varias veces nominado al Óscar, John C. Reilly (Chicago, Magnolia, Gangs of New York), cuya filmografía poco conocía, César, con los pelos de punta, pero sin dejar a un lado su sencillez, lo dedicó a sus productores, a su equipo, al director de fotografía por toda su amistad y la entrega al trabajo, y a los campesinos que son los verdaderos héroes en nuestro país; también a mi familia y en especial a la memoria de mi madre.
Este alumno aplicado de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle, cuenta que allí descubrió su amor por el cine. Mantenía yendo a la Cinemateca y tomaba todos los cursos que había, como Historia del Cine y veía muchas películas. Sus referentes han sido Tarkovski y Bresson. Me impresiona esa forma en que apuntan a los sentimientos y como se revelan las pasiones humanas.
Durante un año vivió en el centro de Cali, cerca de la Gobernación del Valle, pero toda su vida transcurrió en el Edificio Venezolano, en el barrio La Flora, donde tuvo como vecino al realizador Jhonny Hendrix Hinestroza. Este último nunca imaginó que sus caminos se cruzarían más tarde en el cine.
Primero vivía con mi mamá, luego, cuando ella ya no estaba, viví solo un tiempo, arrendé unos cuartos en el apartamento familiar y de eso vivía. Luego mi hermana fue a la casa con mis sobrinas y su esposo, después decidí irme de Cali, cuenta César, quien reside desde hace tres años en Bogotá.
En Cali estudió la primaria y el bachillerato en el Liceo Juan XXIII, en el sector de Vipasa. Empezó a interesarse por leer y escribir mucho. Ya en la universidad se hizo asiduo visitante a la biblioteca, leía novelas y fue descubriendo la poesía de manera solitaria. Es un lenguaje perfecto para aproximarse al mundo, y me encanta leerlo y a veces trato de escribirlo, pero no se me da.
[[nid:424459;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/05/acevedo-camara-de-oro-734.jpg;full;{La tierra y la sombra' del caleño César Acevedo ganó la prestigiosa Cámara de Oro que recompensa la mejor ópera prima en el Festival de Cannes.Elpais.com.co| AFP}]]
El deseo de hacer cine, considera él, surgió de la necesidad de contar algo que quería. A sus 20 años empezó a escribir la historia de esta película. Nació en su libreta de apuntes, me acompaña siempre y allí escribo bobadas, pero también de ahí nacen películas. Mi madre acababa de morir y mi papá era como un fantasma. Ante la ruptura de mi familia y la soledad que eso me provocó, quería hacer una película que me permitiera volver a encontrar a las personas que más amaba en mi vida, a través del cine.
Como un tipo sensible y talentoso lo describe Claudia Triana, del Fondo de Desarrollo Cinematográfico, que le ha otorgado en dos ocasiones recursos para su película. La tierra y la sombra logró mover los hilos emocionales de la gente. Con un ritmo especial y una historia local de una familia campesina en los cañaduzales del Valle del Cauca, cuenta esa relación madre e hija, ese apego a la tierra, esa soledad que da remordimiento. La historia conmueve, está muy bien filmada, llega al corazón y se ve detrás un director con gran talento, considera ella.
El rodaje de la película empezó en septiembre pasado y duró cinco semanas. Fue un proceso de cerrar mis heridas internas y mostrar lo difícil que es mantener los lazos con las personas que más amamos, explica el director, a quien en Cannes lo acompañaron los productores, el director de fotografía y su padre.
Tuve la suerte que mi papá pudo acompañarme. Estuvo muy contento, muy orgulloso, él no sabía a qué me dedicaba. Tuvo oportunidad de ver cuál era mi trabajo y para mí eso fue muy importante.
Pese a lo solo que pudo sentirse, César dice: El cine me llenó de amigos, nunca me dejó solo y vio en La tierra y la sombra, una oportunidad de mejorar la vida, de decirles a los demás que no hay que rendirse, que hay que luchar por los seres que queremos. Con esa, su ópera prima, este joven se graduó con honores.
Con el cine hizo grandes amigos como los realizadores caleños Óscar Ruiz Navia y William Vega, que estudiaban con él en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle. Ellos iban un poco más adelante, pero me permitieron acompañarlos en sus proyectos, dice César, quien coescribió los guiones de los filmes Los Hongos y La Sirga, con Óscar y William, respectivamente.
Afortunadamente conocí a todas estas personas que se convirtieron en mis amigos de la universidad y confiaron en lo que yo quería hacer, en las ganas que tenía de aprender, de hacer cine, agrega el realizador, quien trabajó con un equipo numeroso de caleños, la mayoría de la Universidad del Valle. También a través de este mundo encontró el amor.
A Camila Botero la conoció en la universidad. Es una persona que me ha apoyado mucho y ha creído en mí más de lo que yo lo he hecho. Es una gran profesional, diseñadora de vestuario, estuvo en la película con nosotros en ese rol. Yo la admiro mucho.
Siempre aprendiendoCuenta Mateo Guzmán, fotógrafo y amigo, que César siempre ha estado empapándose de cine. Se le medía a todos los proyectos, trabajando en lo que fuera con tal de aprender: como camarógrafo, tomando fotos, siendo asistente de producción, llevando y trayendo cables, sirviendo tintos, de coguionista, de asistente de dirección... Hacía lo que se necesitara.
César lo corrobora, yo hacía desde las labores más pequeñas, cargando cosas, llevando las bebidas. Eso me ayudó a entender que cada persona en un rodaje es importante, que si llega a fallar alguna de las piezas de ese engranaje se cae toda la máquina. También me enseñó mucho de los roles de cada persona en una película y me permitió tener una distancia para observar lo que estaba pasando, absorber toda la información.
[[nid:414148;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/04/ltyls_still_01.jpg;full;{La película 'La tierra y la sombra', fue rodada en el Valle del Cauca con actores del lugar y traslada al espectador al recio universo de una plantación de caña de azúcar.Foto: Cortesía Burning Blue}]]
Siempre está muy activo, queriendo hacer parte de este cine colombiano que se interesó mucho más por profundizar en las historias y el resultado se ve en La tierra y la sombra, afirma Jorge Forero, amigo y productor de este filme.
Antes de emprender La tierra y la sombra, César hizo cortometrajes como La campana y Los pasos del agua, que están aún por estrenar.
Asediado por la prensa tan pronto se supo la noticia de su triunfo en Francia, César no ha podido conservar su bajo perfil. No le gusta mucho hablar de su vida privada. Sus amigos coinciden en que es un tipo sensible que encontró en el cine su lugar en el mundo.
Según la actriz Marleida Soto, de La tierra y la sombra, César siempre se mostró muy cercano a sus actores. Es muy cariñoso, crea un vínculo familiar con todos. Es respetuoso con sus compañeros de trabajo, se concentra mucho y es bastante disciplinado, confirma Mateo Guzmán, fotógrafo y amigo.
Él sabe que no tiene mucha experiencia dirigiendo, pero lo asume con naturalidad, con humildad. Sabe que este premio es muy significativo para el país y un respaldo para su trabajo, pero es consciente que es un director en formación. Tiene los pies en la tierra, considera el productor Jorge Forero.
César estuvo rodeado por un gran equipo, y como optó por escoger actores naturales, en su mayoría, que representaran lo más cercano posible a la gente del campo, los productores le trajeron a la mejor preparadora de actores de Latinoamérica, Fátima Toledo, para que trabajara de la mano con él.
En un principio César puede parecer muy callado, hasta retraído, pero cuando entra en confianza es capaz del humor más agudo. Dicen sus amigos que cuando está a gusto en un espacio, se expresa libremente y ahí, como en sus películas, sale su intelecto a relucir. Cuando estoy con mis amigos, en confianza, me gusta pasarla bien. Cuando estoy en público, con gente que no conozco, trato de no hablar mucho, me gusta más como escuchar y observar, admite el director.
Como buen caleño, le gustan el rock y la salsa, es un excelente bailarín e hincha del Deportivo Cali. Jugábamos fútbol en la universidad y en Bogotá también cuando el trabajo nos lo permite, cuenta su amigo Mateo Guzmán. César dice que Mateo exagera: No creo que yo sea un excelente bailarín, aprendí a bailar ya grande. Lo disfruto y me encanta la alegría de la fiesta y compartir con la gente. La salsa está llena de riqueza musical, sobre todo la de vieja guardia.
En ColombiaPara Claudia Triana, del Fondo de Desarrollo Cinematográfico, pese al éxito de La tierra y la sombra en el exterior, siendo una película de autor, de nicho, no hay que pretender que tenga un millón de espectadores en Colombia. Si una película como esta tiene 20.000 espectadores, es un éxito. Hay películas muy importantes que han ganado en festivales internacionales y llegan al país y tienen 10.000 o 15.000 espectadores y eso es muy bueno para la distribuidora.
Y César concluye: No sé que va a pasar con mi vida ahora, solo que voy a estar dedicado a La tierra y la sombra que se va a empezar a mover por todo el mundo, ya hay muchas invitaciones. El estreno en Colombia es el 23 de julio. Seguiré trabajando en otra película (sobre la violencia), quiero seguir aprendiendo y tomarme tiempo para hacer las cosas bien.