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Industria consume el 60 % del agua subterránea que se extrae en Cali

De los más de 500 pozos que hay en la ciudad, 300 han sido concesionados por el Dagma. A mayor profundidad, se halla líquido más puro: expertos.

23 de agosto de 2015 Por: Redacción de El País

De los más de 500 pozos que hay en la ciudad, 300 han sido concesionados por el Dagma. A mayor profundidad, se halla líquido más puro: expertos.

El Valle del Cauca tiene un potencial muy alto de aguas subterráneas y hay que aprovecharlas, señalan expertos  como Jaime Ernesto Díaz Ortiz, director del programa de ingeniería agrícola de la Universidad del Valle. Lea también: La nueva estrategia de Emcali para fortalecer el acueducto de la ciudad.  En estos momentos, comenta el profesor, estamos extrayendo de 400 a 500 millones de metros cúbicos por año, es decir, una décima parte del agua que puede ser sacada anualmente, así que tenemos un potencial de crecimiento del 90 % de extracción del agua subterránea, sin afectar la que ya se encuentra almacenada y sin producir problemas de asentamiento de los suelos. La capital del Valle, precisamente, está actualmente  en sintonía  con la tendencia mundial de captar y usar esas aguas que las lluvias y los ríos forman en el subsuelo.  Al igual que se hace en ciudades de España, México, Estados Unidos  y otras de Europa y Asia, en Cali son varias las empresas, manufacturas, industrias y personas naturales que están ‘sacándole el  jugo’ al líquido que se encuentra a pocos o muchos metros de profundidad de la superficie terrestre. Una de estas empresas es Emcali, que pondrá a funcionar en noviembre próximo cuatro pozos de aguas subterráneas en el oriente de la ciudad, en los barrios Las Orquídeas, Guaduales, Naranjos y Desepaz I.  De cada uno de ellos se obtendrán en promedio 150 litros por segundo , así que entre los cuatro sumarán 600 litros por segundo. En temporada de mucha sequía los ríos Cali y Cañaveralejo no llegan ni a 400 litros por segundo. Para los pozos que van a dar en servicio en el Distrito de Aguablanca, comenta Roberto Pomar Jiménez, jefe del Departamento de Producción de Agua Potable de Emcali, hubo que cavar 400 metros de profundidad con el fin de encontrar el agua. “Y entre más profundo el acuífero, más puro el líquido”, señala el ingeniero sanitario. Sin embargo, el funcionario aclara que por el contacto de estas aguas con los suelos, estas contienen hierro y manganeso, así  que, por ejemplo, estos elementos no permiten que  un detergente o jabón  generen  espuma. O pueden manchar la ropa o el sanitario. Por eso estas aguas para el uso humano deben ser tratadas. “Las plantas de tratamiento son justamente para disminuir o quitar el hierro y manganeso de esas aguas”, explica. Usuarios de aguas subterráneas Además de Emcali, son muchos los usuarios de aguas subterráneas en la ciudad. Aguas,  que según  especialistas consultados por El País, como el ingeniero Hugo Salazar, presidente de  la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental, Acodal, “son de muy buena calidad, de hecho, basta con hacerles un pequeño tratamiento para eliminarles el hierro, el magnesio y el manganeso, elementos que les dan un color (café), olor y sabor particular”.  De acuerdo con Camilo Vélez Estrada, líder del grupo Recurso Hídrico del Dagma, más del 90 % de usuarios de estas aguas tienen pozos que llegan a los 20, 30 metros de profundidad, para satisfacer necesidades de tipo comercial y productivo, y especialmente para el lavado de vehículos.  [[nid:456301;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2015/08/pozo-profundo-agua.jpg;left;{}]] Los otros son usuarios con pozos profundos: de más de 120 metros o más de profundidad. Cuentan con ellos empresas como Colgate-Palmolive, Coca-Cola, Laboratorios Baxter y Maizena, que requieren grandes cantidades de agua para algunos de sus procesos. En Cali, sostiene Jorge Galindo, profesional contratatista del Grupo Hídrico de Dagma, hay más de 500 pozos entre los llamados aljibes y pozos profundos. De esos, hay 300 concesionados, es decir, cuentan con la autorización de la autoridad ambiental caleña (Dagma) para poder explotar un caudal y tener un régimen de operación y darle un uso a este tipo de agua (ver nota anexa). El uso de las aguas subterráneas, recalca Galindo, es muy diverso  en la ciudad. “Tenemos concesiones otorgadas para consumo humano hasta para uso industrial y lavado de vehículos, que es el mayor número de usuarios. Pero por la cantidad de agua que  demanda, es la industria el usuario que más consume agua. Llega a consumir el 60 % del agua subterránea que se extrae en la ciudad”. Normalmente las aguas que el Dagma concesiona son buenas, pero deben ser tratadas, advierte el ingeniero sanitario Camilo Vélez. Para el tema del lavado de carros o riego de jardines o lavado de áreas comunes en conjuntos residenciales  no es normal que la gente le haga tratamiento, toman directamente el agua del pozo, pero ya para abastecimiento de clínicas y procesos productivos, por ejemplo, las empresas tratan las aguas para eliminar todo los excesos de elementos como el hierro o el manganeso. Si por alguna razón hay presencia de coliforme (serie de bacterias que se introducen en gran número al medio ambiente por  heces de humanos y animales) es porque seguramente en el sector ha habido  problemas con el sistema de alcantarillado y tienen que tratar las aguas para erradicar el problema, indica Vélez, “pero esto no es frecuente”. Este tipo de problemas se  puede presentar en acuíferos muy superficiales, pozos con 20, 30 metros de profundidad, advierte el docente  Jaime Díaz Ortiz, pero “en Cali y el Valle del Cauca donde  podemos hacer exploraciones de 300, 400 metros de profundidad las aguas subterráneas  tienen la gran característica de que están libres de patógenos”. Dagma advierte que pozos hay que legalizarlosPara construir pozos en la ciudad se debe contar con autorización del Dagma. La entidad hace el acompañamiento al interesado para la debida legalización y hasta lo asesora sobre el tipo de pozo que debe construir.  Si una persona ha construido un pozo sin previa autorización del Dagma y la entidad lo identifica, será sometida a los procesos sancionatorios correspondientes. Y lo primero que se hace, señala el ingeniero sanitario con especialización en hidráulica, Camilo Vélez, es el sellamiento del pozo. “Hay sanciones, por eso le digo a la gente, evítelas, venga al Dagma, díganos, actualicemos, normaticémonos y todos trabajamos felices”, manifiesta el jefe líder del Grupo Recurso Hídrico del Dagma. “Lo que importa, agrega,  es normalizar los pozos, que sepamos dónde están, bajo qué condiciones, que no les están haciendo daño al acuífero. El Dagma hace  operativos en unidades residenciales, moteles, negocios y viviendas, porque la misma comunidad nos informa”, explica el ingeniero Camilo Vélez Estrada. El funcionario señala que en el tema de agua potable para la ciudad de Cali el Dagma otorga la concesión, que generalmente se da por cinco años, pero la entidad que reglamenta para  que el usuario la pueda distribuir y  hace el control de cómo entrega esas aguas es la Secretaría de Salud, ya que es la entidad  la que vela por la seguridad del ser humano.   “Y le pide el respectivo mapa de riesgo para evidenciar cómo va a ser el tratamiento y proteger para que no haya problema con la salud humana”. El tratamiento del agua lo hace quien pide la concesión. En el caso de los pozos de Emcali el Dagma da el permiso sobre la cantidad de agua que deben sacar; Emcali le hace el tratamiento al líquido y la Secretaría de Salud  vela porque la calidad del agua sea óptima para el consumo humano y le hace seguimiento.  

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