La demora en los pagos de las EPS tiene en crisis a la red hospitalaria de Cali
Tan sólo el Hospital Universitario del Valle tiene facturas sin pagar por EPS que suman $55.000 millones, dijo su directora María Lucero Urriago.
Tan sólo el Hospital Universitario del Valle tiene facturas sin pagar por EPS que suman $55.000 millones, dijo su directora María Lucero Urriago.
La demora en el pago de las deudas de las EPS a los hospitales tiene al borde de un infarto a la red de salud pública de Cali. Los difíciles trámites para hacer los cobros por servicios prestados, las glosas o rechazos a las facturas y el desorden administrativo que impera en muchas entidades son parte del trauma institucional.La última alerta la prendió la intervención de SaludCoop, la más grande EPS del país, que aunque no afecta directamente a la red pública local porque tiene sus propias clínicas, sí prende las alarmas sobre lo que está pasando con otras EPS.Las deudas acumuladas por las empresas que manejan el régimen subsidiado en la ciudad, como Caprecom, Coosalud, Selvasalud y Salud Cóndor son millonarias y están asfixiando a los hospitales.Tan sólo el Hospital Universitario del Valle tiene facturas sin pagar por esas EPS que suman $55.000 millones, dijo su directora María Lucero Urriago. Son deudas que superan los 150 y 180 días, que muchas veces las EPS glosan o rechazan porque falta algún documento, un número de cédula o algún trámite, con el ánimo de no pagar o retrasar los pagos.Eso sin contar una deuda de más de $150.000 millones del Estado con el HUV por atención de pacientes que no tienen un seguro de salud.Caprecom, la EPS del Estado, es una de las que más le debe a clínicas y hospitales. La deuda llega a $400.000 millones en el país, de los cuales cerca de $20.000 millones corresponden a entidades caleñas.El superintendente de Salud, Conrado Gómez, indicó que se está revisando integralmente el tema de Caprecom, su viabilidad y sus cuentas, pero adelantó que esta EPS necesita una financiación urgente de $300.000 millones para cumplir sus compromisos.Sin embargo, advirtió que la solución no es cerrar las entidades que prestan servicios de salud, sino encontrar una solución. Esa EPS y todas tienen que garantizar condiciones de prestación de servicios y financiación o de lo contario no pueden funcionar.Hace poco más de un mes, la misma Superintendencia intervino a Salud Cóndor, otra EPS con unos 400 mil afiliados que tiene sus cuentas en rojo, líos administrativos y ha puesto en riesgo la operación de los hospitales.Como se sabe, el año pasado la misma Superintendencia determinó liquidar a Calisalud, la EPS del Municipio, porque no tenía cómo responder por los servicios prestados a sus afiliados por parte de los hospitales. Tan sólo al HUV le está debiendo $17.000 millones y al Mario Correa Rengifo $462 millones.Licenia Salazar, quien fue gerente de este hospital hasta hace quince días, indicó que Caprecom pese a ser la EPS publica más importante en Colombia tiene una cantidad de problemas administrativos y se demora mucho en pagar porque le quitaron autonomía regional para manejar las cuentas y eso traumatiza el sistema.De hecho, el gerente del hospital San Juan de Dios, Iván González, señaló la crisis es porque no hay flujo de caja y advirtió que el problema grave se viene con Caprecom porque es uno de los mayores deudores y el más demorado en pagar. Tan sólo a ese hospital le adeuda $1.800 millones.Aunque los hospitales han optado por no atender los pacientes de Caprecom en consulta ambulatoria, finalmente estos terminan llegando a través del servicio de urgencias donde no se les puede negar la atención.El otro lío son las deudas de alcaldías y gobernaciones con hospitales y EPS por la atención de pacientes que no están en ningún régimen de salud y por los que deben responder los entes territoriales. Pero no siempre lo hacen.Con respirador artificialEn el caso del Valle, la Gobernación hizo un convenio con el HUV para transferirle este año $55.000 millones pese a que la facturación llega a $62.000 millones. Pero a este hospital también le deben las gobernaciones de Cauca, Nariñlo, Chocó, Huila y Tolima por pacientes remitidos de esas regiones.El déficit de funcionamiento del último año del HUV fue de $32.000 millones y sigue funcionando con respirador artificial, gracias a la manito de la Gobernación del Valle y a la venta de algunos servicios a clínicas privadas.El San Juan de Dios, por su parte, arrojó en el último año un faltante de $8.400 millones dada la cartera que tiene con Caprecom, Emssanar y Calisalud y que acumulan el 65% de las acreencias de la entidad. Y como no es un hospital público no tiene ayuda del Estado. Sin embargo, sigue atendiendo un promedio de 350 pacientes diarios.El Mario Correa Rengifo depende, en primer lugar, de los recursos de la Secretaria de Salud del Valle en un 52,23%; en segundo lugar, del Régimen Subsidiado en un 19% y, en tercer término, de los aportes que le hace el municipio en un 11,83%. Pero, según la Contraloría Departamental, sus cuentas por cobrar el año pasado ascendieron a $2.426 millones, que representan el 14% del total facturado. Las más significativas son con las EPS del subsidiado por $1.037 millones y de los contratos de Salud Pública por $968 millones.Finalmente, el Isaías Duarte Cancino, un hospital de nivel 2 en Aguablanca, recaudó $14.906 millones por servicios, pero ejecutó $19.979 millones. Es decir, tiene un déficit superior a cinco mil millones de pesos.Según la Contraloría, en este centro asistencial los sistemas de contratación y pago utilizados para la compra de servicios de salud tienen grandes limitaciones, hay inequidades, se basan fundamentalmente en el precio, son ejercicios generalmente intuitivos y no responden a criterios de calidad y costo efectividad.Entre tanto, los usuarios son los que sufren las consecuencias de un sistema de salud ineficiente, que aunque maneja $45 billones al año, no suple las necesidades asistenciales de más de 40 millones de colombianos porque, según sus detractores, ha convertido la salud en un negocio con ánimo de lucro. A replantear el modeloFrente a los líos de la salud, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, señaló que además de los líos de corrupción que se han conocido en las EPS, el problema es estructural.En su criterio hay que cambiar el modelo actual de salud porque las EPS no hacen prevención sino que esperan que la persona se enferme para facturar. Además hay integraciones verticales en las que una EPS monta sus propias clínicas, servicios de laboratorios y urgencias, entre otros, dejando por fuera empresas con mucha historia en el sector. Y, finalmente, hay un problema macroeconómico porque el trabajo de unos pocos no puede abastecer las necesidades de muchos, no podemos subsidiar tasas de desempleo del 14% como la de Cali y en la medida en que esa situación perdure la salud estará en crisis, dijo.