CALI
Profesión de alto riesgo: agentes de tránsito lanzan alarma por aumento de agresiones
Las agresiones y los insultos en contra de estos funcionarios siguen ocurriendo. La pandemia y el paro aumentaron la intolerancia. Piden más apoyo.
Las imágenes se hacen virales: alguien increpa a gritos a un agente de tránsito, hay empujones, insultos; un vehículo arrastra a un guarda, en medio de gritos. La problemática es de vieja data y se ha extendido en el tiempo, por lo cual crecen las voces que piden que haya una solución pronta y eficaz.
La semana pasada volvió a ocurrir. Una mujer que había recibido un comparendo por mal parqueo, en el municipio de Tuluá, se enfrentó a dos guardas. Los hechos son confusos, ella intentó golpear a uno de ellos con la cabeza, él la abrazó para quitarle las llaves. El mes pasado ocurrió en Bello, Antioquia. Allí golpearon a un servidor público en la cara, hasta provocarle un prominente hematoma que le cerraba el ojo derecho. El agresor era un motociclista que no llevaba casco ni papeles. Ya era el quinto caso en lo que iba del año, en ese sitio.
En Cali, en febrero, cuando un funcionario intentó sancionar a un hombre que iba en moto por el carril exclusivo del MÍO, este lo atropelló, acción que le causó una fractura en un tobillo y trauma craneoencefálico.
Por esos mismos días, una cuadrilla de agentes fue atacada con piedras cuando se desplazaban por la vía al mar, a la altura del kilómetro 18 luego de realizar operativos de control en ese sector. Los habrían grabado en video para difundirlo en redes sociales.
Otra agresión ocurrió en la Calle 25 con Carrera 98, sur de la ciudad, cuando un guarda requirió al conductor de un automóvil y este lo pisó con las llantas traseras del carro, fracturándole ambos pies. Y antes, se había conocido el video de una mujer que mientras agarra del pelo a una agente, es animada por alguien más a que le “reviente la boca”.
En lo que va corrido del año ya se cuentan ocho agresiones contra estos funcionarios en la ciudad, mientras que según datos del Concejo, el año pasado se sumaron 36 en total, algo que hace que algunos de ellos hagan un llamado para que haya un trabajo mancomunado con otras autoridades, en especial de Policía, para reducir los índices de violencia contra ellos porque, aseguran, hay problemas en la movilidad de la ciudad que están afectándolos.
“Las agresiones en contra nuestra no han aumentado, pero sí hay nuevos fenómenos en la movilidad que están haciendo que haya más inestabilidad y volatilidad en las personas. Uno de ellos es que cada vez hay más piratería y transporte informal. Los altos índices de migración hacen que haya más gente foránea en estas labores y nosotros seguimos limitados por la misma esfera jurídica. Muchos de ellos no tienen Soat, no figuran en el Runt o Simit, por lo que estamos maniatados. Las reacciones a nuestra autoridad es la agresividad”, dice Héctor Álvarez, presidente del Sindicato Nacional de Guardas de Tránsito.
625 agentes de tránsito están en servicio actualmente en Cali. De ellos, 122 son contratados en temporalidad y 140 más están provisionales. De ese total, un porcentaje se encuentra dedicado a labores administrativas.
El Funcionario dice que lo más preocupante es la impunidad, lo que hace que crezca en los agresores la idea de que los pueden agredir sin que haya consecuencias graves. De hecho, la viralización de algunos contenidos de violencia en contra de estos funcionarios resulta ser el único método de sanción en contra de los agresores.
El año pasado, dice Álvarez, durante los meses del paro nacional, se sintieron muy vulnerables. Recuerda como debían atender eventos en sectores como La Luna, Siloé y La Portada, en donde se concentraban el caos y la violencia.
A una compañera suya le intentaron robar el celular cuando estaba haciendo el reporte de novedades, solo lo evitó la presencia de un soldado. Además, cinco encapuchados la encararon a ella y sus compañeros, dándoles un ultimátum: “Se largan de aquí, en este territorio ustedes no tienen autoridad, esto es del pueblo”.
“No hay una respuesta institucional clara frente a esos hechos. Además, las agresiones en contra de funcionarios públicos no son nuevas, solo que ahora hay redes sociales que las muestran. Lo cierto es que no hay respeto por la autoridad, porque no hay sanciones suficientes, en especial después del paro nacional, desde entonces hay un vacío que hace que muchas personas crean que pueden cometer una contravención y que además pueden agredir a quien lo multa. No se trata solo de los guardas de tránsito, es en general a las autoridades”, añade Álvarez.
“En el país hace falta que se eduque más y mejor sobre las normas de tránsito. Nosotros insistimos en que se deben crear cátedras académicas para que los ciudadanos entiendan sus derechos, pero también sus obligaciones, porque parte del enojo de muchos es que no es justo que se les castigue con multa o comparendo, pero no entienden que están incumpliendo la norma. Si el guarda se comporta mal y falta al manual, las personas deben poner la denuncia correspondiente, pero no agredir porque ahí ya pasa a cometer un delito ”, explica el funcionario.
“Pese a las situaciones que se han presentado, los agentes de tránsito siguen con su labor y su compromiso. El llamado es a respetar a todas las autoridades”, William Vallejo, secretario de Movilidad.
De acuerdo con él, los guardas de tránsito enfrentan un problema adicional y es que cada vez hay más sectores urbanos que atender, debido a la expansión de la ciudad hacia Jamundí, por ejemplo, lo que limita la capacidad de cumplir con su labor y, además hace que haya menos posibilidad de atender accidentes y contravenciones en parejas, como lo hace la Policía, lo que, asegura, los deja más vulnerables a agresiones ya que deben llegar solos.
La falta de personal es cada vez un problema mayor porque su radio de operación se está extendiendo incluso hasta el kilómetro nueve de la Vía al Mar y están atendiendo entre 15 y 50 eventos de tránsito cada día.
El concejal Fernando Tamayo, quien hace algunos meses dijo que aunque se debe mantener el control de las normas de tránsito en el cuerpo de guardias civiles, manifiesta que en este momento sí se necesita que haya acompañamiento de uniformados armados para algunos operativos, en especial los que tienen que ver con intervención al transporte informal.
Al respecto, el secretario de Movilidad de Cali, William Vallejo, ha dicho que tienen identificadas zonas de la ciudad con alto riesgo para los agentes y en ellas hay coordinación para que haya acompañamiento de Policía.
“La Policía tiene un personal que es limitado y enfrenta un sinnúmero de tareas que atender, sin embargo, hemos tenido los acompañamientos, de acuerdo a la disponibilidad que tienen, y tenemos identificados unos puntos críticos donde hemos coordinado una atención constante y una respuesta inmediata a través de los cuadrantes”, explicó.
Por su parte, para el concejal Carlos Hernán Rodríguez, la violencia y la falta de respeto por la autoridad proviene de una mala gestión administrativa, ya que los ciudadanos perciben que no hay suficiente inversión, por ejemplo, en movilidad.
“Este es el momento en el que la red semafórica sigue en condiciones deplorables. El Concejo aprobó vigencias futuras por valor de $8500 millones para mejorar la tecnología, pero en eso no se ha avanzado. Todo eso impacta en la cultura ciudadana, aumenta el irrespeto. Ahora hay un grupo de ciudadanos suplantando las funciones de los guardas, pidiendo dinero para permitir el tránsito. Se llega a eso porque hay falta de autoridad”, opina Rodríguez.
El también concejal Fernando Tamayo atribuye mucho del fenómeno a la cultura de violencia que ha permeado a Cali por varias décadas
Los guardas de tránsito no solo deben enfrentar violencia y agresiones.
Muchos de ellos desarrollan distintos tipos de enfermedades y condiciones físicas por la naturaleza de su labor. Las jornadas de ocho horas continuas bajo el sol los hacen vulnerables a males como cáncer de piel. Esa situación hizo que la Aseguradora de Riesgos Laborales recomendara que las camisas de los uniformes de los agentes de tránsito deben ser de manga larga. Los guardas también sufren afecciones por contaminación auditiva, al estar expuestos al tráfico, al pito de los vehículos, al radio en alto volumen, así como problemas respiratorios por inhalación de humo. “La gente parece no ver que más allá de nuestro uniforme, también somos seres humanos: nos enfermamos, sentimos miedo, tristeza. Cuando recibimos tanta negatividad y agresividad, nos afecta la salud física y mental”, dice Álvarez.
El Covid-19 fue otra cruz. Entre diciembre de 2020 y febrero de 2021 tres de ellos fallecieron por causa del virus. Además varios más perdieron seres queridos, sin recibir ningún tipo de atención ni acompañamiento .
“Nosotros no pedimos demasiado, solo que nos traten como seres humanos y que dejen de vernos como un uniforme, somos funcionarios públicos y solo queremos hacer cumplir las normas”, concluye el líder sindical.
Movilidad responde
Sobre las agresiones a los funcionarios, el secretario de Movilidad, William Vallejo, dice que es posible que la pandemia y el paro nacional hayan afectado la intolerancia de los caleños.
Añadió que hay campañas con la comunidad para mejorar las relaciones, haciendo talleres de resolución de conflictos y acompañamiento profesional en capacitación de los agentes. De esta manera buscan recuperar la confianza en la Institución después del paro nacional.
Vallejo dice que han recolectado pruebas de las agresiones que han recibido los agentes de tránsito para enviarlas a las autoridades para que las investiguen.
Añadió que han dado acompañamiento a todos los uniformados que han sido afectados en estos meses.
Regístrate gratis a nuestro boletín de noticias
Recibe todos los días en tu correo electrónico contenido relevante para iniciar la jornada. ¡Hazlo ahora y mantente al día con la mejor información digital!