Cuando la felicidad en Popayán es amarilla y morada, gracias a los guayacanes

En estos momentos, y gracias a varios florecidos guayacanes, la ciudad de Popayán ofrece espacios que son unas verdaderas postales.

Eso lo sabe la gente, aprovechando estos dones de la naturaleza para tomarse la respectiva fotografía, capturando para la eternidad la belleza de estos árboles, creando además una cara amable de la ciudad.

Aunque a veces es muy fácil olvidar estos aspectos de la ciudad, pero en general todos los que nacieron, habitan o han visitado Popayán siente con orgullo cada vez que, caminando sus calles o recorriendo sus parques del centro histórico, aprecian la magnitud de los guayacanes. Es allí cuando, sus colores amarillos o rosados, afirman con fuerza que es la eterna Jerusalén de América.

“Muy bonito, estos ejemplares nos permiten tener verdaderas postales de una forma mágica, son momentos que la vida nos sonríe a través de los colores y gratis”, relata Lina María Meneses, comerciante.

Y es que esta temporada del año las flores de estos grandes árboles se aprecian desde de la distancia como puntuales estadillos de color, después convierte las aceras y calles en tapetes coloridos. Su floración es abundante, pero por temporadas. Es por esto que muchos ciudadanos sienten admiración y curiosidad por este tipo de árbol.

“Los guayacanes no son una especie endémica porque no son germinan en Popayán. Es una especie nativa de América Tropical que se extiende desde México hasta Brasil. Florecen entre marzo y abril y en algunos casos entre septiembre y octubre. No todos lo hacen a la vez…depende de las condiciones climáticas y el estado de los mismos, por fortuna en la ciudad tienen un cuidado especial por la misma comunidad”, explica el profesor de historia y biología, Francisco Piedrahíta.

De ahí que ahora el parque Carlos Albán, la zona del reloj de Sol, la antigua glorieta de Bella Vista, tramos de la carrera sexta, el barrio Santa Inés son algunos de los espacios donde los ciudadanos disfrutan de estos regalos de la naturaleza.

Sin embargo, es importante mencionar que los efectos del cambio climático, como el fenómeno del niño, han influido en la floración de este evento maravilloso.

El profesional en la materia indican que, debido a las irregularidades del clima, en el 2024 ha habido dos eventos de florecimiento de los guayacanes: febrero y septiembre. Por lo que la floración no se ha presentado en todo su esplendor, sino por etapas, por los cambios en los ciclos naturales.