Economía
Estas son las alternativas para financiar proyectos de biodiversidad en Colombia
A través de instrumentos financieros como bonos verdes, Bancos de Hábitat y soluciones basadas en la naturaleza, entre otros, se movilizan recursos para preservar la naturaleza.
Existen diversos mecanismos financieros a nivel internacional y en Colombia para conservar y utilizar de manera sostenible la biodiversidad, alineados con los objetivos globales como los de la Convención sobre la Diversidad Biológica y las metas de la COP. Entre ellos, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) y el Fondo Verde para el Clima (GCF), que financian proyectos ambientales y de biodiversidad en países en desarrollo, beneficiando a gobiernos, ONG y comunidades locales.
Julia Ayuso, directora de la Escuela de Sostenibilidad de la Universidad Europea, explica que entre el variado ecosistema de financiación verde se encuentran los Pagos por Servicios Ambientales (PSA), los bonos verdes y bonos de conservación, y las compensaciones por pérdida de biodiversidad que obligan a empresas a restaurar o conservar áreas naturales afectadas por sus actividades.
Además, de la financiación mixta que combina capital público y privado para proyectos de gran escala, promoviendo la conservación en Latinoamérica y beneficiando a comunidades locales.
Durante la COP16 en Cali, se consolidaron algunos mecanismos ya existentes y se plantearon nuevos instrumentos para salvar el planeta. Durante la reunión de las Partes, el tema de financiación para la biodiversidad fue uno de los grandes retos.
El objetivo, ha insistido la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, es crear nuevos fondos y mecanismos, alternativas que involucren fuentes de todos los sectores, alianzas público - privadas, cooperación internacional y también las organizaciones filantrópicas, para llegar a la meta de US$200.000 millones al año mínimos que se requieren para revertir el daño causado a la naturaleza.
En reunión del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), 8 donantes prometieron solo US$163 millones, una gota comparada con las necesidades que el Banco Interamericano de Desarrollo, BID estima en US$800.000 millones al año.
Así las cosas, cada vez son más necesarios nuevos instrumentos financieros que permitan apalancar proyectos para el cuidado de la biodiversidad. (ver en recuadros algunos mecanismos.
Mecanismos REDD+
A través de esta estrategia se busca la reducción de emisiones a causa de la deforestación y la degradación de los bosques, mediante el fortalecimiento de la gobernanza forestal, la implementación de procesos productivos sostenibles, el manejo forestal comunitario, el monitoreo forestal, la conservación de la biodiversidad y la recuperación de áreas sin cobertura boscosa. Esto con el objetivo de mitigar el cambio climático.
Carolina Montes, docente de derecho ambiental de la Universidad Externado, señaló que este es un instrumento internacional al cual pueden acceder tanto personas naturales como jurídicas.
Bonos verdes
Son instrumentos financieros de deuda que hacen parte de las finanzas verdes, los cuales están dirigidos a recaudar recursos para proyectos con impactos ambientales, es decir, energías renovables, agricultura sostenible, eficiencia energética, prevención y control de la contaminación, gestión sostenible del agua y de las aguas residuales y adaptación al cambio climático, entre otros.
Los bonos verdes suelen venir con incentivos fiscales, créditos o subvenciones que pueden mejorar su rentabilidad. En diciembre de 2023, el Gobierno subastó TES Verdes por $975.000 millones, esto evidencia el interés de los inversionistas locales y extranjeros en esta clase de títulos de deuda pública de Colombia.
A perpetuidad
El programa Herencia Colombia garantiza la financiación a largo plazo de las áreas protegidas y paisajes prioritarios del país. En este sentido, en 2022 con varios actores, entre ellos WWF Colombia, lanzaron el proyecto de Financiamiento para la Permanencia (PFP) del programa Herencia Colombia (HECO).
Esta iniciativa busca asegurar US$245 millones de financiación pública y privada para proteger de forma permanente cerca de 29 millones de hectáreas de icónicos paisajes terrestres y marinos.
Este programa hace parte de otras iniciativas que, en conjunto, proporcionan protección permanente para aproximadamente el 12% de toda la selva amazónica.
Impuesto al carbono
Todos los sectores en Colombia que tienen una alto nivel de emisiones de gases efecto invernadero que son los que provocan el cambio climático tienen que pagar un impuesto por esas emisiones.
“El objetivo es que el Estado colombiano tenga unos recursos para poder compensar esa huella de carbono”, explica Claudia Vásquez, directora de TNC Colombia.
Las empresas tienen la posibilidad de causar el impuesto o invertir esos recursos en proyectos de conservación, ambas posibilidades tienen un efecto muy positivo para la biodiversidad. El país tiene como objetivo la reducción del 51% de las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030. La tarifa actual es $25.799,56 por tonelada de CO2.
Banca Multilateral
El Banco Davivienda y la Corporación Financiera Internacional, IFC, emitieron un bono de biodiversidad por más de $210.000 millones destinados a proyectos que protejan, conserven y restauren la biodiversidad del país.
En esa misma línea, la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe) anunció un programa de US$300 millones para conservar y restaurar ecosistemas estratégicos como la Amazonía, los bosques Atlánticos, el Pantanal, el Chaco, la Patagonia, la Antártida y la Corriente de Humboldt, entre otros.
Entre tanto el grupo financiero BBVA ha movilizado más de US$32 millones para el apoyo a estas iniciativas, además de la emisión del primer Bono Azul en Colombia, que ha financiado más de US$15 millones para proyectos que cuiden el capital acuático colombiano.
Desde Asobancaria confirmaron la meta de llevar el financiamiento en biodiversidad de $3,5 billones de hoy, a $33 billones en 2030.
Reservas Natural de la Sociedad Civil
Según WWF Colombia, las Reservas Naturales de la Sociedad Civil, RNSC, son la categoría privada de conservación del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) y, a diferencia de las demás categorías, cualquier persona puede establecerla si tiene un predio que aporte a la conservación de los recursos naturales.
En el país existen más de 800 Reservas. Algunas de las más reconocidas son: La Aurora en la Orinoquia, El Hatico en el Valle del Cauca, y la Planada en Nariño, entre otras.
Sus propietarios pueden recibir la exención o disminución del pago de impuesto predial, así como acompañamiento para la capacitación y construcción de planes de manejo, prácticas sostenibles, etc.
Bancos de Hábitat
Son un innovador mecanismo que busca apalancar recursos que permiten implementar proyectos de conservación permanentes en el tiempo, como una alternativa para lograr compensaciones de alta calidad.
Estos bancos se podrán financiar a partir de inversiones provenientes del sector público y/o privado, recursos de cooperación internacional, recursos de la inversión forzosa de no menos del 1% de los proyectos objeto de licenciamiento ambiental y/o de compensaciones ambientales de licencias, permisos, concesiones, y demás autorizaciones ambientales, entre otras.
Actualmente, Colombia cuenta con 18 Bancos de Hábitat que abarcan un área de 9160 hectáreas.
Soluciones basadas en la naturaleza
Este mecanismo que ha venido tomando fuerza a nivel nacional, busca cumplir compromisos internacionales establecidos en el Convenio de Biodiversidad Biológica, CDB, se inspira en procesos naturales de conservación y el uso sobre todo sostenible de la biodiversidad. Es una herramienta fundamental para la transición, según Naciones Unidas.
Las soluciones basadas en la naturaleza y el sector terrestre en general podrían contribuir hasta con un 30% de la mitigación climática necesaria para el año 2050, cumpliendo así con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global.
Incentivos perversos
Hay un tema muy interesante que se discutió en la COP16 y es el de los incentivos perversos. La idea es redireccionar esos recursos hacia proyectos de desarrollo sostenible.
“Hay unos incentivos a sistemas productivos perfectamente legítimos que, sin querer, tienen un impacto negativo en la biodiversidad. Por eso, lo que se discutió es que esos países revisen cuáles son esos incentivos perversos que tienen un impacto negativo, y los transformen en incentivos positivos”, subrayó Claudia Vásquez de TNC.
Con lo que se recaude a través de este mecanismo, se cubriría gran parte del déficit de los US$700.000 millones anuales para la biodiversidad.
Pagos por Servicios Ambientales
Los PSA constituyen un acuerdo con propietarios, poseedores y ocupantes de áreas estratégicas que generan servicios ambientales, permitiendo desarrollar actividades de preservación y restauración en sus predios, contribuyendo así a la construcción de paz en estos territorios y a la conservación de los ecosistemas.
Andrés Carmona, coordinador de Cambio Climático de la CVC, explicó que en el Plan de Acción 2020 – 2023 de la Corporación, se logró, en alianza con los entes territoriales, la implementación de esquemas de PSA en 9 municipios del Valle del Cauca, beneficiando a 163 familias y 1.049 hectáreas en conservación.
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