Habló mototaxista que asesinó a vendedor de aguacates; esto fue lo que dijo

Delio Hernández, un vendedor de aguacates que trabajaba en el centro de Bucaramanga, fue asesinado el pasado 10 de marzo en un acto de intolerancia. Aunque Johan Andrés Joya, un hombre conocido como alias Cejas, se entregó a la Fiscalía de la capital santandereana, en la audiencia de este 19 de marzo no aceptó cargos por el delito de homicidio agravado.

Un video registró el momento exacto del brutal ataque. Sin culpa, el vendedor ambulante golpeó la moto del homicida con la carretilla en la que transportaba su mercancía. En ese momento apareció el agresor y después de reclamarle, lo atacó en tres oportunidades con un arma blanca. Aunque la víctima alcanzó a ser llevado a un centro asistencial, falleció por la gravedad de las heridas.

Menos de dos semanas después, el sujeto se dirigió a la familia del hombre que asesinó. “Le pido muchas disculpas a los familiares, que me perdonen, estoy arrepentido, de corazón”, dijo en audiencia el hombre, pese a que no aceptó los cargos.

En la audiencia también intervino una de las hijas del vendedor, quien pidió una condena ejemplar en contra del asesino de su padre. “Pido que se le aplique toda la ley porque mi papá no tuvo tiempo ni de defenderse. No tuvo tiempo ni de reaccionar. Quedo sin el afecto, sin el calor de mi padre. Nadie me va a devolver a mi padre”, expresó.

Según se conoció, Alias Cejas, de 24 años, ya registraba anotaciones judiciales por riñas daños en bien ajeno y porte de armas cortopunzantes. Incluso, en 2021 atacó con una navaja a otro ciudadano, también en un acto de intolerancia.

Tras la solicitud de la Fiscalía, un juez dictó medida de aseguramiento en contra del hombre por el escabroso crimen. Por su parte, el alcalde de Bucaramanga, advirtió que ningún hecho quedará impune. “Los estamos acorralando y persiguiendo, nuestra ciudad debe ser un territorio seguro”.

¿Quién era la víctima?

Delio Hernández tenía 49 años y cinco hijos. En el centro de la ciudad ya era bastante familiar su rostro, pues durante más de tres décadas se dedicó a vender aguacates, chirimoya y otras frutas.

En diálogo con El Tiempo, María Margarita Mantilla, su pareja sentimental, lo recordó como un hombre alegre, tranquilo y dedicado al trabajo. “Hay mucho dolor, era un ser humano que no merecía morir de esa forma, era muy trabajador, fue sin querer queriendo que le rozó la moto”, expresó la compañera sentimental de la víctima a ese medio.