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Patricia Linares, presidenta de la JEP. | Foto: Colprensa / El País

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"La paz no se puede construir a partir del olvido": Patricia Linares

Patricia Linares, presidenta saliente de la JEP, habla de los tres primeros años de la Jurisdicción.

30 de octubre de 2020 Por:  Luis Carlos Gómez, Colprensa

"Me voy tranquila porque logramos, en estos tres años, un proceso de implementación de la JEP que nos permite decir que partimos de 0 el 15 de enero de 2018 y hoy tenemos una Jurisdicción funcionando al 100 %”.

Con estas palabras, Patricia Linares le entregó ayer la presidencia de la JEP, a Eduardo Cifuentes, al cierre del encuentro internacional ‘Respuestas emergentes a atrocidades contemporáneas’, en el que agregó: “Vamos paso a una realidad jurídica sobre la cual existe esperanza, pero también reservas y dudas. Pero somos los encargados, con nuestras decisiones, de ayudar a absolver esas reservas y dudas, dando tranquilidad a las víctimas, la comunidad internacional y la sociedad en general”.

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Previo al evento, la magistrada habló con Colprensa.

¿Cuál es su balance de estos tres años como presidenta de la JEP?

Muy positivo. En estos tres años los resultados son más que satisfactorios, teniendo en cuenta que partimos de cero, sin infraestructura de ninguna clase, sin ley de procedimiento, sin ley estatutaria, que son esenciales para el cumplimiento de la función de cualquier juez en el mundo. Eso lo reconoce la comunidad internacional, académicos, expertos y quien haga un análisis objetivo y sereno de lo que ha pasado: en medio de continuos y sistemáticos ataques, campañas de deslegitimación, cuestionamientos, incluso personales, a quienes hacemos parte de la Jurisdicción, hemos logrado tener más de 12.600 personas sometidas a la Jurisdicción, 9764 de las Farc, 2730 de la Fuerza Pública, además de congresistas, alcaldes, gobernadores. Tenemos siete macro casos abiertos, con todo lo que eso supone, en los que tenemos acreditadas más o menos 308 mil víctimas. Hemos recibido alrededor de 309 informes, que es la base para construir y diseñar esos casos, además de consultar miles de expedientes que provienen de la jurisdicción ordinaria, la Fiscalía y los despachos judiciales.

¿La JEP no tiene marcha atrás, pese a voces que insisten en acabarla?

La JEP ha venido trabajando no obstante esa permanente insistencia de ciertos sectores políticos. A eso hemos respondido que los debates políticos son de los políticos; no nos corresponde incursionar en ellos. Ahora bien, las cabezas del Sistema (Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición), el padre Francisco de Roux, Luz Marina de Monzón, hemos insistido en los últimos meses en la necesidad de que, por lealtad con el país, con las diez millones de víctimas, el debate político excluya el proceso de paz, el Sistema y su proceso de implementación. La paz en Colombia no puede estar sujeta a las aspiraciones de determinado sector político.

¿Más allá de eso, cree que los colombianos han entendido qué hace la JEP y por qué es tan importante?

El diseño de la Jurisdicción Especial para la Paz es complejo, denso, no tiene antecedentes ni una jurisprudencia que haya sido producida para orientar el proceso de implementación, se ha venido produciendo después. Y en la medida en que, por esas características, es de fondo muy diferente al modelo de justicia retributiva que ha imperado en Colombia a lo largo de su historia, no es fácil comprender y siempre requerirá de estrategias pedagógicas que nosotros, con los pocos recursos de los que disponemos y con ayuda de la comunidad internacional, de las universidades, de los tanques de pensamiento, hemos intentado hacer y seguiremos haciendo.

La gente quiere ver condenas, que es lo que identifica con la justicia. ¿Cree que hubo algún error en la forma como se concibió la JEP que hace que los procesos sean lentos?

Toda obra humana es imperfecta y, le repito, no estamos frente a la jurisdicción ordinaria, donde, por ejemplo, el Consejo de Estado, la Corte Suprema, la misma Corte Constitucional, siendo muy joven, tienen una trayectoria establecida, muy orientada y ya superadas ciertas etapas. Tenemos una base normativa que demoró en consolidarse por el tema de las objeciones y otros casi un año, y eso para un juez es supremamente difícil...En la medida en que la operación de la JEP se vaya ajustando, los procesos van a ser más rápidos, pero pregunto: ¿la justicia ordinaria ha mostrado resultados céleres, cuando la impunidad en este tipo de delitos supera el 95 %? Por eso, quienes diseñaron este proceso optaron por darle a la JEP un mandato orientado a máximos responsables, que además se soporta en criterios de selección y priorización. No se va a atender la totalidad de los casos y los delitos cometidos durante medio siglo. No es viable.

La base de estos procesos es el reconocimiento de los investigados, ¿cree que ha faltado verdad por parte de algunas de esas personas?

Todos los comparecientes ante la Jurisdicción Especial para la Paz tienen obligación de aportar a la verdad, so pena de perder los beneficios transicionales y de no poder acceder a la sanción propia, que es la que implica restricción de derechos, pero no necesariamente privación de la libertad en los términos a los que estamos acostumbrados. Algunos comparecientes, y así lo contempla el modelo, pueden decir lo siguiente: ‘vengo a cumplir con mi obligación de decir toda la verdad y esa verdad es la que va a servir para demostrar mi inocencia’. Por eso el juez ha tenido una etapa de preparación, de alistamiento, de análisis y contraste de una información muy copiosa. El juez va a tener todo en las manos para decirle: ‘usted no está diciendo toda la verdad o usted está mintiendo’.

¿Cree que la JEP está ayudando a que se consolide el Acuerdo de Paz, que aún se siente un poco frágil?

La paz en cualquier parte del mundo, pero más en un país como Colombia, que ha afrontado una guerra tan cruenta de más de medio siglo, que ha cobrado más de diez millones de víctimas, no se puede construir a partir del olvido, a partir de la omisión, de los silencios cómplices. La paz se construye a partir de la verdad y de la verdad plena, que empieza a emerger, a conocerse, es dolorosa, nos va a confrontar como sociedad con muchas historias, muchas sorpresivas, otras no; muchas van a confirmar lo que muchos pensaron. Va a ser un proceso difícil, pero absolutamente necesario. En la medida en que la Jurisdicción cumpla con ese propósito central de arribar a una verdad plena, que es la única que sana a las víctimas y garantiza condiciones de no repetición, la Jurisdicción y el Sistema estarán contribuyendo a la paz en Colombia.

La Sala de Reconocimiento de la JEP pospuso la fecha de la diligencia de aporte a la verdad de Julián Gallo (Carlos A. Lozada) por el asesinato de Álvaro Gómez para resolver el recurso de reposición que presentaron las víctimas del asesinato del líder político.

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