Política
Presidente Gustavo Petro llegó tarde a reunión con su homólogo de Corea del Sur y este le canceló la cita
El jefe de Estado iba a tener un encuentro con el líder coreano, Yoon Suk-yeol, pero ante su impuntualidad, los asiáticos continuaron su agenda.
Para este martes 20 de septiembre, el presidente de la República, Gustavo Petro, tenía una nutrida agenda en Naciones Unidas.
Inicialmente, a las 8:00 a. m., el jefe de Estado saludó al secretario de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en la plenaria de esa organización en Nueva York, y para las 10:00 a. m., estaba estipulada su intervención ante la Asamblea General.
Su discurso generó una serie de comentarios y llamó la atención por su deseo de que “vivan los tiempos en donde el ser humano supo dejar de matarse en el planeta y logró, entendiéndose en su propia diversidad de las culturas, cumplir su misión: expandir el virus de la vida por las estrellas del universo”.
Después de su intervención, sostendría una reunión bilateral con el mandatario de Panamá, Laurentino Cortizo, y más adelante con su homólogo de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol.
No obstante, la delegación colombiana no llegó y los coreanos, que se caracterizan por su puntualidad, siguieron su agenda y no sostuvieron la reunión con el mandatario colombiano.
Ni la Presidencia de la República ni el mandatario se han pronunciado acerca de este nuevo incumplimiento.
Frente al resto de su agenda en la Asamblea, la intervención de Petro se centró en temas como las drogas.
El presidente cuestionó fuertemente las acciones que han tomado las grandes potencias del mundo para tratar de frenar la propagación de las drogas y su lucha contra este gigante negocio: “Por detener a campesinos cultivadores de cannabis y hoja de coca, en vez de enfrentar la soledad en que viven las juventudes de sus propios países, los países del mayor poder económico y militar de la historia de la humanidad, han pasado a las drogas de la muerte, al fentanilo”.
“Querían una guerra contra las drogas de la juventud rebelde que se opuso a la guerra del Vietnam: la marihuana y el LSD de los hippies, y terminaron por conducir a su sociedad a la droga del neoliberalismo y la competencia, la droga del yuppie de Manhattan: la cocaína”, agregó el Jefe de Estado.
Es por esta razón que, de acuerdo con Petro, estos países “encerraron a millones de negros y latinos en frías cárceles privatizadas, murió un millón de latinoamericanos asesinados, y se destruyeron democracias en nuestra América. Nunca cogieron preso al yuppie de Manhattan y ahora enfrentan el resultado de la prohibición de las drogas: el fentanilo, que ya no mata 4.000, sino 100.000 de jóvenes al año en los Estados Unidos”.
De igual manera, el primer mandatario destacó: “Sembraron injusticias, señores, la peor de todas, condenar a la humanidad a la guerra”, por lo que “hoy, el balance de la justicia social en el mundo es tan malo. El problema es que este no era un asunto de socialistas, de progresistas, sino que era un asunto en donde se iba el tiempo de la vida en el planeta”.
“Nos hemos dedicado a la guerra. Nos han convocado a la guerra. A Latinoamérica la han llamado para entregar máquinas, hombres para ir a los campos de combate”, destacó el jefe de Estado de Colombia.
“Se olvidaron que, a nuestros países, los invadieron varias veces, los mismos que hoy hablan de luchar contra invasiones. Se olvidaron que, por petróleo, invadieron Irak, Siria y Libia. Se olvidaron que las mismas razones que se expresan para defender a Zelenski son las mismas con las que se debería defender a Palestina”, dijo Petro frente al fin de la guerra en el mundo.
El mandatario aprovechó para proponer a las Naciones Unidas realizar “cuanto antes” dos conferencias de paz en torno a la situación de Ucrania y otra enfocada en Palestina. “No porque no haya otras guerras en el mundo, como en mi país, sino porque enseñarán a hacer la paz en todas las regiones del planeta, porque ambas y solo ambas acabarían la hipocresía como práctica política”.
Y volvió a cuestionar el accionar de las potencias mundiales frente a la guerra y su financiamiento. “No tienen 100.000 millones de dólares para entregar a los países y defenderse de inundaciones, tormentas y huracanes, pero sí los tienen en un solo día para que se maten rusos y ucranianos entre sí”.
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