COCAÍNA
Producción de cocaína en Colombia alcanzó su máximo histórico
Según la Onudd, en 2015 en Colombia, se obtenían 5,2 kilos por hectárea y en 2018 pasó a 6,5 kilos.
El cultivo de hoja de coca, así como la producción y las incautaciones mundiales de cocaína, se encuentran en máximos históricos.
Así lo indica el último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Onudd, dado a conocer ayer en Viena.
“La producción global estimada de cocaína alcanzó, una vez más, un máximo histórico, y las incautaciones mundiales aumentaron marginalmente, hasta la mayor cantidad nunca registrada”, sostiene el documento.
También indica que en 2018 se produjeron 1723 toneladas de cocaína con una pureza del ciento por ciento, lo cual permite deducir que “la cifra que llega al mercado es mucho mayor, puesto que los narcotraficantes mezclan la droga con otras sustancias para aumentar sus beneficios”.
Según la Onudd, la cifra de ese año fue 4,6 % superior a la del 2017, ratificando que la producción de cocaína a nivel mundial ha mantenido una tendencia al alza en la última década, ya que en el 2008 esa estadística se tasaba en 1143 toneladas.
En el caso de Colombia, si en el 2015 se obtenían 5,2 kilos de clorhidrato de cocaína por hectárea, esa cifra aumentó hasta 6,5 kilos en el 2018.
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Sin embargo, dice el documento, “la eficacia policial también ha mejorado, hasta incautar un total de 1311 toneladas de cocaína de diferente pureza. La mayor parte de los decomisos se hicieron en América del Sur (55 %), seguido de América del Norte (21 %) y Europa (14 %)”.
Y muestra una ligera disminución en los cultivos de coca en Bolivia, al pasar de 24.500 hectáreas en 2017 a 23.100 en 2018, mientras que en Colombia se alcanzaron 171.000 hectáreas en 2017, tras 169.000 sembradas en el 2018.
En general, la Onudd estableció que el cultivo del alcaloíde ese año en América Latina ascendió a 244.200 hectáreas, 0,5 % menos que el 2007.
De otra parte, la directora ejecutiva de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito, Ghada Waly, indicó que “la crisis provocada por el Covid-19 y la ralentización económica amenazan con elevar los peligros de las drogas, en tanto nuestros sistemas sociales y sanitarios están al borde del abismo y nuestras sociedades penan para hacer frente” a la situación.
También se indicó que el organismo teme que los gobiernos disminuyan los presupuestos dedicados a la prevención y la atención de los consumidores, así como la financiación de la lucha internacional contra el narcotráfico.
Y exhortó a los Estados a “mostrarse más solidarios y ayudar, en particular, a los países en desarrollo a combatir el tráfico” y a tomar medidas para tratar las patologías vinculadas al consumo de drogas, que en la actualidad afectan a más de 35 millones de personas en todo el mundo.
De acuerdo con el informe, el cierre de fronteras y otras restricciones a causa de la pandemia han provocado escasez en el mercado de drogas, aumentando los precios y reduciendo la pureza de las sustancias.
En ese sentido, agrega que los narcotraficantes ahora dependen más de las rutas marítimas, sobre todo de la cocaína procedente de Suramérica.
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